LOS DESPLAZAMIENTOS DE LA AFICIÓN

La odisea de los peruanos

Más de 40.000 hinchas siguen a su selección por Rusia con viajes heroicos en tren

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Raúl Paniagua

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Carlos Miguel Álvarez, alias ‘el Chicharra’; Marcos Wiland, ‘el Alemán’; y Guido, a secas. Amigos y residentes en Lima, aunque el último pasa ahora una etapa en Honduras. Los tres peruanos se encuentran en Rusia, a 13.000 kilómetros de su país, disfrutando de un sueño que pensaban que jamás llegaría: ver a su selección en un Mundial.

Para hacerlo realidad han recurrido a planes heroicos, a la altura de la pasión que sienten por la blanquirroja. Su historia es solo una muestra más de la aventura emprendida por 40.000 compatriotas. La odisea vale la pena.

El hincha desnudo

Un vídeo se hizo viral el pasado noviembre cuando Perú eliminó a Nueva Zelanda en la repesca y se clasificó para Rusia. En las imágenes se ve a un hincha completamente desnudo corriendo alrededor de la Cibeles con una bandera al grito de "¡Viva Perú, la concha de tu madre!".

El hombre cumplía una promesa. Desde el Mundial del Naranjito en España-82 no se encontraba su selección en la mayor fiesta del fútbol. Chile, campeona de América, Ecuador o Paraguay se quedaron fuera en un grupo sudamericano que siempre es duro y competitivo. El viaje a Rusia era una oportunidad para vivir una experiencia única.

Un plan para locos

"O íbamos ahora o nunca. Si tenemos que esperar otros 36 años estaremos muertos", cuenta Wiland, el arquitecto del plan que llevó a los tres cincuentones de nuestra historia hasta Moscú. Nada más conocerse el camino de Perú en el sorteo de diciembre en el Kremlin, ‘el Alemán’ se puso manos a la obra.

Analizó todas las combinaciones posibles para lograr un viaje asequible económicamente. Carlos Miguel y Guido, mientras, llevaban ya meses ahorrando por si se producía el milagro. "Perú es nuestra vida. Crecimos juntos, estudiamos juntos, jugamos al fútbol juntos. Nos faltaba vivir un Mundial juntos", cuenta ‘el Chicharra’ emocionado. Su discurso es perfecto e interminable. Podría acabarse el mundo y seguiría hablando. Es su segundo viaje a Europa. El primero fue a Daimiel (Ciudad Real), donde tiene unos familiares.

Cerveza y vodka

Las compañías peruanas ofrecían packs completos para la primera fase por unos 12.000 euros. El trío de valientes lo diseñó por su cuenta con un coste de 6.000 euros más los gastos durante el torneo. Ahora llega la parte dura. La logística del viaje. El transporte y las horas interminables en los trenes.

"Me golpeé la cabeza cuando lo monté todo. Confiaron demasiado en mí", bromea ‘el Alemán’. "Con la cerveza y el vodka se hace más llevadero. No hay que pensar en las horas de tren, hay que pensar en Perú. En Guerrero, en la 'foquita' Farfán, en Flores... ¡Vamos Perú!", exclama Guido. 'El Chicharra', mientras, ya ha entablado conversación con otra persona a la que le espera una buena charla.

Dos noches en los vagones

Ellos llegaron a Moscú haciendo escala en Amsterdam. Otros compañeros optaron por parar en Madrid o París. En todos los casos el trayecto total en avión suma unas 17 horas. La odisea empieza en Rusia. Perú jugó el primer partido en Saransk, que no es precisamente la ciudad mejor comunicada del país; el segundo, este jueves en Ekaterimburgo, la sede más oriental, al pie de los Urales; y el tercero en Sochi, la más meridional, a orillas del mar Negro.

La mayor locura llegará de Ekaterimburgo a Sochi: 60 horas seguidas en tren

"No podíamos morirnos sin vivir un Mundial. Lo más fuerte vendrá en el último partido. Nos pasaremos casi tres días en el tren. Dormiremos dos noches en los vagones", explica Wiland. Tiene razón. Si para llegar a Saransk tardaron ocho horas (los últimos billetes de avión se iban a 800 euros), ahora tocan 22 a Ekaterimburgo antes de medirse con Francia.

La locura más bestia les trasladará a Sochi, con un mínimo de 60 horas de trayecto. Si Perú cae en la primera fase, tomarían otro tren hasta Moscú de 39 horas. Un infierno. En el mejor de los casos estarán 129 horas en el tren, una cifra que podría llegar hasta las 150 en las peores rutas. Si pasan a octavos la odisea continuaría.

El regalo chileno

"Los chilenos tardarán menos. Que nos vean por la tele", suelta Guido en alusión al mayor enemigo de los peruanos. La campeona de América les echó una mano involuntaria. Su reclamación por alineación indebida de Bolivia se resolvió otorgándole también un triunfo Perú, que había perdido en La Paz. Esos puntos regalados fueron claves para meterse en la repesca. "Fue un milagro, nuestros dirigentes no pidieron nada", dice ‘el Alemán’.

Contra Dinamarca los blanquirrojos fueron mejores, pero perdieron. Ahora necesitan sorprender a Francia. "¿Si México ganó a Alemania por qué no vamos a liarla nosotros también? Medimos 10 centímetros menos que todos, pero jugamos bien. ¡Vamos Perú!". Su fe merece un triunfo.