LAS REFLEXIONES DEL 'GRAN DANÉS'

Lauridsen: "Aún me emociono cuando paso por Sarrià"

La leyenda danesa del Espanyol repasa sus vivencias en una entrevista con EL PERIÓDICO

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Raúl Paniagua

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No lleva ya su mítico bigote rubio de los años 80, pero conserva su cabellera y un buen aspecto cerca de los 60. La charla con él es interesante y relajada, se detiene en todos los temas y reflexiona con la sinceridad y distancia que le aportan cerca de 30 años apartados del fútbol. Llueve pero no le importa mojarse. "Estoy más que acostumbrado, soy danés", bromea mientras pasea por la plaza de Catalunya. John Lauridsen (Ribe, 1959), una de las mayores leyendas del Espanyol, asistirá este domingo al derbi contra el Barça en Cornellà junto a su mujer Hanne y su hija mayor Sandra. El martes volverá a su país.

–¿Cómo le va todo en Dinamarca? Bien. Mi vida cambió radicalmente desde el día que volví a mí país desde Málaga en 1990. Acabé cansado del fútbol por muchas razones. Decidí dejarlo por completo y pensar en otras cosas. Opté por algo laboral que tuviera que ver con el idioma del castellano. Encontré un trabajo en una localidad donde jugué a fútbol relacionado con el sector de los transportes, gestionando viajes de España a Dinamarca y viceversa. Llevo ya 27 años allí y estoy perfectamente.

–¿No echa de menos involucrarse en algo relacionado con el fútbol? He hecho algunos entrenamientos con niños y niñas en Dinamarca. Así he devuelto un poco de lo que me dio mi deporte. Ser entrenador de jóvenes siempre me ha atraído, sin llegar a la élite profesional. También influye que he tenido dos niñas por casa, mi hija pequeña Cristina y la mayor, Sandra Carmen, que me acompaña este fin de semana con su novio.

"Mi vida cambió radicalmente desde que volví a mi país desde Málaga en 1990. Acabé cansado del fútbol por muchas razones. Decidí dejarlo por completo y pensar en otras cosas. Llevo 27 años en una empresas de transportes"

 –¿Qué es lo primero que piensa cuando vuelve a la capital catalana? Lo primero que pienso es que afortunadamente la estructura de la ciudad es la misma. Me encanta andar por Barcelona, mirar las tiendas, las calles, todo lo que había en mis tiempos. El año pasado estuve con mi hija mayor por la avenida de Sarrià. Ella no lo había visto aún y le estuve contando muchas cosas. Queda ya poco de mi época, pero fue bonito pasar por dónde vivíamos y dónde jugábamos. Aún me emociono cuando paso por allí. Todos los que jugamos en Sarrià no lo olvidaremos nunca. 

–Usted fue tercero en la votación de las puertas del estadio de Cornellà, solo por detrás de Tamudo y Nkono. ¿Qué siente cuando nota tanto cariño de los aficionados? Me sorprendió mucho y estoy muy orgulloso de eso. Yo sé que jugué en una época buena del Espanyol. Llegamos a ser terceros después de una Liga entera y un 'play-off', por delante del Atlético de Madrid, el Athletic de Bilbao, el Sevilla... Hablamos de 44 partidos. Luego vino la UEFA con un camino espectacular hasta la final. Otros equipos ganaron la Copa después y también jugaron una final europea, pero nosotros hicimos historia, fuimos los primeros. Hace 11 años jugamos un partido contra los campeones de la Copa del 2006 y recuerdo a Job que me decía: "joder, estamos palmando, pero nos quieren más a nosotros que a ellos".

–El Sevilla y el Ipswich de Bobby Robson se interesaron por usted antes de venir al Espanyol. Una afortunada tormenta de nieve evitó que pudiera coger el barco a Inglaterra. ¿Fue un guiño del destino? Así es. Recuerdo bien aquellos días de invierno. ¡Qué frío hacía! De todos modos, el interés del Ipswich no era del todo claro. No pude coger aquel barco y el Espanyol me llamó para hacer una prueba. Ya ve cómo ha cambiado el fútbol. Afortunadamente la pasé y me quedé en este grandísimo club que me permitió disfrutar de un maravilloso grupo. 

