Protesta limitada

La NFL multará a los equipos si sus jugadores no escuchan el himno de EEUU en pie

Colin Kaepernick se niega a levantarse y pone la rodilla en tierra durante el himno de EEUU, este viernes en un partido de pretemporada.

Colin Kaepernick se niega a levantarse y pone la rodilla en tierra durante el himno de EEUU, este viernes en un partido de pretemporada. / periodico

Idoya Noain

Nueva York
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Donald Trump puede estar satisfecho. La Liga Nacional de Fútbol americano (NFL) ha anunciado este miércoles la aprobación de una nueva política con que la que trata de poner fin a la polémica y los boicot creados por las protestas de jugadores durante el himno, un tema que el presidente de Estados Unidos convirtió en prácticamente cuestión de estado aunque sin poder ocultar un tufo racista en sus denuncias.

Según un comunicado emitido por el comisionado de la NFL, Roger Goodell, “esta temporada todo el personal de la liga y los equipos debe estar en pie y mostrar respeto por la bandera y el himno”. Se realizará un cambio en el manual de operaciones, no obstante, que elimina la obligación que existía de que todos los jugadores estuvieran en el campo cuando sonara el himno, y a partir de ahora podrán quedarse en el vestuario o en otros enclaves fuera del campo mientras se interpreta.

Multas y reacción

Los propietarios de los equipos han votado a favor de la nueva política, que estipula, además, la imposición de multas para quienes no cumplan las nuevas normas. Las sanciones se impondrán, precisamente, a los equipos, no directamente a los jugadores. Y serán también los equipos quienes podrán desarrollar sus propias políticas individuales para lidiar con las acciones de los jugadores.

Aunque el comunicado de Goodell aplaude los esfuerzos de muchos jugadores asegurando que han despertado “conciencia y acción sobre temas de justicia social con los que hay que lidiar”, la directiva se ha aprobado sin consultarles. Y el sindicato que agrupa a los deportistas ha denunciado este hecho en su propio comunicado, en el que han anunciado además que, una vez que estudien y revisen la nueva política, retarán los aspectos que consideren inconsistentes con sus derechos.

Una controversia incendiada por Trump

Con el paso dado por la NFL y los propietarios, mayoritariamente conservadores, se intenta dejar atrás una polémica que se abrió en la temporada de 2016. Fue entonces cuando Colin Kaepernick, que era quarterback de los San Francisco 49ers, empezó protestar durante el himno para llamar la atención sobre temas de brutalidad y racismo policial. Al principio se quedaba sentado. Luego empezó a clavar una rodilla en el suelo.

El gesto de Kaerpernick, que empezó su protesta cuando Barack Obama ocupaba la Casa Blanca, se enmarca en una larga tradición de activismo político y social de deportistas en Estados Unidos, especial pero no únicamente negros. Se le fueron sumando otros jugadores (y de otras ligas), aunque fue él quien más acusó el ostracismo profesional al que se le ha sometido (sin conseguir ser fichado desde que el año pasado se volvió agente libre,  ha denunciado a la liga). Y la polémica se desbordó el año pasado, cuando Trump llamó “hijos de puta” a quienes protestaban. El presidente animó también a boicotear la NFL, la liga más popular de EEUU, un mastodonte que ingresa unos 14.000 millones de dólares de beneficio anuales y donde el valor combinado de sus 32 equipos supera los 37.000 millones.

Pese a haber acabado cediendo a la presión política y económica, la NFL ha denunciado también que fue “desafortunado” que las protestas en el campo “crearan la falsa percepción entre muchos de que miles de jugadores no eran patriotas. No es y nunca ha sido el caso”, asegura Goodell. Y en una reunión que se celebró el mes pasado entre propietarios y jugadores, incluso el propietario de los Patriots, Robert Kraft, que apoyó a Trump, fue crítico con el presidente. “El problema que tenemos es que tenemos un presidente que usará esto (las protestas) como carne de cañón para su misión, que no siento que sea en el mejor interés de EEUU”, dijo según una grabación a la que tuvo acceso 'The New York Times'. “Es divisivo y es horrible”.

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