Keylor Navas evita un nuevo tropiezo del Madrid

El Madrid superó la prueba de El Sadar con los apuros  imaginados por su entrenador, pero reforzó su condición de líder después de haber cedido durante unas horas el primer puesto de forma circunstancial. Los goles de Cristiano Ronaldo, Isco y Lucas doblegaron a un Osasuna esforzado y más que digno, que puso en apuros muy serios al equipo blanco. Keylor Navas evitó un nuevo tropezón que hubiese resultado especialmente inoportuno.  

Sergio León fue una amenaza constante para la defensa blanca, igualó el primer tanto del portugués y forzó a realizar paradas salvadoras al guardameta costarricense, que se reivindicó justo cuando arrecian los rumores sobre sus posibles relevos en la portería blanca.

GRAVE LESIÓN DE TANO

La nota trágica del partido la puso la grave lesión del defensa osasunista Tano, que se fracturó la tibia y el peroné de la pierna derecha en un choque con Isco, en una jugada en la que el árbitro señaló falta del jugador local.

No decía por decir Zinedine Zidane que la condición de colista de Osasuna no significaría que el equipo navarro saliera derrotado de antemano. Todo lo contrario, el técnico blanco sabía perfectamente que esa circunstancia podía volverse muy en contra del conjunto madridista, que acababa de perder el liderato y se vio exigido desde un primer momento de la forma en que su entrenador había adelantado y por lo que de nuevo había decidido cambiar el esquema habitual.

TRES CENTRALES

Con tres centrales se plantó el Madrid en El Sadar y Danilo y Marcelo con el encargo de abonar las bandas para dar salida al juego madridista, misión que pronto se vio que no les iba a resultar nada sencilla a ambos. Como tampoco le resultó fácil ayudar a gobernar el partido a Modric, que regresó al centro del campo después de la lesión que sufrió el 21 de enero y tuvo muchos problemas para coger el ritmo que el choque demandaba. Su presencia forzó la salida del equipo de su compatriota Kovacic, el mejor ante la Real Sociedad hace dos semanas en el último partido disputado por el Madrid.

Trece días después volvieron los blancos a lo bueno y si el parón les llevó a afinar su condición física no se notó demasiado en el arranque del choque. Sí florecieron los temores de que el paréntesis forzado por la suspensión del partido contra el Celta podía haber sido más perjudicial que otra cosa por aquello de romper el ritmo, aunque al menos Ronaldo volvió a lucir puntería a la primera que se le presentó, cuando no acababa de encontrar su sitio. Recibió de Benzema, superó a Vujadinovic y marcó con la venia de Sirigu, que vio como el balón se le colaba entre las piernas (m. 24). 

LEÓN EMPATA

Con muy poco se había colocado por delante el cuadro blanco y pudo dar un estirón casi definitivo en un contraataaque mal resuelto por los mismos protagonistas de la jugada del primer gol. Fue justo antes de que Sergio León rompiera las costuras defensivas del Madrid para recibir de Fuentes a la espalda de Varane y batir a Navas con un vaselina perfecta (m. 33). Después de que Sirigu compensara su error con un paradón cuando Benzema se disponía a remachar y de que Riviere probara al portero costarricense, el extremo sevillano de Osasuna volvió a causar estragos en la zaga blanca nada más empezar la segunda parte, pero esta vez Navas pudo desviar su gran zurdazo tras recortar hacia adentro para irse de Ramos.

Con la entrada de James por el lesionado Danilo, el Madrid pasó a defensa de cuatro y comenzó a desplegarse con más control y naturalidad. Una internada de Benzema en el área acabó con un cortó rechazo defensivo que dejó el balón a pies de Isco, que batió a Sirigu con un tiro cruzado imparable (m. 62). Un mazazo para Osasuna, que pudo quedar derrengado si el árbitro hubiese visto un claro penalti  de David García a Ronaldo. Tuvo, sin embargo, el conjunto navarro la oportunidad de empatar de nuevo, pero Navas salvó al Madrid al repeler un gran lanzamianto de Sergio León, una pesadilla para la defensa blanca. Lucas sentenció en el tiempo añadido al culminar un contragolpe con un toque preciso por encima de Sirigu. 

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