El Espanyol se despide a lo grande ante el Athletic

La felicidad que tanto buscó y proclamó Quique Sánchez Flores ha llegado demasiado tarde al Espanyol. Un mes después del fulminante despido despido del técnico madrileño y la apuesta por David Gallego, el equipo perico cerró la Liga con un triunfo en San Mamés, 13 de los 15 últimos puntos y una sonrisa antes de encarar las vacaciones. El técnico de la casa ha hecho todos los méritos del mundo para continuar al frente del primer equipo, pero la dirección deportiva tiene otra idea. Puede estar tranquilo Gallego. Su trabajo ha sido excelente.

Cuatro triunfos y un empate es el balance del sustituto de Quique, que ha cohesionado al vestuario, ha devuelto la alegría al equipo y ha animado a una afición harta de un fútbol conservador y las mismas excusas de siempre. Sin un currículo espectacular y con un talante sereno, Gallego ha sido el revulsivo ideal para un bloque que tenía mucho más potencial que el que reflejaba la clasificación.

Un Athletic deprimente

"Es una victoria de prestigio. Estoy muy satisfecho de este final de temporada. Claro que me lo esperaba, tenemos jugadores para competir contra cualquier rival", valoró el preparador de Súria. Rubi, el técnico que podría subir a Primera con el Huesca este lunes, es el preferido para asumir las riendas el próximo curso.

La decepcionante temporada del Espanyol se cerró este domingo con una victoria en Bilbao que confirmó el subidón del último mes. Un cabezazo de David López en un córner lanzado por Piatti (m. 9) bastó al cuadro perico para tumbar a un Athletic deprimente, un equipo que fue séptimo el curso pasado con Ernesto Valverde y este año ha dado pena con el Cuco Ziganda. Los pitos de la afición en la despedida reflejaron el malestar que rodea al club vasco, que apostará por Berizzo como técnico la próxima campaña.

Gallego sumó su tercer triunfo consecutivo fuera de casa. Quique solo ganó en el campo del colista antes del despido

En San Mamés sumó Gallego su tercer triunfo consecutivo fuera de casa tras los éxitos de Montilivi y el Wanda. Quique se fue a la calle con una sola victoria fuera. Ante el Málaga, el colista.

Ambición blanquiazul

No se echó atrás el cuadro perico tras el gol del central en La Catedral. Siguió atacando y jugando mejor que su rival. Baptistao y Piatti pudieron ampliar la ventaja antes del descanso. La ambición se mantuvo en la segunda parte, con buenas combinaciones de todo el ataque blanquiazul y una jugada polémica en la que el árbitro acertó al no pitar penalti en una caída de Baptistao (m. 63).

Un tiro de Lekue fue la única ocasión reseñable de un Athletic blando y sin alma, que pudo llevarse una derrota más abultada si Melendo hubiese batido a Kepa (m. 82) en una buena ocasión.  También Gerard Moreno acarició el gol en una atrevida vaselina. Solo faltó eso, el tanto del ‘pichichi’ perico, que jugó su último partido con la camiseta del club de su corazón.