UN PARTIDO INCREÍBLE

La hazaña del River Plate para llegar a la final de la Copa Libertadores

Argentina espera ahora al Boca Juniors en un duelo sin precedentes

River Plate

River Plate / periodico

Iván Adler / Barcelona

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El panorama no era claro para River Plate. "Creer", fue la palabra que repitieron en las conferencias de prensa durante la semana. El equipo argentino tenía la difícil tarea de remontar, como visitante, un 0-1 en su casa por la ida, ante Gremio, campeón defensor de la Copa Libertadores de América. Y con la presión de que Boca Juniors, su eterno archirival, había ganado 2-0 en el primer partido de la serie ante Palmeiras en la otra semifinal.

El partido empezó favorable a Gremio de Porto Alegre con el gol de Gómes a los 36 minutos del primer tiempo, luego de una gran primera mitad del conjunto 'Millonario', que fue mucho mejor que los brasileros, pero ese gol puso las cosas aún más cuesta arriba para los argentinos.

Vale aclarar que Marcelo Gallardo, entrenador de River, no estuvo en el banquillo y vio el encuentro desde un palco, ya que fue sancionado por la CONMEBOL, el ente que regula el fútbol sudamericano, por retrasar la salida de su equipo en el encuentro de ida. Según las reglas de CONMEBOL, esta sanción no permite estar en el banquillo ni tener contacto alguno con sus ayudantes ni con los jugadores, ya sea personalmente o mediante algún aparato tecnológico, ni tampoco acercarse al vestuario. 

Las imágenes televisivas

Aún así, Gallardo fue captado por la televisión brasileña entrando al vestuario de su equipo en el descanso. Y también lo filmaron hablando por radio con sus ayudantes.

Es que quizá le dio las palabras justas y la fuerza necesaria a sus jugadores para salir a afrontar la segunda parte, a sabiendas de que necesitarían una hazaña para obtener el pase a la final. "Es injusto que te quiten el derecho y la libertad de trabajo. Me tomé el atrevimiento de bajar y hablar con los jugadores porque creía que lo necesitaban, y yo también. Asumo que incumplí una regla al entrar al vestuario, pero no me arrepiento de nada", se justificó el técnico una vez finalizado el encuentro. Seguramente lo volverán a sancionar y no podrá estar en el banquillo en las dos encuentros de la final.

Haciendo historia

Y claro que no se arrepiente de nada. Porque Marcelo Gallardo sigue haciendo historia. Un entrenador que pronto dará el salto a unequipo grande de Europa, según apuntan los medios especializados de Argentina. El legado que está construyendo y que dejará en el fútbol latinoamericano será tan alto que será difícil de superar.  

Todo ocurrió en los últimos 10 minutos. Primero el empate de River gracias al colombiano Rafael Santos Borré, exjugador del Atlético y Villareal, luego de un centro de falta directa de Gonzalo Martínez.

Hubo muchas quejas por parte de Gremio al entender que el gol de Borré fue con la mano. Carlos Simón, integrante del cuerpo arbitral, aseguró: "Toca en el brazo pero no es intencional. Es gol legal". 

El trámite del partido siguió hasta que en el minuto 82 hubo una mano de Bressan, defensa de Gremio, en su área. El colegiado principal uruguayo Andrés Cunha recurrió al VAR. El encuentro se demoró muchos minutos tras la desesperación del equipo brasileño que ya se veía en la final.

Lo cierto es que el penalti estuvo bien sancionado. El dorsal 10 de River, Gonzalo Mártinez, el 'Pity', como lo apodan en Argentina, se encargó de trasnformarlo en gol. Una excelente definición para un momento estelar.

Increíblemtente, debido a todo el tumulto que se generó por el penalti, el duelo tuvo 14 minutos de tiempo añadido. Parecía eterno, pero finalmente se consumó la victoria de River y se desató la locura de sus hinchas. Una cantidad increíble de simpatizantes viajó a Brasil. Lo que demuestra la pasión que se vive en el fútbol de Latinóamerica.

Ahora River espera en la final s Boca Juniors o Palmeiras. La serie es favorable a Boca ya que en la ida ganaron por 2 a 0 en la Bombonera y este miércoles se enfrentan en el estadio de Palmeiras en Sao Paulo en el encuentro de vuelta. Es decir, las probabilidades de que haya Superclásico en la final de la Copa Libertadores son muy altas. El duelo entre Boca y River es uno de los más atractivos e importantes del mundo y, en Argentina, la tensión es máxima. La ida sería el 7 de noviembre y la vuelta el 28 del mismo mes. Si se llega a dar tal circunstancia, sin dudas, sería la final más importante de los últimos tiempos en Argentina y en toda América.