El Alavés le pone la puntilla a Lopetegui (1-0)

Hasta el minuto 95 del partido en Vitoria, parecía que el Real Madrid de Lopetegui no despegaba, inmerso en una desesperación total por conseguir un gol que se le resiste en los últimos cuatro partidos. Tanto empeño puso el Madrid en encontrar una grieta en el sistema defensivo vitoriano que terminó abriendo una vía de agua en su defensa que aprovechó el Alavés, a la salida de un córner en el minuto 95, para conseguir el único gol del partido.

Los dos entrenadores reforzaron el centro del campo. Si Lopetegui dejó en el banquillo a Asensio para jugar con Ceballos, Abelardo sacrificó su habitual doble delantero por un medio más, para formar con Pina, Wakaso y Brasanac.

El Madrid salió al partido transmitiendo sensación de peligro, con intención de revertir una racha que de seis partidos fuera de casa sin ganar. El equipo de Lopetegui, sin el desborde de Asensio o la profundidad de Marcelo, produjo peligro con la presión arriba a la salida de balón del Alavés y con la versatilidad que Bale le aportó al ataque, de vuelta al equipo tras dos partidos fuera, con constantes buenas ofertas de pase para los Modric o Kroos, de más a menos en el partido.

El Alavés propuso un partido de fuerza, intensidad, empuje y choque, como le hicieron saber Wakaso a Modric, en la primera vez que se cruzaron por el centro del campo, y después Calleri a Ramos con un doble encontronazo resuelto por el árbitro sin inmiscuirse demasiado.

La candidatura de Ceballos

Dani Ceballos, de nuevo el beneficiario de la confianza de Lopetegui, demostró tener ganas de repetir su gran partido en Mendizorroza la temporada pasada y asentar de una vez su candidatura a la titularidad. Lejos de esos objetivos, intercambió varias veces su banda con Bale, pero mientras que el galés aparecía por todos los flancos del ataque, el sevillano se incrustaba en la zona central, entre Modric y Kroos, perdiendo cada vez más protagonismo en el juego.

Al cuarto de hora de partido, el Madrid se sentía dueño absoluto del partido, con llegadas constantes, fluidez en la circulación y jugadas terminadas, aunque fuera insatisfactoriamente. Pero, rebajado el entusiasmo inicial del Madrid, el Alavés le fue tomando el pulso al partido y no le resultó muy complicado encontrar el camino hacia Courtois. Con transiciones rápidas y balones en largos, Jony, desde el extremo izquierdo, castigó los problemas en defensa de Odriozola, de lo mejor de su equipo en ataque, y emergió como el canalizador del peligro local. 

Los últimos minutos de la primera parte fueron un empate técnico, un armisticio involuntario en el que el Alavés se sintió cómodo, encadenando, como el Madrid, largas posesiones de balón. Así alcanzó el equipo de Lopetegui las seis horas sin marcar un gol, mientras las miradas se dirigían al banquillo, al técnico y a su decisión de mantener fuera del césped a Mariano.

Mariano, Asensio y Vinicius

Acuciado por la necesidad de concretar en goles el buen juego de su equipo, Lopetegui dejó a Benzema en el vestuario al descanso e introdujo en el campo a Mariano. El delantero de Premià de Mar transmitió, en sus primeros minutos, peligro, intensidad en la pelea y decisión en los desmarques, pero su incidencia se fue reduciendo conforme se desinfló su impulso inicial.

Cada posesión del Real Madrid implicaba un dominio territorial casi abusivo, con los centrales mucho más allá de la línea del centro del campo. El Alavés no le perdió la cara al partido y encontró su mejor versión en el intercambio de golpes al que se avocó el partido.

El cambio de Casemiro por Asensio, además de intentar aportar una solución en ataque, era una renuncia de Lopetegui a controlar el partido. La exposición del Madrid en ataque era directamente proporcional a los espacios que se creaban a la espalda de su defensa, a lo que se encomendó el Alavés, de nuevo de la mano de Jony, para luchar el partido.

Con todo el bloque entorno al área rival, bajo una lluvia intensa, el asedio del Madrid se tornó en heroico, sobre todo después de que Bale, la estrella que reaparecía en Vitoria, se retirara del campo con problemas musculares. Entró Vinicius para compartir banda con Nacho, mientras Lopetegui se desgañitaba en el banquillo buscando una solución que no terminaba de llegar.

Sin embargo, ya en el descuento, el premio lo encontró el Alavés. El héroe fue Manu García, que remachó en el área pequeña un saque de esquina en el último minuto, en el que Courtois dejó su portería vendida en pos de una salida infructuosa. Con la derrota en Vitoria, Lopetegui afronta una difícil semana de selecciones, sin jugadores con los que trabajar y con muchos problemas por solucionar.