El mito de 'El Salvador'

El apodo que recibió Cruyff en Holanda nació de la creencia de que así le llamaban los culés a la estrella del Ajax

Uno de los goles más célebres de Cruyff: a Reina, en un Barça-Atlético en 1973.

Uno de los goles más célebres de Cruyff: a Reina, en un Barça-Atlético en 1973. / periodico

EDWIN WINKELS / BARCELONA

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Era de los que parecían inmortales. O al menos de aquellos que no mueren antes de los 90 años, u 80. Pelé sigue vivo. Y Maradona, pese a la vida que ha llevado, también. Johan Cruyff, a pesar de ser fumador empedernido hasta los cuarenta y pocos y que el próximo 25 de abril cumpliría 70, no moriría nunca…

El único que siempre tuvo dudas de esa 'inmortalidad' fue el propio Cruyff: siempre temía que moriría tan joven como su padre Manus, de un infarto de corazón a los 45 años. Y, de hecho, al hijo Johan le dio una angina de pecho a los 43. Después de una operación de corazón y un par de bypasses, a los 10 días salió de la clínica Sant Jordi, en la Via Augusta de Barcelona, y a las pocas semanas ya volvió a dirigir al Barça camino del primer título de Liga del 'Dream Team'. «Ahora vivo en la prórroga», dijo.

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APODOS DE INMORTALIDAD

Inmortal. Lo parecía también por sus apodos. No el de 'El Flaco', precisamente. Pero 'El profeta del gol' ya adquiría tintes bíblicos. Y aún más en el vestuario del Camp Nou, donde los jugadores lo llamaban, medio en broma, 'Dios', porque él lo veía todo y siempre lo sabía todo mejor. Dios, inmortal.

En Holanda tenía, tiene, un apodo similar, con un origen tan curioso como equivocado. Lo llaman 'El Salvador',muchas veces así, en castellano, porque en Holanda están convencidos que en 1973, cuando Cruyff llegó al Barça, desde los culés hasta los medios de comunicación y toda la gente que estaba esperando la muerte de Franco, lo llamaban así, 'El Salvador', 'El Redentor'. Un Jesucristo que venía a salvar al Barça, a Catalunya, de la miseria, de las penurias, de la mediocridad, de 14 años sin la Liga.

EL 27 DE AGOSTO DE 1973

Indagando en los archivos de los diarios españoles y catalanes de la época, ni rastro de ese apodo. 'El Salvador'. Ni en las décadas posteriores. Cruyff hizo mucho por el Barça, aún permanecen los fundamentos de su legado, ¿pero llamarle 'El Salvador'? Aun así, la mayoría de holandeses está convencida, desde hace más de 40 años, que en Barcelona se le llama 'El Salvador'. La Fundación Cruyff sacó una camiseta, hace años, con un retrato de Johan y debajo, grande, 'El Salvador'. Pero, ¿de dónde viene ese apodo?

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Pues del lunes 27 de agosto de 1973. Un reportero de uno de los diarios más grandes de la época, Het Vrije Volk (El Pueblo Libre), acompaña a Johan y a Danny en su primer domingo en Barcelona, tras aterrizar entre una multitud en El Prat. La primera frase del reportaje, que no tiene desperdicio, está escrita en castellano: «Arriba el Salvador». Y el periodista, Rien Robijns, ofrece la explicación: «En los periódicos y en la calle, Johan ha sido recibido como el Salvador, el Redentor, el Mesías, el rescatador de Barcelona. Arriba el Salvador», repite. El titular en holandés es:«De Verlosser is binnen», «Llegó El Salvador».

REGALO DEL AYUNTAMIENTO

Y millones de holandeses se lo toman en serio. El mejor futbolista que jamás ha nacido en Holanda va a triunfar en aquella lejana Barcelona. Es 'El Salvador'. Cruyff se pasea con Danny por las Rambles. En una tienda de souvenirs hay un cartel ficticio de una corrida de toros en la Monumental. Tres toreros, tres: Paco Camino, Manuel Benítez El Cordobés, y Johan Cruyff… Una delegación del Ayuntamiento le regala una réplica de la fuente de Canaletas. En el Camp Nou, decenas de niños llevan esperándolo horas. Más fotos: en la sala de trofeos, el recibimiento del entrenador, Rinus Michels, y la revisión médica.

«Arriba el Salvador», repite la crónica. El reportero le pregunta, al final de su segundo día en Barcelona, qué le llama más la atención. «La diferencia entre ricos y pobres», contesta Cruyff. «Aquí, o no tienes nada, o lo tienes todo. Eso me ha impresionado mucho». Es la época en que aún existen barriadas de chabolas, como La Perona, al lado de las vías de tren.

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Johan lo tiene todo, por supuesto. Un buen sueldo. Un piso en la calle Caballeros de Pedralbes, después de visitar y descartar muchas viviendas en Castelldefels. Pensaban vivir cerca de la playa, pero al final optan por estar cerca del Camp Nou. Solo un par de minutos en el Citroën SM Maserati que Johan se ha traído de Amsterdam.

«Arriba el Salvador». Por cuarta vez. Una frase, un apodo que los holandeses jamás olvidarán. En el fondo, debe ser porque fue el salvador de su país, que nunca era nada, nadie en el fútbol hasta que apareció él en el Ajax, en 'La Naranja Mecánica' de 1974. No fue solo el salvador del Barça; fue el de Holanda… El holandés más famoso en el mundo. Y el día de su muerte, y los días después, todos los diarios, todas las televisiones y radios de su país, repitieron las mismas palabras: El Salvador ha muerto.