El adiós del 'tío Yaya'

En los últimos tiempos, con pocos minutos sobre el césped y a punto de cumplir 35 años, la figura de Yaya Touré (Bouaké, 1983) se ha distorsionado. Más por su declive físico que por otras razones, ya que continúa exhibiendo una calidad ofensiva y de pase suprema. Por eso fue de justa generosidad el discurso que ofreció Vincent Kompany, capitán del Manchester City, con espíritu reivindicativo y delante de todos los espectadores 'citizens', en el día que el marfileño se despedía del Etihad Stadium.

“Para ser una leyenda necesitas una calidad tremenda, longevidad y aparecer en los momentos importantes”, resumió Kompany. “Recuerden. Semifinales de FA Cup contra el Manchester United. Yaya Touré. ¿La final contra el Stoke? Yaya Touré. La primera liga, dos goles al Newcastle. ¿Quién? Yaya Touré. La segunda liga en el campo del Crystal Palace. Yaya Touré. Copa de la Liga contra el Sunderland. Yaya Touré. ¿Y la otra contra el Liverpool? Yaya Touré”.

Durante cinco temporadas fue el hombre más importante en el terreno de juego. En las últimas dos, Pep Guardiola no ha podido disfrutar de su mejor versión. Por eso los títulos que advierte Kompany son de la época anterior. Por eso dice adiós. La influencia del centrocampista en la tercera liga de la historia del club ha llegado, únicamente, desde el vestuario.

El 'Top5' de la historia del City

Touré sale de Manchester en el Top5 de la historia del City. Cuando llegó no despertó unanimidad en el panorama mediático. Estos días se recuerda con burla una pequeña valoración de Paul Merson, exjugador del Arsenal, sobre su fichaje: “Un jugador del montón al que se rumorea que le pagaran 200.000 libras a la semana. ¿Marca goles? No. ¿Los crea? Tampoco. ¿Está bien para jugar de mediocentro defensivo? Sí. Pero el City para eso ya tiene a De Jong, Barry o Viera”. Pocas previsiones tan desacertadas y con tantos errores. Touré ha jugado 316 partidos con la camiseta del City y ha marcado 82 goles.

Como le pasó en Barcelona, dónde sólo pasó tres años pero parecieron más, ha conectado emocionalmente con la afición. Más allá de sus habilidades, perfectas para el fútbol inglés por su potencia descomunal y su disparo, su carácter afable y confiado ha enamorado a los aficionados. No es común en otros jugadores un cántico como el suyo: “Oh Yaya Touré I think we should pay him some more”. Una canción que pide que le paguen más dinero y que que se ha alternado con el himno 'Kolo-Yaya', que se siguió cantando cuando el hermano mayor se marcho del Etihad y se seguirá entonando ahora que ninguno formará parte del equipo. En el vestuario, dónde le apodan cariñosamente “Uncle Yaya”, el tío Yaya, también le echarán de menos.

“Parecía casi un homenaje de adiós al fútbol, pero no, no lo creo”, explicó Touré después del partido. Lo dijo entre carcajadas, rebozando confianza en sus posibilidades y con el deseo de seguir jugando a buen nivel.

En busca de destino

Touré fue el único de los jugadores que acabaron contrato en junio de 2017 que recibieron una extensión por parte del City. Había perdido peso, vuelto a tener minutos y convencido a Guardiola de que podía sumar. Este curso ha recaído y apenas ha tenido oportunidades. Ha salido más veces en los medios por los enfrentamientos a través de su representante, Dimitri Seluk, que por temas deportivos.

En el club han sabido diferenciar la figura de Yaya, con un comportamiento amable con directivos y 'staff' técnico, de la de su polémico agente. Seluk ha amenazado con llevárselo cada verano. Ahora, sin contrato y sin opción de generar ruido, tiene la difícil misión de encontrarle un sitio óptimo, sabiendo que en ninguno podrá estar mejor que en el Manchester City.