Penúltimo paseo de Usain Bolt

El jamaicano controla la calificación de los 100 metros dando impresión de seguridad

Usain Bolt sonríe al ganar la carrera de 100 metros, donde este sábado buscará otra medalla de oro.

Usain Bolt sonríe al ganar la carrera de 100 metros, donde este sábado buscará otra medalla de oro. / periodico

Gerardo Prieto / Londres

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Usain Bolt hizo esta noche del viernes en Londres lo que tenía que hacer: ganar su  eliminatoria de los 100 metros con facilidad (10.07 segundos) para poder disputar la semifinal y final de hoy (22.45 horas) y, de paso,  calentar a la parroquia de Sir Mo Farah, que corrió una hora después,  para que la fiesta fuera completa. «Go Mo, go». El público local llenó el Estadio Olímpico de Stratford para ver a su ídolo local ganando su sexta medalla mundialista en 10.000 y de paso al jamaicano, que haga lo que haga y dónde sea, nunca está solo.

Bolt goza además del aliento en directo de un numerosísimo grupo de ruidosos compatriotas residentes en la capital británica. En los restaurantes y locales de comida para llevar de Brixton, junto al cartelón con el 'brown chicken' y el 'ackee' con bacalao, no falta la foto o el póster del enorme Usain y su zancada demoledora, enmarcado a veces con un ribeteado en amarillo, verde y negro con sabor a rasta.

Solo Bolt es capaz de transformar un trámite de 100 metros, apenas 10 segundos, en un gran espectáculo, en otra 'reggae-night' seguramente inolvidable  para los 70.000 espectadores que lo gozaron anoche a través de la piel. Había mucha expectación por ver en acción al 'Relámpago' tras una temporada aciaga y sin resultados notables. El pasado mes de abril, después de una noche de fiesta en Jamaica, uno de sus mejores amigos, el saltador de altura británico Germaine Manson, fallecía tras accidentarse en moto. El suceso casi apaga al astro jamaicano. Lo mantuvo parado durante más de tres semanas, incapaz de superar tan amargo trago. Su entrenador Glen Mills no quiso apurarle, pero pasado este tiempo le animó a seguir, argumentando que a su amigo Germaine le habría gustado que entrenara para competir a su mejor nivel en Londres. "Fue muy duro, pero ahora quiero ganar por él, por su familia y por todos los amigos que me han ayudado".

Un rival de 21 años

La expectación por ver el rendimiento de Bolt era ayer máxima por las dudas, razonables, sobre su estado de forma. Ha llegado a Londres con unos raquíticos –para él–  9.95 segundos, conseguidos en la Diamond League de Mónaco el pasado mes de julio. ¿Eso es todo?

Para Bolt seguramente es más que suficiente su precario estado de forma para volver a hacer el arquero al final de los 100 metros, para ganar solo con imponer su presencia. La impresión que dio esta noche es la de siempre: seguridad y control para clasificarse sin esfuerzo. Salió el último, como siempre, y llegó el primero, para no variar.

En la final de este sábado tendrá seguramente al mismo rival al que ha ganado siempre, Justin Gatlin, anoche abucheado de nuevo pero aguantando el tipo con 35 años y dos sanciones por dopaje ya cumplidas. Y a otro estadounidense, este en franca progresión, Christian Coleman, autor de una marca extraordinaria (9.82 segundos) para su edad, 21 años, lo que le sitúa como el noveno más rápido de siempre en el hectómetro. Bolt no bajó de 10 segundos hasta cumplir los 22. Coleman corrió la primera eliminatoria, ganando con facilidad en 10.01.