La última de Wenger

El técnico francés, de 67 años, encara su recta final en el Arsenal después de dos décadas en el club

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POL GUSTEMS / MANCHESTER

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Por primera vez en 20 años, se percibe que Arsenal Arsène Football Club no son exactamente lo mismo. «En el momento justo, de la forma correcta». Con estas ocho palabras finalizaba el comunicado oficial que emitió este jueves el club londinense, que se ha visto obligado a posicionarse sobre el futuro de su entrenador.

«Tiene contrato hasta final de temporada. Cualquier decisión será tomada de mutuo acuerdo», escribió el chairman Sir Chips Keswick. Fue una declaración inesperada por inaudita, porque el club se diferenció de la persona que ha sido su único portavoz, imagen y guía. Aunque fuera de forma vaga y sin un mensaje clarividente, el Arsenal anunció que no sería Wenger, únicamente, quién marcaría el siguiente paso.

PROTESTA DE LOS CRÍTICOS

El grupo de aficionados más crítico ha convocado una protesta bajo el lema Wenger out este sábado, enfrente de la Directors Entrance del Emirates Stadium, antes del encuentro de FA Cup contra el Lincoln City de quinta división. El martes pasado unos 200 seguidores pidieron su renuncia tras la debacle contra el Bayern de Múnich.

Wenger no merece un adiós abrupto, sino una despedida acorde a su trayectoria y a la revolución futbolística que colocó al Arsenal en la élite. «Gracias por las memorias, pero es hora de decir adiós», es una de las pancartas que mejor refleja el sentimiento gunner.

"Hace 15 días todos le decían a Luis Enrique que debía irse. Y dijo, de acuerdo, me voy. Hoy es un héroe. Esto resume este trabajo" (Wenger)

No habrá un solo silbido a Wenger el día que se vaya, como no habría ni una protesta más si anunciara la próxima semana que no firmará el nuevo contrato, previamente acordado por otras dos temporadas. Los gunners reconocen que no tendrían sueños de grandeza si Wenger no hubiera convertido al Arsenal en uno de los mejores de Europa.

FIN DE CICLO

El problema, que invita a un necesario fin de ciclo, es la repetición. La misma clase de derrotas en las mismas competiciones en los mismos momentos del curso. Año tras año. También los mismos éxitos, insuficientes según quién los mire, meritorios si se analizan a través de los años pero incompletos en el devenir de una sola temporada. El Arsenal ha pulsado el botón de replay y este se ha atascado. Suena siempre la misma canción y piden un cambio. Quizá para volver a caer en marzo, pero con la necesidad de hacerlo diferente.

«Hace 15 días todos le decían a Luis Enrique que debía irse. Y dijo, de acuerdo, me voy. Hoy es un héroe. Esto resume este trabajo», explicó Wenger en su última comparecencia. Fue desafiante, competitivo, porque aunque se hayan ridiculizado algunas de sus derrotas nunca se ha mostrado derrotado. «Cuando estás a este nivel puedes ser castigado. Los equipos que no están aquí, no pueden serlo», añadió, en referencia al ChelseaManchester United Liverpool.

CENA CON WRIGHT

Una leyenda del Arsenal, Ian Wright, explicó públicamente las sensaciones que tuvo en una cena privada con Wenger, donde interpretó que no renovaría. En las últimas ruedas de prensa, en realidad durante los últimos dos años, ha tenido que contestar preguntas directas sobre su futuro. Siempre las ha esquivado.

Si esta es su última temporada, Wenger seguramente se marchará habiendo decidido al campeón. El día que cumplía 20 años en el cargo, el Arsenal batió al Chelsea por 3-0. Fue el partido que hizo reflexionar a Antonio Conte. A partir de aquella tarde, cambió de sistema. Solo ha caído una vez más desde el 24 de setiembre.