LOS EUROPEOS DE ATLETISMO

Una nueva España busca una decena de medallas en Berlín

Hortelano encabeza una generación emergente de estrellas, como Husillos, Ordóñez, De Arriba y Peleteiro

Bruno Hortelano, ganando una reciente carrera en Barcelona.

Bruno Hortelano, ganando una reciente carrera en Barcelona. / .44265976

Gerardo Prieto

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Bruno Hortelano es la sensación de la selección española de atletismo que pasará su gran reválida del año en el Olímpico de Berlín, entre este lunes y el próximo domingo. Su exitoso caso de superación, tras un grave accidente en el que pudo perder la mano derecha, le ha convertido en un fenómeno mediático, una anomalía entre una inmensa mayoría de atletas que pasan desapercibidos pese a sus innegables méritos deportivos.  

España va con todo a Berlín, no solo con Bruno Hortelano. Desplaza un equipo de 96 atletas (53 hombres y 43 mujeres), un récord de participación para la Roja que calza clavos. Se trata de aprovechar el momento: un campeonato continental supone una oportunidad única para brillar en un año sin Mundial ni Juegos Olímpicos, sin la presencia de los mejores africanos o afroamericanos, excepto los nacionalizados por Turquía y el resto de países europeos. Como el hispanocubano Orlando Ortega, con  opciones al oro en 110 vallas para el medallero español, en una especialidad dominada este año por el ruso Sergey Shubenkov (12.92 segundos)

El atletismo español necesita como nunca un baño de autoestima tras el evidente descenso en resultados en las últimas grandes competiciones. Que una atleta de 36 años, Ruth Beitia, sostuviera sobre su larga espalda el peso del medallero en el pasado Mundial de Londres 2017 resultaba insoportable. Los recortes también han afectado a los deportes dependientes en buena parte del dinero público. Y el incesante goteo de casos de dopaje, además, ha minado credibilidad y prestigio durante más de una década al atletismo español. La cita en una de las capitales de Europa, una entendida en el deporte rey, parece propicia y oportuna para reivindicarse como una potencia atlética limpia.

Una decena de medallas

Los pronósticos oficiales apuntan a una decena de medallas en el Europeo de Berlín. El último que organizó Alemania se celebró en Múnich en el año de implantación del euro (2002). España arrasó en las carreras en calle libre y, como no, en la marcha. Un botín récord de 15 medallas, más del doble que ocho años después conseguiría en casa, en el Europeo de Barcelona 2010, que acabó sumando seis. Fue el momento de mayor éxito por resultados del anterior presidente de la federación, José María Odriozola, en el cargo durante la friolera de 27 años, quien entonces ejercía también de seleccionador nacional.

La cara B del éxito español en Múnich estuvo marcada a la larga por la caza y posteriores sanciones por dopaje a Paquillo Fernández, Alberto García, Antonio Jiménez Pentinel, Marta Domínguez y Glory Alozie, cinco de los de los seis españoles que ganaron en el estadio de los Juegos de 1972 y sede del Bayern de Munich hasta 2005. Solo Chema Martínez se ha salvado de pertenecer a esta sonrojante lista de falsos campeones.

El último fiasco de un campeón europeo español ha sido protagonizado recientemente por el fondista Ilias Fifa, campeón de 5.000 metros en Amsterdam 2016, tan solo un año después de adquirir la nacionalidad española y dos antes de ser fichado en la operación Chamberí y sancionado con cuatro años de suspensión.

Por debajo de 20 segundos

Fue precisamente en Amsterdam 2016 (los Europeos se celebran ahora cada dos años) cuando y donde el atletismo nacional pareció suficientemente preparado para triunfar, pero aún no listo. Asomados al podio, aparecieron caras nuevas, sobre todo en una especialidad que nunca se ha dominado, la velocidad, gracias al talento de una generación nacida durante el cambio de milenio.  

La punta del iceberg es un puñado de velocistas muy jóvenes, capaces de superar viejas marcas y medirse con los mejores del continente. Y en un escenario tan reconocible como el Olímpico de Berlín, en la arena que inmortalizó Leni Riefenstahl retratando a un esprinter que también saltaba llamado Jesse Owens y sus cuatro oros olímpicos en 1936.

La tenacidad de Bruno Hortelano para recuperar su mano dañada, volviendo a la alta competición con el puño enguantado en alto, dos años después del accidente, y batir dos récords nacionales  (400 y 200) antes de viajar a Berlín, ha cautivado a los medios y trascendido a los aficionados al atletismo. La posibilidad de ver a un españolito nacido en Australia correr por debajo de 20 segundos en 200 metros es ahora real.

Una selección compacta

Por suerte, Hortelano no es el único ni está solo. La selección es muy compacta en muchas disciplinas. Ya no hay solo opciones en mediofondo, con Adel Mechaal, Antonio Abadía, Marta Pérez o Esther Guerrero. Con Óscar Husillos, Lucas Bua y Samuel García, Hortelano puede completar un 4x400 explosivo. La mejor noticia es que tras los citados hay corredores tan solventes como Pol Retamal, Daniel Rodriguez, Aitor Same Ekobo, Darwin Echeverry, Sergio Juárez, pisando talones. La réplica femenina en  velocidad  corre a cargo de Maribel Pérez, Cristina Lara, Paula Sevilla, Estela García, Laura Bueno y Jael Bestué, ésta última nacida en el 2000. 

Un ejemplo trasladable a los00, con Saúl Ordoñez y su flamante  récord de la doble vuelta (1.43.65), con Alvaro de Arriba a unas cuantas décimas de distancia. Hay más ejemplos, todos a examen bajo el cielo de Berlín.