El Espanyol se hace el haraquiri en Las Palmas

El Espanyol impartió este domingo una clase de cómo se puede lanzar por la borda un partido ganado. El equipo perico vencía 0-2 en el minuto 80 después de un notable trabajo, con acierto incluido de Quique Sánchez Flores en la alineación inicial, pero volvieron los nervios y el miedo.

El técnico quisó aguantar el resultado, el bloque se relajó y Las Palmas estuvo a punto de remontar en una volcánica reacción que fue abortada en el último suspiro gracias a la providencial parada de Pau en el penalti tirado por Jonathan Viera (2-2). Al final un punto que sabe a poco, pero que pudo quedarse en nada. No faltó mucho para el desastre absoluto. 

Semana complicada

Cuesta entender la mutación que sufrió el Espanyol en un cuarto de hora trágico que pudo traer consecuencias aún más graves, sobre todo teniendo en cuenta la semana que se avecina, con la junta de accionistas de este lunes en Cornellà y el complicadísimo duelo del viernes en casa contra el Atlético. El once catalán se hizo el haraquiri de mala manera. 

El tridente formado por Sergio García, Baptistao y Gerard Moreno sembró el pánico en Las Palmas antes del desastre

Buscaba el Espanyol la primera victoria fuera de casa en nueve encuentros y la tuvo en la mano, básicamente porque hizo las cosas muy bien durante la mayor parte del encuentro. El peor visitante de la Liga fue superior al peor local hasta la debacle de los últimos minutos, cuando ya no estaban sobre el campo Baptistao y Sergio García, dos de los protagonistas del tridente que sembró el pánico en Gran Canaria.

El tercero, Gerard Moreno, se aprovechó de las asistencias de sus compañeros para acercar al equipo a un triunfo que jamás tuvo que escaparse. Pero el conformismo, esa palabra que tan poco gusta que le atribuyan a Quique, volvió a aparecer con unos cambios conservadores.

Cambio de sistema

Avisó el técnico de que el plan A, el de mantener las costumbres del año pasado, estaba ya tocado. Había llegado la hora de agitar la alineación y Quique estuvo atinado en los cambios. Acertó en todo. Hizo un planteamiento inicial lógico y equilibrado, con Piatti y Jurado como damnificados.

Apostó por Óscar Duarte el eje de la zaga en un movimiento que llevó a David López al centro del campo, apoyado por Darder y Granero como interiores. Una disposición coherente coronada con Gerard y Sergio García como mediapuntas por detrás de Baptistao. Esa 4-3-2-1 piramidal sentó de maravilla al equipo, que se aprovechó del nerviosismo del cuadro canario.

El talento de Bon Pastor

Sabían los pericos que al mínimo golpe habría bronca para los amarillos. Y así fue. Un pase interior de Víctor Sánchez acabó en las botas de Baptistao, que cedió a Gerard Moreno para firmar el 0-1 (m. 19). El pichichi perico también selló el segundo a cinco minutos del descanso tras una genialidad de Sergio García (m. 40).

El astro de Bon Pastor convirtió un balón suelto en el área en una asistencia perfecta tras un control en el que demostró el talento que nunca perderá. Aún pudo ser peor para Las Palmas, ya que Gerard erró una clara ocasión con un tiro desviado (m. 45). 

"Nos vamos tristes y muy jodidos. El resultado es muy malo. Hay que levantarse y hacer autocrítica" (Gerard Moreno)

La victoria parecía encarrilada contra un rival agrietado pendiente de la llegada de Paco Jémez, un técnico que también estuvo en la órbita del Espanyol antes de marcharse a México. La idea del segundo tiempo era controlar el juego y esperar algún contragolpe para ampliar el triunfo. Así estuvo cerca de llegar el 0-3, pero Baptistao se atascó en su última intervención.

Revolución canaria

Quedaba media hora para el final y el primer aviso serio llegó en un gol anulado por fuera de juego de Calleri (m. 68). El punta estaba ligeramente adelantado. Marc Roca y Jurado entraron para reforzar el centro del campo y el equipo empezó a resentirse. Remy acortó distancias (m. 80) y activó a los canarios, que iniciaron su revolución.

"En 10 minutos demostramos lo débiles que podemos llegar a ser si no somos un equipo concentrado" (Quique Sánchez Flores)

El Espanyol decayó en la misma medida que Las Palmas subió su intensidad. La tragedia empezó a mascarse con un equipo desconectado que encajó el 2-2 en un cabezazo de Calleri (m. 88). Los pericos ya eran entonces un cadáver. Remy topó con el larguero en una jugada en la que se pudo pitar penalti de Aarón (m. 88) y Viera perdonó la vida al fallar un penalti que hubiese sido catastrófico si acaba en gol. Pau lo evitó. 

Así hemos narrado en directo el partido entre Las Palmas y el Espanyol