EL PARTIDO DEL BERNABÉU

Neymar se queda muy corto

La estrella brasileña no puede rematar al Madrid y Unay Emery vuelve a descreditarse en un partido del máximo nivel

Neymar, cabizbajo, al término del partido entre el Madrid y el PSG

Neymar, cabizbajo, al término del partido entre el Madrid y el PSG / periodico

Carlos F. Marcote

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Ni Neymar ni Mbappé arrasaron en el Bernabéu, ni Unai Emery mojó la oreja a Zinedine Zidane pese a que lo tuvo a tiro después de que Rabiot adelantara al PSG y el partido quedara abierto a que el tridente del conjunto parisino encontrara espacios para abrir en canal al equipo blanco. Los encontraron durante un buen trecho pero los millonarios visitantes no volvieron a ver puerta y la remontada madridista ha sentado seguramente mucho peor en la alturas cataríes del club francés mucho peor que el 3-1 encajado en Múnich ante el Bayern en la última jornada de la fase de grupos.

Ya entonces se dijo por París que el técnico vasco estaba condenado si no gana la Champions. Zidane sigue respirando y puede dar gracias a que esta vez reaccionó a tiempo en el banquillo y tiró de Asensio y Lucas, que fueron los que lideraron el estirón definitivo para dar la vuelta al marcador. A Emery lo quiso matar Cavani con la mirada cuando le sustituyó por Meunier y el resto de los jugadores del banquillo no pudieron ocultar su desesperación en los minutos finales por las decisiones de su técnico. Nadie puede asegurar su integridad en las próximas horas. Le van a dar por todos lados.

Enérgica puesta en escena

“Que Dios nos bendiga y nos proteja”, escribió Neymar junto a la foto de su camiseta, sus espinilleras y sus botas naranjas, cambiadas a la media hora de partido por unas plateadas, que colgó en su cuenta de Twitter un par de horas antes de que empezara el encuentro. Un mensaje que bien pudieron hacer suyo los miles de seguidores madridistas a los que Nacho evitó un primer gran susto con un hachazo a la estrella brasileña la primera vez que le encaró a la carrera, con la portería de Keylor Navas entre ceja y ceja.

Fue el fogonazo con el que PSG se sacudió la enérgica puesta en escena del Real Madrid y el claro aviso de lo que podía esperarle al sustituto del sancionado Carvajal, si no acudían a él las ayudas previstas por Zidane para que no se produjera en la defensa blanca el boquete previsto por Emery. Por el técnico vasco y por todos los que pensaban que el choque de ida de los octavos de final en el estadio madridista era el escenario elegido por Neymar para impulsar su escalada definitiva hacia el número uno, hacia el trono ocupado por Messi, con la competencia a base de goles y balones de oro de Cristiano Ronaldo, la otra gran figura que reclamaba la atención mundial en un desafío con sabor a ensayo de relevo en los dominios hasta ahora inaccesibles del insaciable atacante portugués.

Privilegios

El pasado día 5 ambos celebraron su cumpleaños y en esta ocasión no hubo color a la hora de medir los fastos de las celebraciones. Ganó por goleada la del rumboso brasileño, que cumplía 26, siete menos que el portugués. Se saltó el entrenamiento del día siguiente, pero luego marcó el único gol con que el PSG ganó al Toulouse (0-1) cuatro días antes de presentarse en el Bernabéu con la idea de liarla, con todo menos respeto por los laureles del doce veces campeón de Europa, tres de ellas en los últimos cuatro años.

Así las gasta el exjugador del Barcelona, que no aguantó vivir a la sombra de Messi en el club azulgrana y reina ahora en el PSG con toda clase de privilegios, con la idea, dicen, de dar el salto al Madrid allá por el 2009, ya con una Champions, un Balón de Oro y un Mundial si puede ser. Si es así, Florentino Pérez tendrá que seguir ahorrando de lo lindo porque el sueldo de su objeto de deseo no es cualquier cosa: 38 millones de euros limpios, solos menos que Messi, y un contrato del 50 millones más al año por ser imagen de Qatar cara al Mundial de 2002. Y no parece que el jefe supremo del PSG, el emir catarí Tamim bin Hamad Al Thani, vaya a estar por la labor. Ni ahora ni dentro de año y medio. Es por eso que su hombre en París, el presidente Nasser Al-Kelaifi, no deja de decir que “es imposible” que Neymar salga del PSG.

Ronaldo por encima

El partido llegó casualmente cuando más lejos en los últimos meses parece la salida de Cristiano Ronaldo, que volvió a mostrarse letal en su competición preferida, aunque su nuevo doblete fuera a través de un penalti como poco discutible y con un rodillazo tras un desvío de Areola. Le sirvió, por supuesto, para acabar muy por encima en efectividad del brasileño, que participó en el gol de Rabiot, pero se quedó seco aunque tiró más que nadie de su equipo y dejó constancia de su calidad excelsa. Nacho salió vivo finalmente del exigente compromiso que le tocó afrontar y Neymar puede que el 6 de marzo se decida a cambiar de aires antes de lo previsto.