Iago Aspas despierta a España ante Túnez

Estaba siendo silbada España, aburrido como estaba el público ruso. Aburrido y  enfadado el público de Krasnodar. Hasta que Iago Aspas, un tipo que no entiende de amistosos, decidió acabar con tanto tedio. Pero el gol nació de un excelente pase interior de Busquets aprovechando la cabalgada al espacio de Diego Costa. Aguantó y aguantó el 'nueve' del Atlético hasta que apareció el goleador del Celta para firmar el tanto que le daba el triunfo a la selección de Julen Lopetegui. Pobre juego, único gol, y el técnico modificando la piel táctica de España con sus decisiones.

Un amistoso a menos de una semana de que arranque un Mundial resulta de lo más inoportuno y peligrosamente tentador. La selección solo gobernó el partido en los diez primeros minutos hasta que Thiago cometió una imprudencia con un pase. Un pase que era una condena. Condenado quedó Odriozola, a quien le pilló el balón en su espalda porque estaba tan desordenado que ese fallo desnudó a todos. El error en el remate de Túnez frustró que esa condena fuera aún mayor.

Peligrosas pérdidas de balón

Esa fue la señal que desactivó el buen inicio español. De repente, la selección se desconectó. Y lo hizo de tal manera que abandonó el partido, sobre todo, en la primera mitad cuando las pérdidas de balón (una de Busquets que terminó con Odriozola corriendo hacia atrás sin éxito alguno y otra de Isco en la cercanía del área de De Gea) convirtieron en vulnerable a España. Ya ni se asomaba al área tunecina porque tanto Isco (que empezó de extremo zurdo camuflado) como Silva (más pegado que de costumbre a la cal de la derecha) estaban alejados del balón, dejando, además, solo en la tarea defensiva a Busi.

Los laterales (Odriozola y Jordi Alba) se proyectaban sin red de seguridad alguna a su espalda, terminando España sin la pelota. Se apagó para desesperación de Lopetegui, a quien el error de Thiago le hizo tocarse el nudo de la corbata, temiéndose lo peor.  Mucho pase, pero demasiado pase en corto.

En el reino de los media puntas (Silva, Isco, Iniesta, Thiago…) se detectó que existió poca verticalidad. En el descanso, y al comprobar que su equipo no estaba nada fino, Lopetegui metió mano. Quitó a Thiago y puso a Koke de escolta de Busquets. Sacó a Isco, desaparecido en los primeros 45 minutos, y colocó a Lucas Vázquez como extremo derecho auténtico, nada de falso ni de camuflado, lo que provocó que Silva se marchara a la izquierda para conectar más con Iniesta. El tercer y último cambio llevaba mensaje: Odriozola, atrevido en sus aventuras ofensivas, pero sufriendo atrás, dejaba su sitio a Nacho.

Final con tres centrales

A la hora de partido, más cambios de Lopetegui, enfadado porque España no tenía presencia en el área tunecina. Cambió toda su estructura ofensiva. Se pasó del Silva-Rodrigo-Isco al Lucas Vázquez-Diego Costa-Marco Asensio. Del toque a la búsqueda de la profundidad. Al menos, De Gea no sufría tanto porque  Koke y Nacho solidificaron la estructura defensiva. En los minutos finales, España jugó con tres centrales (Ramos por la derecha, Piqué en el eje y Nacho en la izquierda), actuando con dos delanteros centros que se reunieron finalmente en el área tunecina: Costa e Iago Aspas. Entre ellos se cocinaron el gol que despertó a España.

Así hemos narrado el partido en directo: