EUROPEO DE WATERPOLO

España se agiganta y jugará la final

El conjunto de David Martín supera a Italia (8-7) y sueña con un oro que no figura en su palmarés

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Christian Martínez Romeo

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Para calibrar la trascendencia de las semifinales disputadas por la selección española masculina de waterpolo es necesario echar la vista atrás. Es imprescindible vislumbrar a José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, recibir con sorpresa la noticia que anunció la muerte de Michael Jackson, o reproducir alguno de los partidos de un Barça de Guardiola que acabó rubricando en un triplete su excelso fútbol. Evocándonos a aquel lejano 2009, dicha fecha fue la última en la que el combinado waterpolístico nacional se codeó con una élite que volvió a abrirle las puertas este jueves y no solo por unos minutos. 

Regresando a las semifinales de una competición internacional nueve años después, poco o nada queda de aquel conjunto que obtuvo la plata en Roma. Casi una década ha debido transcurrir para que las Bernat Picornell volvieran a soñar con un oro en categoría masculina. 32 minutos de excitación que acabaron en vendetta de aquella significativa final de los Juegos Olímpicos del 92, donde Italia propició las lágrimas en los rostros de los deportistas españoles.

Del desconsuelo de aquella cita olímpica, impregnado en la memoria, al entusiasmo y fervor de una grada entregada se pasó en cuestión de minutos. Los que tardó el conjunto de David Martín en demostrarle a Italia que las cosas han cambiado y que no admitía antagonista en su historia por hacerse con la presea dorada. Un golpe de efecto sostenido en la astucia de Tahull, un gran trabajo coral y el buen hacer de López Pinedo.

Intercambio de golpes

Con un doblete de rostros conocidos en el bando rival, donde junto al ceutí Guillermo Molina también compite Gonzalo Echenique, quien decidió dejar España para competir con Italia hace poco más de un año, el combinado de David Martín plasmó una versión coral similar a la exhibida hace unos días, cuando pasó por encima de Grecia con total autoridad. 

Certeros en ataque, compactos en defensa y gestionando a la perfección el ‘tempo’ y la situación, España no se amedentró cuando vio que los italianos remontaban un 4-1 y se situaban dos por encima en el último cuarto.

Pinedo decide

En una remontada de tintes épicos, con polémica servida por un gol in-extremis que debió entrar para llevar el partido a los penaltis, el conjunto de Martín hizo realidad la gesta de pasar del 5-7 al 8-7 definitivo con una intervención estratósferica de López Pinedo.

Con el júbilo que proporciona haber regresado al olimpo europeo, la consecución del oro -se dilucidará este sábado ante la temible Serbia- sería la rúbrica de la mejora de un combinado español que ha visto cómo el tiempo y la vida pasaban sin poder hacerse con ningún metal.