Salah, con hambre pero de gloria

La estrella del Liverpool se salta tres días el ayuno del Ramadán para estar al 100% en la final de la Champions

Salah, durante el entrenamiento del Liverpool en el Olímpico de Kiev.

Salah, durante el entrenamiento del Liverpool en el Olímpico de Kiev. / periodico

José María Expósito

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A lo largo de la semana, los jugadores del Real Madrid han tratado de negar uno de los pocos argumentos de quienes defienden que el Liverpool es el favorito en la final de este sábado: el de que, tras ganar tres Champions en cuatro años, los blancos tienen menos hambre que los 'reds'. Un hambre metafórica, se entiende. Pero el hambre real (la gusa, la gazuza, la carpanta), puede tener su peso en el partido. Y es que, recién iniciado el Ramadán, no está claro si antes del pitido inicial además del himno de la Champions atronará el estómago de uno de los jugadores más importantes de la final: Mohamed Salah.

El delantero egipcio afronta hoy el partido más importante de su carrera. Elegido Futbolista Africano del 2017 y mejor jugador de la última Premier, una victoria podría catapultarle al podio del Balón de Oro. "Si el Liverpool gana, él es un candidato. El mundo entero busca a otro que no sean Cristiano y Messi", asegura su colega del Bayern Thomas Müller.

Klopp: "Es algo privado"

No es sin duda el mejor partido para encararlo sin haber bebido ni comido nada desde el amanecer, así que la duda sobre si cumplirá con los preceptos del Corán lleva días planeando. El Ramadán comenzó el 17 de mayo, pero desde entonces el Liverpool no ha tenido que disputar ningún partido. Su entrenador, Jürgen Klopp, tiró este viernes balones fuera. "Tal y como yo lo entiendo, la religión es algo privado, así que no tengo nada que comentar. Pero tranquilos, todo está bien, ya veréis en el entrenamiento que está al 100%", tranquilizó el normalmente histriónico alemán.

Quien sí reveló el planning de Salah fue su fisioterapeuta de confianza, Rubén Pons, desde el 2014 en el Liverpool y que, por expreso deseo de la estrella, estará en el Mundial de Rusia con el equipo egipcio. El delantero se saltará el Ramadán durante tres días. “Estuvimos en Marbella y la nutricionista estableció un plan de trabajo. Jueves, viernes y sábado no lo hará, por lo que no le va a afectar", comentó el especialista de Benicàssim en Onda Cero y la Cadena Ser, y añadió que "lo retomará después de la final". Según un diario egicpio, la familia del delantero sacrificará tres terneros para bendecirle.

El Mundial, afectado

De hecho, el Ramadán alcanzará los primeros días de un Mundial en el que participan seis países de amplia mayoría musulmana: Arabia Saudí, Egipto, Irán, Marruecos, Senegal y Túnez. Cuatro debutarán en Rusia con el Ramadán aún vigente y dos de ellas (Marruecos e Irán, rivales de España) se enfrentarán entre sí.

El técnico de Salah en la selección egipcia, Héctor Cúper, manifestó hace unos días los quebraderos de cabeza que este hecho le suponía cara al Mundial. "Mis jugadores ayunan desde que sale el sol y hasta que se pone. ¿Y yo cuándo entreno? ¿A las 5 de la mañana? Es un problema que también tiene Pizzi en Arabia Saudí. Tenemos que charlarlo, el Corán indica que si estás en una excepción, si estás viajando, por ahí, se puede hacer algo. Mucho más no puedo contar", relató. El seleccionador de Marruecos, el francés Hervé Renard, dijo que el Ramadán del 2017 fue "la experiencia más catastrófica" que había vivido nunca.

Benzema, Achraf, Mané...

El problema, en cualquier caso, no es nuevo. Ni es Salah el único afectado en la final. Benzema es musulmán, pero hace años que decidió dejar de cumplir el ramadán por ser un deportista de élite. Sí lo respetará Achraf, aunque no entrará en la lista final de Zidane. En el bando 'red', también son musulmanes Mané y Emre Can y no se han manifestado, pero ninguno de ellos ha marcado este año 44 goles en 50 partidos. Ninguno de ellos es Salah.