CAMBIO DE ERA BLANCA

Se busca líder. Razón, Real Madrid

La pretemporada constata cómo ha quedado Florentino Pérez tras la marcha de Zidane y Cristiano

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Alejandro García

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Florentino Pérez se ha encontrado, de forma más o menos repentina, con la necesidad de acometer un gran fichaje y, quiera hacerlo o no, sus posibilidades son muy reducidas. Más que por el dinero, por el mercado, los jugadores que necesita el Real Madrid no van a salir de sus equipos.

A base de operaciones faraónicas del PSG, el aumento exponencial de los derechos de televisión en la Premier League inglesa y la incursión de nuevos mercados, en los últimos años las cifras del fútbol se han inflado como la mejor burbuja inmobiliaria. Ahora el Real Madrid ya no es el más rico del barrio, ya no está en disposición de fichar casi a su antojo al gran jugador que se le antojara, salvo Messi. Ahora hay más equipos en el mundo que tienen su músculo financiero y pueden permitirse fichar antes, más caro y mantener mejores sueldos.

Los 45 millones por Vinicius

En los últimos cuatro años, desde el Mundial 2014, el Real Madrid no había pagado tanto dinero por nadie como los 45 millones de euros que ha desembolsado para fichar a Vinicius, un chico de 18 años, con uno de experiencia en la élite en Brasil, que todavía no tiene número con el primer equipo.

El verano de 2014 terminó con el, hasta ahora, último gran fichaje del Madrid de Florentino Pérez: James Rodríguez. El colombiano, que costó 75 millones de euros, era un adorno accesorio, una ostentación de un club que acababa de ganar la Champions League (en Lisboa contra el Atlético).

Todo, un año después de haber roto el mercado pagando más de 100 por Gareth Bale, en un movimiento anticipado que buscaba hacer convivir en armonía al rey y al delfín. Ese verano también llegaron, por 30 millones de euros, Isco e Illarramendi. Un año antes, por el mismo precio y tras una larga negociación, había aterrizado Modric.

A partir de 2015, con el equipo sustentado en los Ronaldo, Kroos, Casillas, Ramos y Marcelo, la política de fichajes del Real Madrid cambió radicalmente. Además de Danilo y Kovacic, por los 30 millones que parecían estándar; llegaron Vallejo, Asensio y Lucas Vázquez: la apuesta de futuro.

Las altas de 2016 se redujeron a Ödegaard, Mariano, Borja Mayoral y Marcos Llorente, del Castilla; y Morata, recomprado a la Juventus. Un año más tarde, otro verano raquítico: además de Theo Hernández, por el que se pagó la cláusula de 24 millones al Atlético, llegó Ceballos del Betis.

Y así, entre fichajes para el futuro, se ha echado encima la renovación. El equipo sustentado por los fichajes de primer nivel de los primeros años de gestión de Florentino Pérez (en su segunda etapa) ha tocado techo y, la salida de Zidane y Ronaldo, apremian al club a volver a la primera línea del mercado.

El caso paradigmático es el del entrenador. La salida de Zidane provocó una búsqueda ingente que cosechó negativa tras negativa. Todo terminó con el lío con la Federación y el fichaje de Lopetegui, un técnico con menos prestigio que los nombres que le precedían en la lista de preferencias: desde Kloop hasta Allegri, pasando por Pochettino.

El rumor más fuerte de estos días se centra en Cavani, ese tipo de jugador que ya no está en un nivel de plenitud suficiente para ser la estrella rutilante del Madrid, lo que no significa que su rendimiento pueda ser sobresaliente. El tipo de jugador al que puede acceder el Madrid a estas alturas de mercado.

La hora de Bale

A partir de aquí, sin el máximo goleador del equipo en las últimas nueve temporadas, con Modric, Marcelo, Ramos y Benzema en la treintena o más allá, y sin el fichaje de una estrella a la vista, es el momento de buscar entre lo que ya hay en casa.

Es el momento, sobre todo, de Bale al que las necesidades van a encumbrar a los altares. Junto a él, tienen la responsabilidad del nuevo Madrid 2018-19 jugadores como Isco, que sale de partida, como con España, con toda la confianza del entrenador; Varane, todavía a la sombra de Ramos, tiene que ir dando pasos adelante en cuanto a mando y jerarquía; Lucas Vázquez, también predilecto de Lopetegui, e incluso Ceballos, que ha ganado una nueva vida con la llegada del ex seleccionador.