LIGA DE NACIONES

Francia hunde aún más a Alemania (2-1)

El equipo de Deschamps remonta con dos goles de Griezmann y deja tocado al seleccionador alemán

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Alejandro García

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Hasta el tramo final de partido, Alemania había renacido desde la defensa con tres centrales y dos carrileros profundos que propuso Low y que le otorgó al equipo una seguridad en la retaguardia a partid de la que crecer y que no había tenido en los últimos partidos.

El inexorable paso del tiempo, como le ocurrió a España, se está cebado con Alemania. Por el camino se ha quedado la generación campeona del mundo en 2010, de la que perdura poco más que la seguridad de Neuer, la salida de balón de Hummels y la elaboración de Kroos.

Joachim Löw, acuciado por la presión, revolucionó la alineación después de perder entre semana en Ámsterdam ante Países Bajos (3-0). Timo Werner volvió quedar relegado a partir desde una banda, con Gnabry en el puesto de delantero centro y Sané como gran canalizador.

La continuidad de Francia

El bloque campeón del mundo de Francia, con la única novedad de Kimpembe por la lesión de Umtiti, sigue resguardado en su juego plano y físico, encomendada a la velocidad de Mbappé y a la genialidad de Griezmann. Cuando se vio detrás en el marcador, la Francia de Deschamps mostró todas sus costuras.

Alemania se puso por delante con un penalti interpetrable por una mano de Kimpembe. Hasta en la transformación de Kroos se percibía lo titubeante que estaba la selección germana, propositiva, pero con poca confianza en sus posibilidades.

En los siguientes minutos, Alemania disfrutó del fútbol por primera vez desde que llegara a su fatídico Mundial de Rusia. Con dominio, control de juego, verticalidad e intensidad, el equipo de Low se sintió superior. Solo la imprecisión de Leroy Sané en el último pase impidió a Alemania culminar un contragolpe y sentenciar el partido en la primera media hora de juego.

La falta de ideas de Francia en ataque estático fue alarmante, la creación inexistente, las apariciones de Griezmann y Mbappé intermitentes y las decisiones de Pogba erráticas. El peligro francés solo llegó en jugadas a balón parado y en acciones aisladas, solo exitosas de forma momentánea gracias al factor sorpresa.

La superioridad de Mbappé

A través de la superioridad manifiesta de Mbappé respecto al resto, Francia comenzó a inquietar a Neuer. El atacante del PSG sacaba petróleo de cada balón que le caía, ante la falta de asistencias en condiciones favorables. Casi sin querer, Francia se metía atrás ante la circulación activa de los de Low, más cómodos con el balón que con la posibilidad de que un balón llegara a las botas de Mbappé, que lideró una reacción más visceral que otra cosa.

Tuvo que ser Griezmann, bastante desaparecido hasta ese momento, el que iniciara la jugada desde el centro del campo, con un pase a Mbappé de los que rompen líneas. El desajuste en la defensa alemana se trasladó hasta la banda izquierda, desde donde Lucas puso un centro fuerte hacia la llegada, de nuevo, de Griezmann, que apenas pudo colocar la cabeza para dirigir el misil hacia la escuadra de Neuer y colocar el empate.

Alemania, que había merecido más, se quedó desilusionada como un niño al que se le rompe un juguete el día que se lo han regalado, cuando todavía casi ni había asimilado que lo tenía. Llegaron las imprecisiones y Francia empezó a crecer por momentos. Un genial pase de Mbappé propició una llegada de Matuidi que terminó, con la medición del árbitro, en un penalti inexistente de Hummels que transformó Griezmann.

Como ante Países Bajos, el resultado es demasiado duro con una Alemania que no encuentra el camino para volver a ser realmente competitiva.

Ficha del partido

<strong><span style="font-size: 1.6rem;">Francia               2</span></strong>