LA ÚLTIMA ESTRELLA MALLORQUINA

Enric Mas reconoce que está sorprendido de sí mismo

El mallorquín Enric Mas, en el aeropuerto de Palma, a su llegada tras su tremendo éxito en la Vuelta.

El mallorquín Enric Mas, en el aeropuerto de Palma, a su llegada tras su tremendo éxito en la Vuelta. / .45071304

Emilio Pérez de Rozas

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Rafa Nadal, Jorge LorenzoJoan MirMario Mola, Álex AbrinesMarco AsensioAlba TorrensMelani CostaJoan Luis Pons, Jordi CalafatEnric Mas. Mallorca, una isla que parece vivir de espaldas a todo, incluido el deporte, cuya imagen en el mundo es sol, playa y relax, sigue acaparando la atención mundial por sus muchos, muchísimos y extraordinarios deportistas. El último es este muchacho espigado, de vocecita diminuta, que no habla por no molestar, que responder con monosílabos a casi todas las preguntas, que vive para y por el buceo, lo que más le gusta en esta vida (al margen del ciclismo), pirrado por las lentejas de su abuela y que empezó jugando a baloncesto (“no era nada malo”, dice un amigo en el aeropuerto de Son Sant Joan) y que, por culpa de un amigo de pandilla de Artá, un día probó la bici. De ahí al segundo puesto de la Vuelta-2018, una trayectoria que solo ha provocado “¡oooohh!” a su paso.

Mas, que acaba de llegar a Palma y que esta tarde sacará a todo el pueblo de Artá a la calle, a la plaza (“mi pueblo siempre busca excusas para salir de fiesta y hoy puede ser una razón maravillosa”), se ha convertido, 70 años después de que lo logrará el mítico Bernardo Capó (3º, en la Vuelta-1948), en el primer ciclista mallorquín que supera a aquella leyenda, con la ‘plata’ que acaba de conquistar en Madrid. No ha ganado aún las estapas que ganó el extraordinario Antonio Karmany, pero parece dispuesto a hacer historia “porque espero que este segundo puesto no sea lo único grande que haga en mi vida y sí el primer paso de mi progresión”.

Mas fue recibido por Carlos Gonyalons, Director General de Deportes y Juventud del Govern Balear, y por un reducido grupo de amigos, entre los que se encontraba, Miquel Alzamora, medalla de oro, junto al gran Joan Llaneras, en el Mundial de Australia de 1997 y el primer director de escuela de ciclismo que Enric tuvo en Artá, donde hace ya mucho tiempo que venían anunciando, al igual que ha hecho Alberto Contador, el gran inspirador de este muchacho, que este chico con cara de niño, cuya caja torácica le permite aguantar bajo el agua tanto o más que los pescadores profesionales, iba a convertirse en uno de los reyes del la serpiente multicolor.

"Me han hecho mucha ilusión las felicitaciones, pero de lo que estoy más orgulloso es de ver feliz a mi familia por este segundo puesto en la Vuelta"

Enric Mas

— Cilista del Quick-Step y segundo de la Vuelta-2018

Mas asegura no tener miedo a la que se le viene encima. Y no hablaba, no, de la fiesta de esta tarde-noche en Artá, sino del hecho que, a partir de ahora, los ojos del pelotón en cualquier prueba por etapa, clásica o carrera de una semana se van a repartir entre los buenos, entre los campeones, y en su figura. “No tengo ningún miedo a ese marcaje, a esa explosión, pues tengo aún mucho que mejorar, mucho. He de aprender a ser mejor contrarrelojista, he de coger muchísima más experiencia para moverme bien en el pelotón, he de estudiar cuándo, cómo y dónde atacar, he de analizar los ataques y, sobre todo, he de aprender a dosificarme en las pruebas de una semana o más”, comentó, insisto, con la voz de un párvulo en el hall del aeropuerto de Palma.

El ciclista de Artá asegura que no hay mayor placer que “ver feliz a tu familia, esa ha sido, sin duda, mi mayor recompensa, ver que mis padres y todos los míos se sienten orgullosos de mi comportamiento”. Para Mas, al que le queda aún un año de contrato con el Quick-Step belga, uno de los equipos de mayor tradición, clase y experiencia del pelotón internacional, “lo vivido en esta Vuelta nos servirá a todos de experiencia y yo me siento muy, muy, bien tratado por ellos, estoy muy a gusto y no nunca olvidaré que fueron ellos los primeros en ofrecerme esta oportunidad”.

Ni que decir tiene que aún no ha pensado en la próxima temporada. “Ahora tenemos el Mundial, donde tenemos que pelear todos juntos y unidos para traernos a España el maillor arcoíris, que ojalá sea para Alejandro (Valverde), que es, en principio, nuestra apuesta, pues nunca suele fallar en este tipo de pruebas. Yo, desde luego, pienso trabajar para él todo lo que pueda. ¿Segunda carta a jugar por la selección?, no sé, no sé, primero apostemos por Alejandro”.

Incluso él está sorprendido

Cuando se le pregunta que defina su ciclista ideal, qué cogería de cada uno de los campeones con los que ya se ha empezado a codear, Mas te mira como si estuviese en el patio del instituto de Artá y dice: “Firmaría por seguir como estoy, mejorando todo lo que me falta. No cambiaría nada, me gustaría ser yo mismo, aunque mejor en todo lo que he comentado antes. Insisto, tengo aún muchísimo margen para mejorar”.

Mas, finalmente, reconoció que después de sufrir las dos primeras semanas de la Vuelta en las que no se encontró cómodo “pues llevaba mucho tiempo sin competir”, se llevó una agradable sorpresa por su comportamiento y reacción en la última semana. “He de reconocer que sí, que algo sorprendido de mí mismo si me he quedado, aunque cuando afrontamos la última semana ya empece a trabajar y a prepararme para aspirar al podio”.