El Barça, sin máscara

Luis Enrique se asoma a la Champions con el tridente afinado, pero con el equipo aún dolido por la lesión de Aleix

Rafinha golpea el balón con la cabeza, pese a la máscara, en la sesión de ayer en Sant Joan Despí.

Rafinha golpea el balón con la cabeza, pese a la máscara, en la sesión de ayer en Sant Joan Despí.

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aún conmocionado y hasta asustado por la <strong>grave lesión de Aleix Vidal,</strong> el Barça regresa a Europa. Todavía llorando por esa grave lesión del lateral derecho, que estará cinco meses de baja y se perderá lo que resta de temporada por la luxación en el tobillo derecho, anda el equipo de Luis Enrique ultimando su 'redebut' europeo en el Parque de los Príncipes ante el París SG que fue en su día de Ibrahimovic y ahora pertenece a Cavani. Se van los azulgranas con Piqué, ya recuperado de sus molestias musculares que le hicieron causar baja en Vitoria, y con dos jóvenes (el centrocampista Aleñà y el joven lateral derecho canario, Nili Perdomo,) como rostros nuevos de un grupo que se asoma a la Champions con casi todas las piezas a punto.

EFECTO BALSÁMICO

Esa goleada (0-6) en Mendizorroza al Alavés B porque Pellegrino solo alineó a cuatro titulares de los que eliminaron al Celta en la semifinal de Copa ha ejercido un efecto balsámico sobre el Barça, capaz de trazar picos irregulares en las últimas semanas. Pero con las piezas esenciales (el tridente, sin ir más lejos), más afinadas que nunca.

De Messi no se puede dudar en ningún partido. De Luis Suárez (18 goles, pichichi de la Liga), tampoco. Y de Neymar, que completó un intermitente arranque de curso, ni un solo reproche porque ha empezado el 2017 regalando asistencias, además de marcar goles, su principal déficit, y dejando detalles excelentes con su eléctrico regate, unido a un compromiso defensivo que no se le había visto. No existe equipo en Europa que tenga tres estrellas de esa dimensión en su frente de ataque.

CON BUSQUETS E INIESTA

Unai Emery, además, ha sufrido multitud de heridas del tridente cuando dirigía al Sevilla, consciente también de que debe buscar registros nuevos para desactivarlo justo ahora. Justo ahora que se presenta afilado en su regreso a la Liga de Campeones. Luis Enrique, que ha dosificado con inteligencia a su plantilla para superar "un calendario atroz", como él mismo lo definió, recupera en el camino a Busquets (una hora en Vitoria de titular) e Iniesta (jugó el capitán la media hora final). En realidad, recobra el técnico a los guardianes del estilo, a las piezas que definen, y para bien, la ideología futbolística del Barça.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El t\u00e9cnico recobra","text":"\u00a0a los guardianes del estilo, a las piezas que definen la ideolog\u00eda del Bar\u00e7a"}}

Y en ese catálogo de buenas noticias que ha recibido Luis Enrique en los últimos días (clasificado el equipo para la final de Copa) también cabe constatar el mejor nivel de Ter Stegen bajo los palos. Rafinha, una pieza polivalente, capaz incluso de ejercer de falso lateral derecho, recibió ayer el alta, dispuesto a jugar como está hasta con máscara.

1.000 RADICALES EN LAS GRADAS

No estará Mascherano, un pilar indispensable para entender la estructura defensiva del Barça (sea de central o de pivote), pero sí tendrá a Piqué y Umtiti en una noche de alta tensión. Alta tensión en el césped y en las gradas después de que el PSG, por vez primera desde que esta en manos de inversores catarís, haya aceptado la entrada de hasta 1.000 aficionados radicales.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Los jugadores del PSG pidieron\u00a0","text":"el regreso de los ultras al Parque de los Pr\u00edncipes. Ah\u00ed estar\u00e1n el martes como un rival m\u00e1s para los azulgranas"}}

No tenían abiertas las puertas del Parque de los Príncipes desde el 2012. Fueron, curiosamente, los propios jugadores del equipo de Emery los que pidieron ese retorno de los radicales, que han ido accediendo al estadio de manera progresiva. Se quejaban los futbolistas de la escasa animación del campo y los ultras parisinos, que reúnen a dos ideologías políticas totalmente opuestas, estarán el martes sentados en las gradas. Otro rival más.