El pasillo lo hizo Kovacic

Zidane fracasa en su estrategia de intentar neutralizar a Messi con el marcaje del centrocamapista croata

Kovacic persigue a Messi durante el primer tiempo del clásico

Kovacic persigue a Messi durante el primer tiempo del clásico / periodico

Carlos F. Marcote

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Le traía al fresco a Zinedine Zidane que el Barcelona hiciera pasillo al Real Madrid por el triunfo blanco en el Mundial de Clubs y nadie prácticamente lo reclamó en el ofrecimiento del título a la afición madridista previa al partido. Lo que de ningún modo le podía dar igual al técnico blanco es que el que acabara haciendo pasillo al rival fuera su propio equipo, como acabó ocurriendo en realidad en el Santiago Bernabéu.

El caso es que el Madrid se abrió en canal en el momento más inoportuno para empujar un poco más, puede que definitivamente, al Barça hacia el título, favorecido también por la victoria la noche anterior del Espanyol sobre el Atlético.

Arma secreta

Fue precisamente Mateo Kovacic, la presunta arma secreta que puso en liza el técnico blanco, quien ofició de maestro de ceremonias para que en el minuto 55 el conjunto madridista realizara armónicamente un pasillo triunfal para que el equipo azulgrana rompiera un partido que hasta ese momento no había tenido nada claro.

Kovacic había realizado un primer tiempo más que notable y hasta podía llegarse a pensar que resultaría clave para que el Madrid desactivara al Barça de la manera en que lo hizo en los partidos de la Supercopa de España el pasado mes de agosto. Cumplió de sobra el centrocampista croata hasta el interemedio en su misión de multiplicarse para tapar alternativamente a Busquets y a Messi cuando este pisaba la zona de tres cuartos hacia adelante.

Luego, cuando calentaban en la banda Semedo André Gomes por parte azulgrana y Bale, Isco y Asensio por la madridista, los presentes se pusieron a echar cuentas sobre cuándo se decidiría el Madrid a intentar dar el golpe con todo, pese a que el Barça había tenido tantas oportunidades como el Madrid hasta entonces y que los blancos ya no parecían lo mismos en el arranque del segundo tiempo ante el paso adelante dado por el Barça.

Todo cambió definitivamenete con el cruce de clables que tuvo Mateo demostrando que su capacidad de improvisación no anda precisamente por las nubes. Había recibido Rakitic de Busquets en campo blanco, Kovacic descartó el movimiento más adecuado y lógico, ir a cortar el avance de su compatriota, y decidió seguir a Messi en la apertura de este hacia la derecha. La consecuencia fue dejar el camino libre a Rakitic ante una defensa desubicada. Sergi Roberto y Luis Suárez completaron la faena y el partido entró en otra dimensión completamente distinta.

Desconexión

Volvió a dejar clara su desconexión Kovacic con otra acción desconcertante, un taconazo en su área hacia la media luna sin saber que pasaba por allí en la jugada previa a la que acabó en el penalti y la expulsión de Carvajal antes de que Messi marcase el segundo. Para entonces Ramos ya se había librado de la roja por un manotazo a SuárezKeylor Navas se empeñó después en evitar el tercero, pero acabó por facilitárfselo a Aleix Vidal en última instancia.

Ni un minuto para Isco

El más mosqueado con lo ocurrido resultó ser Isco, que volvió a ser consciente de que tiene que hacer el triple que los intocables para ganarse no ya una plaza como titular sino también como recambio. Tras el penalti y la expulsión de Carvajal, Zidane metió a Nacho por Benzema, mientras Bale y Asensio esperaban al borde del campo cuándo decidía su entrada el técnico.

El malagueño decidió por su cuenta dejar de calentar, pero tras el partido negó que lo hubiera hecho molesto por quedarse sin jugar. "Dejar de meter mierda que ya iban a salir mis otros dos compañeros... No sabía yo que sé podían hacer 4 cambios", excribió en su cuenta de twitter.