ÓBITO EN EL FÚTBOL

Fallece Luis Cid Carriega, entrenador del mejor Zaragoza

El técnico dirigió a los llamados Zaraguayos, que logró el subcampeonato en la temporada 74-75, además del Atlético, Betis y Figueres, entre otros

Luis Cid Carriega, en una imagen del 2012.

Luis Cid Carriega, en una imagen del 2012. / periodico

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Luis Cid Pérez 'Carriega', que fuera entrenador del Real Zaragoza desde la temporada 1972-73 hasta la 1975-76, ha fallecido hoy, según ha confirmado el club aragonés en su página web.

El Real Zaragoza ha transmitido sus más profundas condolencias y su más sentido pésame por el fallecimiento del histórico entrenador del equipo de los 'Zaraguayos', que logró el subcampeonato de Liga en la temporada 1974-75.

Carriega, nacido en la localidad orensana de Allariz en 1929, ha fallecido a los 88 años. Además del subcampeonato liguero, en la que es la mejor clasificación en la historia del club maño, en su última temporada disputó la final de la Copa frente al Atlético de Madrid, en la que se impuso el conjunto colchonero.

Tras su paso por el Real Zaragoza, club en el que vivió su periodo más largo como técnico, también dirigió, entre otros equipos, a los hispalenses Sevilla y Betis, así como el Atlético de Madrid, Elche, Celta y Figueres.

Carriega llegó al Real Zaragoza en 1972 de la mano de Zalba y Eduardo Gil y de otro ilustre gallego, el también orensano y secretario técnico Avelino Chaves. Con el equipo recién ascendido de Segunda,  la primera campaña fue de transición. En el verano de 1973 se produjo una revolución con los fichajes de los paraguayos Diarte, Arrúa y Soto y del uruguayo Blanco. Uno de los momentos cumbre de esta etapa se produjo el 30 de abril de 1975, cuando el Real Zaragoza se impuso al Real Madrid por 6-1 con tres goles García Castany,  quien hizo tres, Diarte, Arrúa y Simarro.

Vigilancia en la discoteca

Carriega recordaba en una entrevista que concedió a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN el pasado 8 de enero algunos de los pasajes de aquel grupo tan singular que incluía en su cláusula la 'dolce vita' zaragozana . "Entrenaban bien. Los llevaba bien y estaban bien preparaditos. Les hablaba mucho, les explicaba mucho, les daba charlas y funcionaba estupendamente. Luego es verdad que algunas noches me iba a la discoteca Iguana a vigilarlos y de vez en cuando los pillaba, pero acababa haciendo la vista gorda porque luego respondían con goles los domingos".

De Arrúa y Diarte recordaba que "cuando vinieron a Zaragoza les invitamos un día mi esposa y yo a comer a casa un cocido gallego y no vea cómo se lo comían todo, tenían un hambre los pobres… Eran tiempos difíciles y era una forma de que se aclimataran aquí también".