Carvajal se rompe

No tenía trascendencia alguna ese balón que golpeó Dani Carvajal. Estaba cerca del banderín de córner y ese profundo y venenoso lateral derecho tenía un par de opciones. Parar la pelota o incluso centrar desde la banda. Pero detectó que Cristiano Ronaldo estaba cerca de su área de influencia. Fue entonces cuando escogió la tercera vía, tan inusual como inesperada. Dio un taconazo con su pierna derecha y segundos más tarde estaba llorando sobre el césped de Kiev. A lágrima viva.

Se había roto Carvajal, un defensa explosivo de músculos frágiles. Roto de verdad. Tanto que dio el taconazo y se desparramó sobre la hierba, incapaz de levantarse, sintiendo, de forma instantánea, el mensaje que le había enviado su pierna derecha. Entonces, lloró y lloró. Sin consuelo alguno, consciente el jugador de que ese "problema muscular en el isquiotibial de la pierna derecha", como informó el Madrid en el descanso, le devolvía al tormento que ya vivió en la final de Milán hace dos años.

Allí también sufrió otra lesión muscular, pero entonces sucedió en la pierna izquierda, que le impidió participar en la Eurocopa del 2016 con la selección española. Ahora, idéntico drama, pero en la otra pierna (la derecha) y angustiado estaba el lateral porque el Mundial está a la vuelta de la esquina. Quedan dos semanas y los músculos de Carvajal lloran sin fin porque ven imposible llegar a Rusia.