LA COMPARACIÓN ENTRE DOS GRANDES HORNADAS
Croacia y el espejo del 98
La generación de Modric, Rakitic y Mandzukic aspira a repetir las semifinales del fantástico equipo de Suker, Boban y Jarni, que solo fue frenado por la Francia de Zidane hace 20 años
Raúl Paniagua
Periodista
Raúl Paniagua
Llevan mucho tiempo persiguiéndolo pero siempre habían topado con alguna desgracia, fuera en forma de penaltis o del típico mal partido que te envía a la calle. En Rusia, la talentosa Croacia de Modric y Rakitic se encuentra en el buen camino.
Rozó la hecatombe ante Dinamarca en los octavos pero esta vez la fortuna cayó de su lado. Este sábado espera la anfitriona. Si pasan a semifinales igualarán a sus referentes, aquella mágica generación que acabó tercera en el Mundial de 1998. Solo la Francia capitaneada por Deschamps y liderada por Zidane pudo con ellos.
El primero como país independiente
La nostalgia y el orgullo se apoderan de los balcánicos al recordar aquella edición disputada en tierras francesas. Era el primer Mundial de Croacia como país independiente tras un convulso conflicto que marcó la infancia de los actuales componentes de la selección.
El camino empezó en la fase de grupos en la que solo perdieron contra Argentina. En los octavos tumbaron a la Rumania de Hagi, Galca y Popescu gracias un gol de Suker, que acabaría siendo el 'pichichi' del torneo.
El inolvidable 3-0 a Alemania
El éxtasis llegó en cuartos con un inolvidable 3-0 a Alemania en Lyón. "Es el mejor recuerdo de mi carrera. Les teníamos muchas ganas después de los que pasó en 1996. El árbitro nos robó en aquella Eurocopa y estábamos muy heridos. Salimos a comernos el campo. Creo que no he corrido tanto en mi vida", recuerda Robert Jarni (Cakovec, 1968) a EL PERIÓDICO.
"La experiencia de 1998 es el mejor recuerdo de mi carrera. Estos chicos me recuerdan a nosotros. En Francia nos quedamos cerca de jugar la final contra Brasil. Ojalá ellos nos superen" (Jarni)
El exjugador del Madrid, Juventus y Betis firmó el primer gol de aquel duelo con un tremendo zurdazo justo antes del descanso. "Marqué en el mejor minuto posible. También expulsaron a un defensa alemán. Veíamos la revancha cerca. Después marcaron Vlaovic y Suker. Fue maravilloso. Echo mucho de menos esos momentos en el césped", confiesa el antiguo carrilero, que está siguiendo el Mundial en Split junto a su mujer y sus hijos. Internacional en 81 ocasiones, dirige ahora a la selección croata sub-18.
La última oportunidad
Aquel triunfo supuso la consagración y el inicio del declive de una generación portentosa, una situación similar a la actual. "Me han preguntado mil veces por esa comparación. Es una generación que se parece mucho a la nuestra. Hay cinco o seis jugadores que están en los mejores equipos del mundo, pero no han ganado nada con su selección. Exactamente como nosotros", cuenta Jarni.
El mítico zurdo viviría una hipotética final en Japón, donde tiene un torneo. "Casi todos los chicos tienen entre 29 y 32 años, como nosotros. Son amigos y es su última oportunidad de hacer historia. En Francia nos quedamos cerca de jugar la final contra Brasil. Me encantaría que ellos lo lograran. Ojalá nos superen". Croacia acabó tercera en 1998 superando a Holanda en el duelo de consolación.
Suker, el héroe
El héroe de aquella generación, el exmadridista Suker, preside la federación croata desde el 2012. Boban, el fantástico exjugador del Milan y capitán en 1998, cree que ese éxito "ha pesado como una losa" para la hornada actual. "Siempre pensé que aquello sería irrepetible para el fútbol croata, que solo pasaría una vez en la vida", explica.
"Todos recordamos aquel Mundial de 1998. Éramos niños y siempre soñamos con repetir aquello. Estamo deseando jugar contra Rusia" (Perisic)
Boban fue el ídolo de Modric, el actual capitán del equipo ajedrezado. "Ganar el Mundial es casi impensable, sería como el cuento de hadas más bonito", dice el centrocampista del Madrid, que ha vivido todas las desgracias de su selección desde el 2008.
Travesía en el desierto
Mandzukic y Perisic son otras de las figuras croatas. "Todos recordamos aquel mundial de 1998. Éramos niños y siempre soñamos con repetir aquello. Estamos deseando jugar contra Rusia", dice el extremo del Inter de Milán.
El duelo de Sochi de este sábado marca la frontera. La generación del 98 es el espejo. Si se vuelve a fallar no habrá más oportunidades, simplemente por una cuestión de edad y de tiempo. Aquella selección que acabó en el podio en Francia dio paso a una travesía en el desierto de los mundiales: 2002 (23º), 2006 (23º), 2010 (no participó) y 2014 (19º). Ahora llega el momento de volver al origen.
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