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VICTORIA EN ROMA

A octavos sin Isco

Solari deja fuera de la convocatoria al internacional español para un partido que solo ganó gracias a los favores de la Roma

Bale celebra su gol al Roma tras un doble error defensivo italiano.

Bale celebra su gol al Roma tras un doble error defensivo italiano. / periodico

Alejandro García

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Antes de saltar al césped, el Madrid tenía resuelta su clasificación para octavos de la Champions (el CSKA perdió 1-2 ante el Viktoria Pilsen) e Isco había sido el descarte de Solari, después de no haber sido titular aún con el argentino, haciendo públicos y notorios los problemas con el internacional español. El partido no reclamó más atención que los acontecimientos previos, con un juego mustio e impreciso del que salió victorioso el Madrid con la connivencia de Fazio y de una irregular Roma.

Dijo Di Francesco en la previa que su equipo, la Roma, y el Madrid eran dos enfermos, y así lo pusieron de manifiesto. Fue un partido con más intenciones que méritos, en el que el premio estaba escondido entre los errores del rival, no en unos aciertos propios de los que no pudo presumir nadie tras el partido.

La Roma, sin Edin Dzeko, fue un equipo constantemente roto, sin presencia en el centro del campo, con Nzonzi desbordado, descordinado en la presión y sin contundencia en defensa. Parecía la víctima propiciatoria para el Madrid, pero los de Solari tampoco estaban para hacer dispendios.

Llorente, la novedad

La única salida clara desde atrás fue a través de los laterales, sobre todo Marcelo, al menos hasta que Florenzi se puso a evitarlo. De ahí en adelante, el Madrid no ofreció más que algo de presencia de Kroos, la candidez de Bale y el desacierto de Benzema.

Lucas Vázquez, titular por delante de Asensio, no ofrece nada opulento pero aporta una constancia y un sacrificio que, de momento, le colocan por delante de la gran esperanza del club para el futuro inmediato, un Asensio tercer cambio por detrás de Mariano y Valverde.

La gran novedad fue Llorente, titular después de no estar convocado en Eibar. Su partido no solucionó demasiado en defensa y, ofensivamente, intrascendente, solo evidenció que el problema del equipo está más allá del medio centro.

La Roma no le exigió al Madrid ni la mitad que el Eibar, es un equipo acomodado, que aspira a competir entre los mejores, pero por el camino está lejos de ser competitivo en la élite y apenas conserva la garra de antaño. Fue un perfil de equipo ideal para el Madrid, al que además ayudó con errores determinantes.

Ünder perdonó a los blancos

Ante la inoperancia de los blancos en ataque, los romanos terminaron yéndose arriba y, a la media hora de juego, el partido estaba roto y las ocasiones se concentraban en la portería de un Courtois que, de nuevo, fue de lo mejor de su equipo.

Casi al descanso, el esperpento blanco alcanzó su expresión más extrema con un tremebundo lío autoimpuesto de Carvajal, del que salió con un error garrafal empequeñecido por el del turco Ünder, solo ante la portería, con Courtois vendido, que mandó el 1-0 por encima del larguero.

Al inicio de la segunda, la Roma demostró que no tiene rival si de hacer esperpento se trata: Fazio se convirtió en el pasador que no está siendo Modric y dejó a Bale solo ante Olsen, un regalo demasiado grande como para desaprovecharlo.

Los problemas siguen vigentes

El Madrid se puso 0-1 casi sin saber cómo y la Roma siguió colaborando activamente lanzándose a un ataque suicida. Lucas Vázquez hizo el segundo en una jugada en la que la Roma renunció a defender, remató solo en área pequeña una dejada de cabeza de Benzema, tras un centro de Modric sin oposición en la frontal del área.

A partir de ahí, solo la imprecisión y el desacierto del Madrid evitó un resultado escandaloso. La defensa de la Roma convirtió el partido en una autopista de tres carriles sin límite de velocidad que los atacantes blancos no aprovecharon.

Ya se entonaron cánticos gloriosos tras una victoria a la Roma, el canto del cisne de Lopetegui antes de su cese, pero las sensaciones actuales del equipo de Solari no llegan ni para que los más optimistas se ilusionen. Las revelaciones de Eibar siguen estando vigentes y los problemas del Madrid a plena vista y relucientes para que rivales con buena disposición los aprovechen. El reto de Solari es rehacer un equipo, de momento sin Isco, que es una sombra de lo que fue.

Ficha del partido

<strong><span style="font-size: 1.6rem;">ROMA 0</span></strong>