El Madrid roza el 'alcorconazo' (2-2)

El Bernabéu estuvo a punto de rememorar noches como la del 'alcorconazo' después de que el Fuenlabrada pusiera contra la cuerdas a un Madrid plagado de suplentes que tuvo que remontar el tanto de Milla antes de la primera media hora (2-2). Ni el 0-2 de la ida puso la calma en un equipo desnortado que vio cómo su rival llevaba a cabo un fútbol de muchos quilates durante una hora. Solo cuando Bale saltó al campo tras 63 días de baja cambió el choque. El galés participó en los dos goles de Mayoral para dar un sufrido pase a octavos.

El pánico sobrevoló por el Bernabéu, donde el Madrid se expuso a uno de esos petardazos que se quedan en la retina de la afición. El Fuenlabrada le pasó por encima y rozó una hazaña que no hubiera sorprendido a nadie tras la superioridad del equipo de Calderón. Fue Bale el que frenó la angustia con un pase de gol a Mayoral pasada la hora de un partido en el que Zidane se encomendó a los no habituales, entre los que aparecían Kovacic, que volvía después de 80 días de baja y Keylor Navas, que lo hacía tras 42.

Nada de eso detuvo al líder del Grupo I de Segunda B, que bajo la batuta de Milla, el hijo del exjugador del mismo nombre, ofreció un fútbol de altura ante un rival que apenas se sostuvo para buscar un dominio insulso. Todo lo contrario que su rival, que vio cómo Navas sacaba un remate de Matheus antes de que Milla hiciera justicia con un fuerte disparo a la salida de un córner que el meta blanco se tragó. Apenas acertó a tocar el balón, que tras dar en el larguero se coló en la portería (m. 25).

Cata, al larguero

Más que un aviso, el tanto fue la confirmación de la superioridad del equipo del sur de Madrid, que puso de los nervios a un público que castigó con pitos la inoperancia de su equipo que tardó 41 minutos en disparar entre los tres palos. Fue Franchu el que puso a prueba a Pol, aunque el madridista se ayudó de la mano para llevarse el balón. Una acción que no frenó al Fuenlabrada, que vio cómo Cata Díaz cabeceaba al larguero (m. 60).

El punto de inflexión para el Madrid llegó con la entrada de Bale, que en su primera intervención se sacó un centro con el exterior para que Mayoral marcara de cabeza (m. 62). El gol tranquilizó al equipo de Zidane, que vio cómo un defensa rompía el fuera de juego de Bale. El remate del galés lo sacó Pol y Mayoral marcó con la izquierda. Solo entonces respiró el Madrid, que no pasó del empate tras el tanto de Portilla.