EUROPEOS DE ATLETISMO EN BERLÍN

Fernando Carro da la sorpresa con una plata en obstáculos

El atleta madrileño salva la jornada en la que Hortelano se queda fuera del podio en el 200

Fernando Carro, detrás del francés Mekhissi-Benabbad, en la recta final de los 3.000 metros obstáculos.

Fernando Carro, detrás del francés Mekhissi-Benabbad, en la recta final de los 3.000 metros obstáculos. / .44604435

Joan Carles Armengol

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Inesperado intercambio de medallas en los Europeos de atletismo de Berlín. La medalla que debía ser en teoría para Bruno Hortelano fue a parar ayer al cuello de Fernando Carro. Pocos minutos después de que el nuevo diamante de la velocidad española se quedara por sorpresa fuera del podio en la final de los 200 metros, por una sola centésima de segundo, el madrileño Fernando Carro, también de 26 años, daba una campanada aún mayor al hacerse con la plata en los 3.000 metros obstáculos. Solo el campeón mundial, el francés Mahiedine Mekhissi-Benabbad, pudo superar al bravo corredor del barrio de Suances-Canillejas, que le dio a la delegación española su segunda medalla en el campeonato, tras el bronce del pasado martes de la marchadora de origen húngaro Júlia Takács en la novedosa prueba femenina de los 50 kilómetros marcha. Hortelano, por su parte, tendrá una segunda oportunidad con el relevo de 4x400 que debe estar, sí o sí, en la final de mañana.

A una centésima

No es que Hortelano fracasara estrepitosamente en su intento de defender el título continental que logró hace dos años en Amsterdam, cuando pasó de la plata al oro por la descalificación del holandés Churandy Martina, de la que el atleta se enteró cuando ya estaba realizando declaraciones en la zona mixta. En su regreso a lo grande a la alta competición, casi dos años después del accidente de coche de septiembre del 2016 que casi le costó perder la mano derecha, Hortelano rozó ayer su mejor marca de siempre en los 200 metros, esos 20.04 que son su récord de España.

Solo se quedó, con 20.05, a una centésima, la misma que le separó de la plata del británico Nethaneel Mitchell-Blake o del bronce del suizo Alex Wilson, porque por delante se destacó en la recta el campeón mundial del 2017, el turco de origen azerbayano Ramil Guliyev, campeón con unos estratosféricos 19.76 en la final más rápida de la historia en unos campeonatos europeos.

Hortelano, que iba primero tras la curva, acosado por otro británico, Adam Gemili, no encontró el cambio final y cayó hasta la cuarta plaza en los últimos cinco metros, resultado que, de todas formas, valoró como una enorme satisfacción. "Esta temporada ha sido magnífica, única, por el difícil y largo camino que he tenido que recorrer para llegar hasta aquí", aseguró el esprinter español, de padre vasco y madre catalana (Roig), nacido en Australia, educado en Canadá y crecido atleticamente en la Universidad de Cornell (Nueva York).

Ambición de Fernando

Si Hortelano no dio por perdida una medalla que, en realidad, nunca había tenido en la mano, Carro tampoco se sorprendió de colgarse del cuello la suya. De hecho, el agónico obstaculista había llegado a Berlín acreditando la segunda mejor marca de la temporada (8.19.30) entre los inscritos, solo por detrás de Mekhissi-Benabbad. Pero llegaba de un año difícil, el 2017, sin prácticamente ni beca ni club, problemas que superó con su carácter batallador y peleón.

La infancia vivida en el barrio de Suances-Canillejas modeló su carácter. "Me hice amigo de un chaval marroquí para estar más protegido en la calle, pero o nos perseguían los quinquis o los neonazis. Siempre corriendo", ha explicado en alguna ocasión Fernando Carro, que de esas huídas explica el estilo "un poco despendolado" que gasta en la pista.

Pero lo que no le falta es ambición. "La voy a liar", había dicho la noche anterior en el hotel. Y ayer, tras una carrera casi heróica, el doble campeón de España y noveno en los Europeos de hace dos años, lamentó -eso sí, con una sonrisa en la boca- que Mekhissi-Benabbad se le hubiera ido en la última fase de la carrera. "Sabía que, sufriendo, podía ganar la carrera, pero he dudado cuando se ha ido el francés y esos metros no los he podido recuperar". Carro pasó tercera por la campana de la última vuelta y superó en la contrarrecta al italiano Johanes Chiapinelli. Un pequeño tropezón en la última ría le impido intentar más en serio el asalto al primer puesto que ambicionaba.

"Es un momento maravilloso en un escenario irrepetible", aseguró el madrileño de 26 años, cuya ambición, más allá del deporte, es licenciarse en la universidad y ser profesor. "No pararé hasta conseguirlo, quiero ayudar a los chavales", dijo, satisfecho sobre todo ayer porque sabía que "iba a llegar el sol por oscura que fuera la noche".