Cursa Bombers: Ezzaidouni, el primero y tras él 13.024 atletas más
La popular carrera atlética llena las calles de Barcelona con más de 100 bomberos corriendo con su uniforme de intervención
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA
Poco antes de las 8 y media de la mañana el paseo de Sant Joan era ya una especie de marea humana repleta de casacas naranjas, de todas las edades, con las piernas cargadas de ilusión y pensando en los 10 kilómetros, entre el cansancio y la pasión, que los aguardaban. Era la llamada de la Cursa Bombers, en su 19ª edición.
A esa hora, los denominados atletas de élite, mientras los corredores populares avanzaban a sus posiciones andando, corrían, como si se tratase de efectuar la mejor de las series, por el interior del parque de la Ciutadella. Y algunos de ellos calentaban con la sana intención de ganar la carrera. 13.025 participaron e Ibrahim Ezzaidouni fue el más rápido.
EL CICLISTA DAN MARTIN
Por los alrededores de la meta también se preparaba Jess Andrews o Jess Martin, según se prefiera, que había bajado a Barcelona desde Andorra con la doble intención de ganar la prueba en la categoría femenina y rebajar la marca personal. Le auxiliaba su marido, Dan Martin, que en un ambiente más atlético que ciclista pasaba totalmente desapercibido. Sin embargo, era –y de largo—el más famoso de cuantos deportistas se reunieron este domingo por los alrededores de la estación de França, punto de llegada y salida de la carrera. No en vano, Martin es uno de los mejores ciclistas contemporáneos profesionales con triunfos en la Lieja-Bastoña-Lieja, la Volta, el Giro de Lombardía y victorias de etapa en el Tour.
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En cambio, quienes sí llamaban la atención eran los bomberos, a los que no hacía falta preguntarles a qué se dedicaban, cuál era su profesión, puesto que el equipo de intervención los detalataba y hasta alguno podía pensar qué locura iban a cometer corriendo diez kilómetros con el uniforme de campaña. Y, entre ellos, dos periodistas Manuel de Luna y Javier Giraldo, de EL PERIÓDICO y el Sport, respectivamente, que quisieron conocer la experiencia de disputar la Cursa Bombers con el pesado vestuario encima.
TRIUNFO AL ESPRINT
Y así hasta 13.025, que tomaron una salida que se alargó por espacio de más de 15 minutos. Es decir, cuando el último de los participantes cruzaba la alfombra de la salida, Ezzaidouni y Carles Castillejo, los dos abanderados de la carrera, el dúo que se jugó la victoria, con triunfo al esprint de Ezzaidouni, atleta del Barça, ya se encontraban a mitad de recorrido. Tras ellos se situaba Andrews destacadísima entre todas las mujeres que se apuntaron a la carrera.
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Curiosamente, cuando ya se anunciaba que en diez minutos llegarían los primeros participantes, algunos atletas rezagados, sin duda porque se les pegaron las sábanas, todavía se animaban a correr. Y es que la Cursa Bombers se adaptó al nuevo horario establecido por el Ayuntamiento de Barcelona (salida a las 9 horas) para favorecer la movilidad en la capital catalana. Y es que a lo largo del año se organizan hasta 60 carreras en la ciudad encabezadas, aparte de la Cursa Bombers, por el maratón.
EL PRIMER BOMBERO
Ezzaidouni ganó con 29.30 minutos, solo siete segundos más rápido que Castillejo. Tras más de una década en Catalunya trata ahora nacionalizarse español para buscar las opciones de participar como representante de España en las grandes citas atléticas internacionales. Andrews, por su parte, se ganaba el beso de su marido ciclista (aún no hace un año que se han casado), feliz porque había establecido marca personal (32.49 minutos). E igual de sonriente estaba Carles Montllor, 11ª clasificado de la prueba, pero con dos circunstancias que le hicieron merecedor del aplauso. Fue el primer bombero y corrió nada menos que en 31.42 minutos, al ritmo de 3.11 minutos por kilómetro. Pero lo mejor de todo, más que su oficio, fue que consiguió está extraordinaria proeza con 48 años encima. Eso sí, corrió con ropa atlética de último diseño y no con los 20 kilos de uniforme de campaña que llevaron la mayoría de los compañeros.
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