El Madrid sigue subsistiendo (2-0)

El partido era trascendental y el Madrid salió entonado, con ímpetu, concienciado del desafío que tenía delante; y su buen inicio se cristalizó en un gol antes de merecerlo. Carvajal luchó con fe inquebrantable un balón casi perdido frente a un timorato Gabriel Paulista, su centro, ya casi en área pequeña, lo remató a su propia portería Wass e hizo el primero para el Madrid.

El gol asentó el planteamiento inicial de Solari y le dio al equipo un respaldo sobre el que apoyar su maltrecha confianza. La alta presión inicial del Madrid anuló a un Valencia que no se impuso en ninguna faceta del juego, sus centrocampistas no tuvieron la presencia que necesita el equipo y el Madrid se sentía cada vez más cómodo.

Si la fogosidad que mostró el equipo de Solari es la reacción al bochornoso 3-0 que cosechó en Eibar, llegó sin pasar por Roma en la Champions. El Madrid mostró una vigorosidad y una implicación desconocidas, que sacaron del partido a los de Marcelino. Con Ceballos, Llorente y Lucas Vázquez titulares, por delante de Isco (con Kroos fuera por molestias), el Madrid alcanzó la media hora de juego abrumando a un Valencia moribundo, al que Neto salvó del 2-0 con una mano abajo prodigiosa.

Los mejores momentos del Madrid

La descoordinada presión valencianista le dio al Madrid una libertad de movimientos inusitados, cada jugador blanco podía recibir y pensar antes de que alguien le inquietara. Benzema y Lucas Vázquez fueron los más lucieron entre una vehemencia colectiva que impulsó en el partido a todos los jugadores del Madrid, pero los mejores minutos blancos en el partido pasaron sin que la diferencia en el juego se reflejara en el marcador, ni en un buen número de ocasiones.

A la fiesta no acudió Bale, inoperante y ausente entre peticiones infructuosas de pases; terminó sustituido, renqueante, por Asensio entre sonido de viento a media hora del final. La banda izquierda fue un monopolio de Reguilón, sustituto del tocado Marcelo, desde donde igualó las prestaciones de Carvajal desde la otra banda.

El despertar del Valencia

El Madrid intentó mantener la iniciativa tras el descanso, pero la claridad en el último tercio de campo no fue una virtud del Madrid. El Valencio dio un necesario paso adelante y el partido se abrió por momentos, sobre todo en torno a la defensa del Madrid.

Primero, y sobre todo, Santi Mina, tras un maravilloso pase de Parejo, y después Paulista en un balón parado, tuvieron el empate en medio de una serie de buenos ataques, los primeros, del Valencia en el partido. El partido se reveló a través de una realidad que había estado latente durante todo el primer tiempo: el resultado era muy corto, las ocasiones madridistas escasas. 

Valverde antes que Isco

En plena deriva, viendo cómo se escapaba el dominio en el partido, el segundo cambio de Solari, para sustituir a Modric, fue Fede Valverde, con Isco mirando desde el banquillo. Acto seguido, circunstancialmente, Llorente se descolgó en ataque y dejó a Asensio un balón franco para sentenciar el partido, pero el mallorquín está lejos de albergar la confianza con la que despliega sus virtudes cada inicio de temporada.

Fue el primero de varios contraataques mal resueltos por un Madrid, en las antípodas del equipo que se caracterizaba por conseguir goles con poco esfuerzo. Los fueras de juego entorpecieron las ocasiones del Valencia. Mientras, Solari le dio diez minutos a Isco con división de opiniones en en la grada del Bernabéu.

En el enésimo ataque en superioridad frustrado del Madrid, la segunda jugada le cayó a un Benzema que tuvo la pausa necesaria para encontrar la solución. El centro del francés lo remató Lucas Vázquez para completar un muy buen partido y sentenciar un choque que, durante muchos minutos, pudo caer hacia cualquier lado.