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EL PARTIDO DE CORNELLÀ

Stuani y Bono frenan al Espanyol con un triunfo poderoso (1-3)

El delantero uruguayo, que marco dos goles en los primeros cinco minutos, y la soberbia actuación del meta del Girona dominan el derbi

Los jugadores del Girona abrazan a Stuani después de que marcara el segundo gol al Espanuyol.

Los jugadores del Girona abrazan a Stuani después de que marcara el segundo gol al Espanuyol. / periodico

Marcos López

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Parece simple, pero no lo es. Parece simple, pero no lo había hecho. El Espanyol se arrodilló en su casa, algo que no había sucedido en toda la temporada, ante un Girona poderoso. Extremadamente poderoso con un Stuani soberbio y un Bono milagrosamente salvador. La noche en que más pericos acudieron a su hogar, casi 23.000 personas, asistieron a la derrota más inesperada. No estuvo el Espanyol en el derbi. Entró tarde y se fue antes. Siempre podrá decir que Stuani lo silenció o que Bono lo acabó poniendo de los nervios. 

En cinco minutos había pasado de todo. Bono agigantó su ya de por sí gigantesca figura para hacerle la portería tan pequeña a Borja Iglesias que erró una ocasión clarísima de gol. Apenas dos minutos y el perico, que acudió fiel a la llamada de Rubi, se frotaba las manos con el espectacular arranque de su ilusionante Espanyol. No contaba, sin embargo, con un tipo que hace un tiempo fue suyo. Un delantero de los que ya no existen.

Cuentas pendientes

Un jugador que todo rival odia deportivamente, especialmente David López, el central blanquiazul, con quien tenía cuentas pendientes desde el año pasado cuando le rompió la nariz. Cuentas que aumentaron en una fría noche en Cornellà-El Prat.

El Espanyol solo había encajado 1 gol en 450 minutos; llegó Stuani y metió 2 en 5 minutos

Estaba Rubi satisfecho con la puesta en escena de su equipo, pero, de repente, iba perdiendo 0-2. Cinco minutos de encuentro y Stuani, con dos imponentes cabezazos, había desquiciado al universo perico.

En el 0-1, un preciso centro de Carles Planas desde la banda izquierda, tuvo la firma ‘stuanesca’. Inteligente y astuto el uruguayo para hallar el hueco entre David López, más irritado que de costumbre, y Hermoso, el flamante internacional de Luis Enrique. Los centrales se miraron preguntándose qué demonios había ocurrido cuando el uruguayo, un delantero antiguo, de los que ya no existen, ponía su rúbrica en el 0-2. ¿Cómo? Resulta hasta innecesario relatarlo, pero por si acaso… Otro imponente cabezazo, en este caso a la salida de un córner servido también con precisión por Aleix Garcia.

Stuani derriba el castillo

El fútbol tiene estos caprichos. Rubi, un moderno y estudioso entrenador, había levantado un castillo inalcanzable en la casa del Espanyol. Cinco partidos de Liga, 450 minutos y solo un gol encajado. Hasta que apareció Stuani, quien en apenas cinco consiguió dos, ambos en la portería de El Prat, mientras Diego López se unía a la lista de incomprendidos que lideraban los centrales Hermoso y David López. Como si ninguno hubiera descifrado el enorme potencial del ‘nueve’ del Girona, por mucho que lleve el ‘siete’ en su camiseta. En realidad, nadie lo detectó. Estaba, pero no  lo vieron.

Cuando se percataron de su presencia, y eso de que estaban más avisados que nunca, era demasiado tarde. Pero el partido no se resume solo en la prodigiosa cabeza de Stuani. Ni mucho menos. El Espanyol aún lamentaba la inicial ocasión estrellada por Borja Iglesias en el cuerpo de Bono. Pero no se rindió, a pesar de que, presa de los nervios, no tuvo la fluidez de otros días. Aún así, David López y Dídac Vilà volvieron a toparse con el meta del Girona, atento en cualquier acción. Con un delantero centro mágico (lleva 10 goles, es el ‘Pichichi’ de la Liga) y un portero solvente la vida es siempre mucho más sencilla.

En la segunda parte, Rubi iba agitando su equipo (entraro Piatti primero y Melendo y Puado después), mientras Eusebio quería fortalecer al Girona con la entrada de Àlex Granell después de que Roberts exhibiera su inacabable catálogo de regates para romper a la ya castigada defensa perica. Incluso Diego López, un meta experto, cometió un error ingenuo, aunque siempre le podrá dar las gracias a Hermoso, que salvó en la misma línea de gol el disparo de Borja García, un jugador exquisito. Exquisita es su técnica, exquisita resulta su sangre fría, pero esa oportunidad perdida era el prólogo del sufrimiento.

Cinco jornadas marcando

Todo cambió, sin embargo, con el gol de Borja Iglesias, oportuno en el área pequeña. No había ni tocado apenas la pelota, pero sumó ya su quinta jornada consecutiva después de que el Girona, con tres grandes ocasiones erradas, perdonara la vida al Espanyol. Se inició entonces el tercer partido en apenas 90 minutos.

El primero, que fue breve, pero decisivo, perteneció a Stuani; el segundo, que duró casi una hora, era patrimonio del Girona; el tercero, de poco más de 10 minutos, llevó la firma del corazón blanquiazul, acallado finalmente por las manos de Bono y la carrera de Doumbia. Además, ya con el 1-2, Eusebio retiró a Stuani, que se llevó una bronca monumental de los que habían sido sus aficionados. Pero tres partidos con la zamarra del Girona le han convertido en el enemigo deportivo cuando el volcánico partido terminó como había empezado: con una descomunal parada de Bono, en un cabezazo a quemarropa de Borja Iglesias, que luego Javi López no supo aprovechar. Un par de minutos después, Doumbia le daba la razón al Girona con el tercer gol de un derbi inolvidable. Inolvidable para el Espanyol porque vio truncada su racha en casa. Inolvidable para el Girona que firmó un triunfo de enorme valor deportivo y simbólico. 

Ficha técnica

<strong>Espanyol: </strong>Diego López (4), Javi López (4), David López (4), Hermoso (4), Dìdac Vilà (4), Marc Roca (5), Darder (5), Granero (4), Baptistao (3), Borja Iglesias (6) y Sergio García (5).