Empate a dos entre el Arsenal y el Manchester City

El conjunto de Wenger sigue fuera de la Champions y el de Guardiola lejos del líder

El Arsenal celebra el gol de Walcott

El Arsenal celebra el gol de Walcott / tj

POL GUSTEMS / MANCHESTER

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Los aficionados 'gunners' más críticos se dirigieron al Emirates con una pancarta que señalaba el camino del 'Wexit'. Un ingenioso guiño político pretendia mostrarle a Arsène Wenger que la única solución posible era una salida. En cambio los 'citizen's entraron en el estadio con la duda de si aún era posible, si aún se podía luchar por la Premier después del resbalón del Chelsea. El resultado final no respondió ni a unos ni a otros. Tampoco a aquellos que necesitaban una prestigiosa victoria local para seguir creyendo en Wenger. Sin respuestas absolutas, mirando hacia el próximo partido, el Arsenal sigue fuera de Champions y el City lejos del líder (2-2).

Pep Guardiola apuntó el viernes que no tenía ninguna baja, pero se encontró el domingo sin sus dos laterales derechos en condiciones y se vio obligado a ubicar a Jesús Navas en una posición inusual. Wenger, que se había reafirmado con un contundente: “No pienso en retirarme”, recuperó en el once al inconstante Mesut Özil después de seis semanas lesionado.

PARTIDO ELEGANTE

Fue un encuentro elegante y tornadizo entre los dos equipos que mejor cuidan el balón en Inglaterra. El City jugó bien cuando necesitó un gol para adelantarse y el Arsenal dominó el encuentro cuando requería un tanto para empatar. Los de Guardiola acabaron con la sensación de haber sido superiores porque hubo muchos más minutos del primer escenario que del segundo.

El inicio visitante fue fulgurante, intimidador. En la previa, el ahora analista televisivo Gary Neville había avisado que el partido se podía decidir en el duelo entre Héctor Bellerín y Leroy Sané. Golpeó primero el alemán, que demostró ante el lateral más deseado de Europa que no tiene nada que envidiarle en cuanto a velocidad. Marcó Sané, De Bruyne tiró al poste y el City se sintió aún más fuerte, tan superior que acabó por desconectar. “Después del primer gol nos olvidamos de jugar”, explicó Guardiola. Ahí empezó el partido de las mil caras, con cambios de color y guiones impredecibles.

ALEXIS, AL ATAQUE

Alexis Sánchez quizás no tuvo su día más acertado, pero de las agallas del incansable chileno nació el resurgir local. Después de un tramo con más posesión que los celestes, algo desentendidos del esférico, una mala acción defensiva dejó sólo a Walcott. El delantero inglés empujó el balón con el empeine, en el área chica, casi sin creerse que realmente le habían concedido una oportunidad tan franca.

De forma instantánea, sin tiempo para que la herida profundizara, Agüero ya había vuelto a colar el balón en la red. De la pasividad al gol decisivo, el argentino apareció como casi siempre en el momento más necesario. Pep no quería que se repitiese el guión. De nuevo por delante, dio entrada a Yaya Touré en el segundo tiempo para controlar, esta vez sí, la ventaja en el marcador. Un plan con el que acabó Mustafi cuando remató sin contemplaciones un córner en el 53’.

LA JUGADA POLÉMICA

El tramo final fue de claro dominio 'citizen', pero las ocasiones que fabricaron no se concretaron. Con el tiempo casi cumplido, Monreal protagonizó la jugada polémica del encuentro al golpear con la mano un centro mordido de Navas. El colegiado Andre Marriner no apreció voluntariedad y no señaló penalti. Guardiola protestó la decisión: “Hablé con Monreal después del silbato final. Él sabe lo que le he dicho”.

Insatisfechos ambos conjuntos y con solamente el Tottenham siguiendo la estela del Chelsea, la lucha para terminar entre los cuatro primeros promete ser interesantísima hasta el último suspiro. Guardiola lo confirmó esta semana y Wenger coincidió con él: “Es muy difícil. Siempre digo que entrar en Champions es como un trofeo”.