La magia de Isco salva al Madrid (2-3)

Colosal partido del jugador malagueño que le da un sufrido triunfo al Madrid en el minuto 90 ante un valiente Sporting

Isco recibe el  abrazo de Asensio y James tras marcar el gol del empate ante el Sporting.

Isco recibe el abrazo de Asensio y James tras marcar el gol del empate ante el Sporting. / periodico

ANTONIO MERINO

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La sombra del segundo empate consecutivo sobrevoló sobre El Molinón, pero el Madrid de las siete vidas remontó dos veces hasta llevarse los tres puntos gracias a un jugador casi extraterrestre. Isco Alarcón firmó el mejor partido desde que milita en el club blanco. Con guante de seda, hizo magia con el balón, lo acarició hasta dibujar acciones inverosímiles, como la del primer gol, en donde se deslizó dentro del área como si patinara para marcar con la izquierda. Luego cerró su tarde con el tanto del triunfo cuando Zidane y los suyos echaban cuentas de lo que supondría salir de Gijón con un punto.

Hay jugadores que hacen que el fútbol sea un deleite. Isco es uno de ellos. En pleno proceso sobre su renovación, que se sigue dilatando, lo que provocó que no celebrar el primer gol, el malagueño se encargó de elevar este deporte a lo máximo. Tiró del equipo, desempolvó su faceta goleadora y firmó una victoria que puede valer una Liga frente a la mejor versión del Sporting, que se adelantó dos veces en el marcador y que cuando acariciaba el punto se topó con el tanto de Iscoen el minuto 90

COENTRAO, TITULAR

Hasta 9 cambios respecto al encuentro del Bayern hizo Zidane. Solo sobrevivieron Ramos Nacho, entre otras cosas porque no había otros centrales disponibles por las lesiones de Varane y Pepe. Hasta Coentrao fue titular, pese a que el portugués no jugaba desde el 2 de noviembre ante el Legia de Varsovia en Champions. Le sustituyó Marcelo antes de la primer hora de partido cuando el Sporting mandaba en el marcador (2-1). Esas rotaciones estuvieron a punto de costarle caro al técnico francés porque esta vez la segunda unidad no estuvo fina, a excepción de Isco. Lucas Vázquez terminó en el banquillo y James Asensio no fueron los de Leganés.

Enfrente, el Sporting, en otro intento por agarrarse a la ansiada permanencia, puso todo lo que tenía sobre el césped. Aguantó al Madrid con cinco defensas y no rehusó a lanzarse sobre el área de Casilla. Lo hizo hasta comprometer a la defensa blanca, a la que puso en problemas muy pronto con un cabezazo del croata Cop que despejó como pudo Nacho.

A ese primer aviso le siguió otro con fuego real. Una gran pase de Vesga por encima de la defensa lo empalmó Cop con la izquierda al fondo de la portería de Casilla (m. 13). El tanto levantó la moral del equipo asturiano, que comenzó a creer en sus posibilidades ante un rival confiado y al que le costó entrar en una pelea que creía ganada antes de que la campana anunciara el primer asalto.

EN MANOS DE ISCO

El primero en levantarse de la siesta fue Isco para firmar una excelente jugada que terminó en el tanto del empate después de irse de dos rivales, pasarse el balón entre las piernas y disparar con la izquierda a la escuadra de la meta de Cuéllar (m. 17).  El gol no terminó de despertar al Madrid que se encomendó a la magia de Isco para intentar controlar a un rival que ya le había perdido el respeto al líder. Pudo desequilibrar el marcador en un error de Nacho en la cesión sobre Casilla que estuvo a punto de aprovechar Carmona.

También pudo hacerlo Nacho con un cabezazo tras una falta lanzada por James. Cuéllar rechazó el balón y Morata no llegó a remacharlo. Luego el árbitro le perdonó la amarilla a Nacho en un salto con Cop. Si el central la hubiera visto no habría jugado el clásico al estar a una tarjeta de cumplir ciclo.

SEGUNDO TANTO DEL SPORTING

En medio de las protestas llegó el segundo gol del Sporting tras un centro que tocó Babin y que Vesga cabeceó al fondo de la portería (m. 49). El gol provocó el delirio en el Molinón, donde no veían un tanto de su equipo ante el Madrid desde 1994. Morata volvió a igualar el choque con un cabezazo a un centro de Danilo (m. 59). En medio de las prisas por sacar adelante el choque, Isco volvió a firmar otra joya. Se fue de hasta cuatro jugadores entre recortes y toques sublimes, pero al final no pudo armar el disparo en una acción que aplaudió el público (m. 72).

Sin embargo, cuando la desesperación envolvía al Madrid, un golpe seco, un disparo raso de Isco se coló a la derecha de Cuéllar. Fue el epílogo a la obra de arte que dejó el jugador malagueño en El Molinón.          

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