 "Cuando escucho la palabra 'Espanyol' me encanta. Viví mis mejores tiempos allí. Muchas veces lo pienso y digo 'me encantaría seguir ahí dentro'. Estuve tan a gusto allí que no puede ser de otra manera"

–Algunos excompañeros han seguido vinculados al club en diversas parcelas. ¿Tuvo usted en algún momento ganas de volver? Tengo que ser sincero y decir que sí. Estuve tan a gusto en mi Espanyol que no puede ser de otra manera. Muchas veces lo pienso y digo ‘me encantaría seguir ahí dentro’. Es difícil de explicar. No es que no esté a gusto con lo que hago, si no no llevaría 27 años, pero se echa de menos mi Espanyol. Fueron seis años inolvidables y siempre que el club me pide algo lo hago con mucho gusto. Aquel Espanyol era algo más que un equipo profesional de fútbol. Me alegra mucho ver que gente como Eloy, Mauri, Tintín Márquez, Valverde... hayan podido hacer algo más por el club estos años. O Tommy, que aún sigue ahí y es el más grande. Cuando escucho la palabra "Espanyol" me encanta, me emociona. El Espanyol fue mi club, es mi club y lo será siempre. Viví mis mejores tiempos allí.

 –Hablaba antes de Nkono. Con él formó una pareja de extranjeros genial. ¿Mantienen contacto? Sí, el último mensaje que me envió fue un poco triste. Me comunicó la muerte de Juanjo Díaz. Para mí es el mejor portero que ha existido en el mundo. Le vi parar cosas increíbles en los entrenamientos. Estuvimos seis años compartiendo habitación y jamás tuvimos una palabra mala entre nosotros. Tommy es como mi hermano mayor, aunque no nos parecemos mucho (risas).

"En el vestuario veías a Valverde con las gafas y pensabas que tenía más cultura que los demás. Era muy inteligente cuando hablaba, muy tranquilo. Era diferente a todos nosotros, muy buena persona y un gran jugador"

–¿Qué tal era Valverde en el vestuario? ¿Le sorprende lo que está haciendo en el Barça como técnico? Ernesto es un chico listo, es diplomático y sabe lo que hace. En el vestuario lo veías con las gafas y pensaba que tenía más cultura que los demás. Era muy inteligente cuando hablaba, muy tranquilo. No era de muchas palabras, pero era muy buena persona. Era diferente a todos nosotros y un gran jugador. Le vi en ese partido que jugamos hace años pero no he vuelto a tener contacto con él.

–¿Cómo han cambiado los derbis de tu época a la actual? Yo creo que el fútbol en sí no ha cambiado tanto, pero sí los futbolistas. Ahora se ponen la mano en la boca cuando hablan, hay más cámaras, antes lo más importante era solo el fútbol, ahora se sacan historias que no tienen nada que ver con el balón. El fútbol se vive diferente y se paga diferente. Algunos jóvenes saben antes lo que es un millón de euros que una barra de pan. Debería ser al revés. Hay mucha publicidad que modifica todo. Antes era todo más simple, tampoco teníamos estas instalaciones. Ya me habría gustado a mí jugar con el césped de ahora. Tampoco no se ven jugadores cansados, se controla todo. A veces echo de menos algún regate, alguna cosa diferente. Faltan más Messis en el fútbol, no tan buenos como él porque es imposible, pero sí más atrevimiento. 

–Jugó 15 derbis en la Liga y marcó dos goles en el Camp Nou, uno en el primero en marzo de 1982 y otro en el último, en febrero de 1988. ¿Qué recuerdos guarda de esos partidos? Ese gol de mi primer derbi fue increíble. Yo estaba recién llegado. Fue el partido que sirvió para que la gente me aceptara. Yo venía sin nombre, entonces no había internet ni Youtube. Simonsen estaba en el Barça, le preguntaron por mí y dijo que no me conocía cuando yo ya había jugado en la selección con él. Yo no tenía currículum y ese partido fue mi mejor carta de presentación. Ganamos 1-3 en un encuentro perfecto.

