La sobrexplotación de las minas futbolísticas de Brasil

La historia dice el linaje brasileño de las 4R blaugranas (Romario, Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho Gaucho) se fogueó en clubes de clase media repartidos per la geografía europea, antes que explotara en el Camp Nou, donde cada uno de ellos llegó a ser el mejor del planeta. Eran otros tiempos.

Neymar Jr. fue el primer súper astro canarinho contemporáneo que dio el salto desde Brasil a Barcelona sin escala previa. Lo ocurrido en 2013 fue un precedente de una norma general que vino para quedarse.

En el proceso de fichaje, han desaparecido los clubes puente: los PSV (por dónde pasaron Romario y Ronaldo), Porto (allí Deco ganó la Champions con Mourinho en 2004) o Sevilla (donde Dani Alves inició un currículum impresionante). Ahora, se acude directamente a la fuente sudamericana.

Cruzar elAtlántico

Los plazos se han acortado vertiginosamente, empezando en el país de origen. Neymar consiguió brillar cuatro años (2009-2013) en el Santos FC, donde ganó seis títulos incluido la Copa Libertadores. Un lustro después, es inviable que un jugador de esa dimensión espere una legislatura para cruzar el océano.

El frenesí se ha instalado en las direcciones deportivas de los clubes europeos. La tendencia ya no es detectar cracks incipientes sino que se buscan postulantes a astro, que acaban teniendo un papel fugaz  por las ligas locales. A ojos de los técnicos europeos, el mejor escenario de la última etapa formativa ya es directamente en el club comprador.

Cuando el Barça se lanzó por Arthur en el segundo semestre del año pasado, el volante no había cumplido ni cinco meses como titular en el Gremio. Al final, el precio de traspaso fue de 31 millones de euros (más 9 en variables). Florentino Pérez, para adelantarse al Barça, fichó en la primavera de 2017 a Vinicius Jr. antes que hubiera debutado con el primer equipo del Flamengo, y este año repitió la misma dosis con Rodrygo, candidato a ser el nuevo Neymar y que solo será mayor de edad en enero de 2019. Contrató, en mayo, al extremo del Santos, cuando llevaba menos de cuatro meses como titular. La dupla de aspirantes a craque le costaron a los merengues 120 millones de euros.

Una relación encabezada por Paquetá

El PSG va ahora por Lucas Paquetá, volante del Flamengo que debutó en septiembre con la Seleçao, y que solo en este 2018 se ha ganado la titularidad. Su venta rondará los 35 millones de euros. Paulinho, el canterano más prometedor que el Vasco da Gama sacó después de Philippe Coutinho, solo disputó 35 partidos con el tradicional club carioca. En julio, el delantero cumplió los 18 y se fue al Bayer Leverkusen. La operación ascendió 26,5 millones de euros.

Quien estaba en la rampa de salida era Pedro, el ‘9’ del Fluminense, de 21 años,  artillero del Brasileirao con 10 goles en 19 partidos y convocado por Tite hasta que se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha a finales de agosto. Estará de baja de seis a ocho meses. Un primer semestre a un buen nivel habían sido argumento suficiente para que estuviera negociando ya un traspaso al Real Madrid que se ha frenado de golpe.

Las normas del mercado se dictan desde Europa, con la autoridad moral de ser el centro económico del fútbol mundial. En un escenario de devaluación de la moneda local, el real brasileño, los clubes locales ni intentan retener a sus activos, que se van, como determina la FIFA, cuando cumplen los 18 años.

Si se anticipan las contrataciones de joyas y perlas es por la lógica actual del mercado europeo, porque nada cambió en Sudamérica. El último verano escenificó las dificultades de los clubes tradicionales en arrebatarse jugadores, algunos de ellos sin ser figuras mundiales.

Por ejemplo, la repentina testarudez de Marc Overmars fue una barrera infranqueable para el Barcelona y para la Roma, ya que director deportivo del Ajax se negó a venderles, respectivamente, al volante holandés Frenkie de Jong y al extremo brasileño David Neres, a quien Monchi fue a buscar después que le sustrajeron a Malcom.

La muñeca de Florentino

Y qué decir de la imposibilidad de fichar galácticos. Florentino, que por mucho que lo negara buscó un recambio para Cristiano, se tuvo que quedar con el premio de consolación de Courtois, elegido hace dos semanas por la FIFA el mejor portero del año, pero ni le hizo cosquillas al Chelsea por Hazard. Y a Neymar, a quien un fondo soberano de Qatar lo mantiene en el palacio de cristal del PSG, ni pudo tantearlo. Tal vez por ello, haya hecho un fondo de reserva comprado los dos proyectos de astro que más se asemejan: Vincius Jr. y Rodrygo.

Y en estas salidas precipitadas de Brasil, quien acaba saliendo perjudicada es la Seleçao en su proceso obligatorio de rejuvenecimiento tras la decepción en Rusia. Algunos de sus mejores valores pueden estrellarse. Arthur es titular para Tite y reserva para Valverde. Vinicius Jr., que era el crack del Flamengo seguro que hubiera sido convocado, está en el purgatorio del Castilla, y viendo lo ocurrido ya se sufre por anticipado por Rodrygo. Mientras, otro delantero que apunta alto, como Paulinho solo tiene minutos de la basura en su primer mes de competición en Leverkusen.