La Real Sociedad tortura al Girona en Anoeta (5-0)

Para estar en Europa, al Girona le sobran desconexiones como las de Anoeta y le falta mucha frescura. Salió vapuleado de San Sebastián en un partido pésimo de los de Machín, que regalaron la primera parte y se deshicieron como un azucarillo en los compases finales tras el 3-0.

El 5-0 final fue la constatación que el equipo que ha sido la sensación de la Primera División ha perdido aquella energía que lo ha llevado hasta aquí. La Real Sociedad, con bajas importantes, le pasó por encima. Y el viernes llega a Montilivi ni más ni menos que el Betis, uno de los equipos más en forma de la liga. Si el Girona quiere agarrarse a la Europa League, ya sabe que no puede permitirse ni acercarse a la deficiente actuación de este domingo, que acabó en una humillación en toda regla.

El Girona ya no existió en la primera parte. Concedió una primera oportunidad a los 50 segundos y anduvo sin rumbo en los primeros 45 minutos. No es que la Real Sociedad hiciera un partido mayúsculo, pero sí que los de Machín hicieron un primer acto paupérrimo. Si el Girona necesita jugar al 120%, ayer el equipo no llegó ni al 70%. Y con unas revoluciones tan bajas, la revelación de la Liga pasa a ser un equipo vulgar. Ni el 1-0 reactivó a los rojiblancos, que jugaron a remolque de marcador desde que Canales batió a Bounou con un centro con rosca con la izquierda que se alojó en las redes después de que Oyarzábal despistara al guardameta visitante.

Un equipo sin rumbo

El Girona siguió sin rumbo y sin dar el paso al frente que exigía el partido después de encajar el gol. La Real Sociedad controló el partido durmiendo el balón y el Girona llegó tarde a todos los cortes. Solo hubo trabajo para los tres centrales y unicamente los carrileros activaron puntualmente al equipo con algunas subidas por la banda. El 1-1 nunca estuvo cerca porque Stuani, Portu y Borja García pasaron absolutamente desapercibidos. Y la Real llegó poco, pero intimidó cada vez que pisó el área. Un balón interior de Rubén Pardo para Januzaj significó el 2-0 pasada la media hora. Tampoco reaccionó el Girona al segundo varapalo.

Terminó desmelenada la Real ante un Girona roto y sin argumento alguno para responder a esa dolorosa goleada

Quedaban todavía 45 minutos, con Toño Ramírez ya bajo los palos de los locales porque Moyá se lesionó en la última acción de la primera parte. El Girona salió con otro aire y dio la sensación que con un gol se hubiese metido de lleno en el partido. Stuani tuvo el 2-1, pero ayer no fue el día del uruguayo, que definió mal solo ante el meta visitante (59’). Tampoco tuvo suerte Juanpe, que lo probó con la izquierda al cuerpo de Zubeldia (63’). Eran los mejores minutos del Girona.

Pero apareció la sociedad Zurututza-Oyarzábal. El centrocampista no solo salió para poner orden en la sala de máquinas, sinó también para dinamitar el partido con tres asistencias en la espalda de los centrales visitantes. El 3-0 de Oyarzábal acabó con cualquier intento de reacción visitante. El mismo jugador repitió poco después, cuando el Girona ya no sabía si replegarse para evitar la tormenta o ir a buscar el gol del honor. Y tras el 4-0 llegó el 5-0. La Real acabó desmelenada y el Girona, roto. Poco antes, Machín dio la alternativa a Kevin Soni, delantero del Peralada que tuvo un debut nada fácil en la máxima categoría ya que cuando salió al campo (con 3-0) sus compañeros ya habían dimitido.