"El fútbol ahora se vive diferente y se paga diferente. Algunos jóvenes saben antes lo que es un millón de euros que una barra de pan. Debería ser al revés"

–¿Considera que antes había más igualdad en los derbis que ahora? Sí, no había tanta distancia. Esas semanas eran especiales para nosotros y el público. Más que para el Barça. Venía más gente a vernos entrenar, todo el mundo hablaba de eso. Son partidos que no se olvidan. Por ejemplo en el 5-2 que nos metieron en 1984 expulsaron a Maradona. Más tarde se la devolvimos y les ganamos 5-3 en Sarrià. Ese día vinieron familiares de mi mujer de Dinamarca. Hanna les dijo que por cada gol les invitaba a una copa. Salió cara la cosa. Tommy también paró un penalti a Schuster en ese partido.

–¿Ve posible repetir la victoria de la Copa este domingo en Cornellà? Somos el único equipo que ha ganado al Barça. Hacerlo dos veces parece bastante complicado, es un rival muy fuerte, pero el Espanyol tiene que ir con tranquilidad, con ánimo y sin temores. Será muy duro. El Barcelona tiene a Messi, que lo es todo. Yo coincidí con Maradona. Él ganó solito un Mundial, pero con Messi no puede nadie. Además tengo amigos daneses que vinieron a Barcelona y estuvieron con Leo. Me dijeron que el trato humano fue exquisito. Eso también lo valoro. La humildad, saber tener los pies en el suelo, es importante.

"Ganar dos veces al Barça parece bastante complicado. Es un rival muy fuerte y tiene a Messi, que es todo. Yo coincidí con Maradona. Él ganó solito un Mundial, pero con Messi no puede nadie"

–¿Cómo ve el Espanyol actual con Chen Yansheng al frente? Con el dinero que se mueve ahora en la Liga lo primero es no bajar. No hay equipos fáciles. Miren el Girona. Cuando yo estaba aquí igual jugaba en Tercera y ahora lo están haciendo bien, con un grupo fuerte y bien armado. Lo importante es que haya tranquilidad y se trabaje bien. Veo al equipo actual capacitado para estar en la mitad de la tabla sin apuros. El fútbol está cambiando, los clubs los compran chinos, japoneses, árabes, americanos... Quizá el público se identifique menos, pero es el mismo escudo. Hay que seguir estando unidos.

EL RELATO DE LA UEFA DE 1988: "Clemente es agua pasada, a estas alturas no hay rencor"

"La UEFA del 88 fue la guinda de unos años muy bonitos. Éramos un grupo de chavales que habíamos empezado juntos en 1981-82. <strong>Job</strong>, <strong>Zúñiga</strong>, <strong>Diego Orejuela</strong>, <strong>Mauri</strong>, <strong>Márquez</strong>, <strong>Nkono</strong>, yo… Esa competición fue la culminación de todo, una cosa muy grande, similar a lo que hizo el Leicester en la Premier hace dos años. Vale, ellos ganaron y nosotros no. Pero es una aventura parecida. La unidad y el buen rollo lo hizo todo. Todos los jugadores pensábamos igual: ‘al final hemos podido dar algo a nuestra gran afición que tanto había sufrido otros años’. Echar la vista atrás y recordar aquel camino es apasionante. Nos costó cuatro o cinco partidos hasta que pudimos pensar: ‘hostia, lo estamos haciendo’. Para mí fue emocionante desde el debut contra el Borussia de Mönchengladbach, mi equipo desde niño. Ganamos 0-1 allí y 4-1 en Sarrià luego. Luego nos tocó el Milan de <strong>Baresi</strong>, <strong>Gullit</strong>, <strong>Maldini</strong>, <strong>Van Basten</strong>, <strong>Donadoni</strong>... Un equipazo. Vencimos 0-2 en Lecce porque tenían el campo clausurado. Los octavos fueron contra el Inter de <strong>Scifo</strong>, <strong>Passarela</strong>, <strong>Altobelli</strong>... Marqué en Italia de cabeza. Eso sí que fue un milagro. Ese día pensé que si eso había pasado ya no nos eliminarían nunca. Con el Viktovice en cuartos también marqué y después vino la remontada contra el Brujas en semis para llegar a la final.