FINAL DE CHAMPIONS, 37 AÑOS DESPUÉS

Madrid-Liverpool, la experiencia contra el vértigo en la final de la Champions en Kiev

El equipo de Klopp también sufrió para eliminar al Roma y será el último obstáculo del actual campeón europeo

Klopp festeja en el Estadio Olímpico de Roma el 0-1 marcado por Mane.

Klopp festeja en el Estadio Olímpico de Roma el 0-1 marcado por Mane. / .43157113

Marcos López

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Hace 37 años que el Madrid, dueño de la corona, y el Liverpool, renacido de la mano del eléctrico y vertiginoso Jürgen Klopp , no se han visto en una final de Champions. Entonces, era la vieja Copa de Europa y el Parque de los Príncipes parisino asistió al triunfo red sobre el Madrid de los García dirigido por Vujadin Boskov (1-0, gol de Alan Kennedy)  en lo que fue la última derrota blanca en una final.

Desde entonces, el Madrid es una máquina de llegar a finales (seis) y de ganarlas (seis). De todo tipo y condición. Desde la séptima, con ese gol en fuera de juego de Mijatovic, a la volea de Zidane pasando por el cabezazo de Ramos en Lisboa, sin olvidar el paseo, de nuevo en París, ante el Valencia y las últimas exhibiciones de Cristiano Ronaldo.

Desde la caída en París en 1981, el Madrid es una máquina de ganar finales: seis partidos, seis Champions

En Kiev estarán el próximo 26 de mayo dos clubs legendarios, mientras el Barça, que tiene a Messi, es incapaz de cruzar la frontera de los cuartos de final de la Champions, lleva semanas mirandose todo desde casa. Con el doblete en la mano, eso sí, pero fustigándose por tanto error, que le ha alejado de la aristocracia. El Madrid, en cambio, no falla en Europa; el Liverpool, tampoco. Y menos en Roma donde el equipo de Valverde fue incapaz de marcar un solo gol en 90 minutos lo que terminó siendo su condena. No se había llegado ayer a la media hora de una enloquecida semifinal, similar a la protagonizaron Madrid y Bayern en el Bernabéu, el Liverpool ya había hecho dos tantos (Mane y Wijnaldum) para tranquilidad de los reds, que no fue tal porque acabaron a un solo gol de la prórroga.

Terceros clasificados

Resulta curioso que los dos finalistas no sean, en absoluto, hegemónicos en sus respectivos países. El Madrid ya ha perdido su corona liguera ante el pragmático Barça de Valverde, que gobierna con puño de hierro por su casa y se derrite cuando cruza los Pirineos. Ocupa el equipo de Zidane el tercer lugar de la Liga. El mismo puesto del Liverpool en la Premier, incapaz el grupo de Klopp de seguir el implacable ritmo del City de Guardiola, que ya es campeón.

De mano en mano

Actores secundarios ambos equipos en el día a día, transformados, sin embargo, en dueños de las pantallas europeas hasta citarse en Kiev en un partido que hace casi cuatro décadas que no se ha jugado. Siguiendo, además, idéntico camino de sufrimiento para derribar sus últimos obstáculos antes de esa final. El Madrid estuvo el martes al borde del precipicio, pero nunca se cae. Sosteniéndose incluso si es necesario con una mano de Marcelo, que no vio el colegiado turco Cüneyt Çakir, aprovechándose, al mismo tiempo, de la ineficacia de un Bayern que jugó sin portero. "Tuve ese error innecesario, no puedo explicarlo, lo siento por mi equipo y por nuestros hinchas", dijo Ulrich.

"Tuve ese error innecesario, eno puedo explicarlo, lo siento por mi equipo y por los hinchas", dijo un abatido Ulrich, meta del Bayern

Tampoco el colegiado esloveno Damir Skomina vio la mano de Arnold en el corazón del área pequeña del Liverpool en un penalti que habría alimentado las esperanzas de una más que digno Roma. De mano en mano, no detectadas por los árbitros, fueron llegando los finalistas camino de Kiev. Allí se verán dentro de más de tres semanas el vértigo de Klopp, que ha dejado su sello en un equipo que no notó en Europa la marcha de Coutinho al Barça en enero, y la experiencia de Zidane, un entrenador que no siente vértigo alguno cuando se asoma al momento más decisivo. Milán y Cardiff quedan como pruebas: dos finales, dos Champions. 

    Pero si Zizou repite en Ucrania la dimensión de su leyenda será ya gigantesca: tres de tres, emparentando al Madrid con equipos de otra dimensión, pertenecientes todos ellos al siglo pasado. El Ajax de Cruyff no solo anunció al mundo el nacimiento del fútbol total sino que encadenó tres Copas de Europa consecutivas (1971, 72 y 73), relevado después en el trono por el Bayern Múnich del Kaiser Beckenbauer, quien alzó también otros tres trofeos (1974, 75 y 76). Desde entonces, nadie está cerca como el Madrid de Zidane para marcar una era en el nuevo siglo.