Catalunya pierde en la tanda de penaltis ante una atrevida Túnez

Msakni, que firmó los tres goles tunecinos, fue la estrella en un Montilivi que no se llenó para ver el retorno de Xavi

Xavi controla el balón en Montilivi ante Msakni, que marcó los tres goles de Túnez.

Xavi controla el balón en Montilivi ante Msakni, que marcó los tres goles de Túnez. / periodico

MARCOS LÓPEZ / GIRONA

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No vino Túnez de turismo a Girona, por muy bonita y hermosa que sea la ciudad. Tampoco Xavi. Por Navidad, casi siempre juega Cayalunya en un formato que hace años da síntomas de que se agota, pese a que el fútbol deja siempre motivos para el optimismo. Nunca está de más ver a Xavi, que realizó un viaje exprés desde Doha para enfundarse la camiseta cuatribarrada, ni tampoco comprobar que hay jóvenes, por mucho que erraran en la primera media hora tanto Pol Lirola como Aarón Martín, que prometen mucho. En la esplendorosa noche de Msakni, que marcó tres goles, el partido estaba perdido para Catalunya, pero lo igualó un 1-3 con una furiosa reacción, llegando a la tanda de penaltis gracias a una providencial mano de Edgar Badia. Y en los penaltis, ganó Túnez.

Montilivi, a pesar de que todas las entradas estaban vendidas días antes del tradicional fútbol navideño, no estaba lleno. Huecos en la grada se apreciaron a pesar de que se registró un buen ambiente en una noche gélida. El partido se calentó con un par de contragolpes tunecinos. A cual, mejor. En el primero, precisión y velocidad para aprovechar el dinamismo de Msakni, que desnudó, al mismo tiempo, a la pareja de centrales titulares de Catalunya: Fontàs y Sergi Gómez. En el segundo contraataque, más de lo mismo, uniéndose, además, la inesperada colaboración de Masip, que vio colarse el balón entre sus piernas.

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Pareció que el delantero tunecino no quería disparar. Da igual. Esa jugada, con tres toques para recorrer 50 metros aprovechando a una desordenada Catalunya, silenció Montilivi. Después de los trabucaires, que llegaron a asustar a los jugadores de Gerard y Sergio cuando estaban alineados antes de empezar el partido, llegaron dos envenenados disparos de Túnez.

Y eso que Gerard Moreno, el delantero del Espanyol, se inventó un gol de la nada en un partido que mantiene el aire tan reinvidicativo de siempre. Estaba todo oscureciéndose con ese extraño 0-2 en apenas 29 minutos cuando un imponente zurdazo desde el balcón del área reanimó a Catalunya. Gerard Moreno lo hizo todo. Y todo bien. Un control con el pecho, amansando esa pelota que venía desde muy lejos, un giro rápido para enfocar la portería de Aymen Mathlouthi desplegando después un gran disparo. Respuesta espectacular a los contragolpes espectaculares.

Llegado el descanso, Carles Puigdemont, president de la Generalitat de Catalunya y exalcalde de Girona, se felicitó por el retorno de la selección a su casa. “Esperamos no tardar otros 80 años en ver a Catalunya aquí”, dijo recordando el último precedente, que data de 1934 cuando se vivió el último encuentro. Fue un Catalunya-Brasil, celebrado en Vista Alegre, que terminó con empate (2-2).

"Pronto podremos ver a la selección nacional en campeonatos oficiales" (Carlos Puigdemont, president de la Generalitat)

“Pronto podremos ver a la selección nacional en campeonatos oficiales. Catalunya debe tomar una decisión en los próximos meses si quiere ser un estado independiente”, afirmó Puigdemont, que tuvo, al igual que los 8.311 espectadores, una noche entretenida. Fue divertido el partido, sobre todo para Msakni, que firmó un triple soberbio con un derechazo que se coló en la escuadra de Edgar Badía.

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Fue, en realidad, la noche del delantero tunecino, por mucho que Sergio García, un tipo que nunca se enemista con el gol, añadiera más emoción con su 2-3 después de una atlética cabalgada por la banda de Gerard Valentín. Pero el empate llegó en el cabezazo de Verdú justo minutos después de que Gerard y Sergio, los seleccionadores catalanes, optaran por un atrevido sistema táctico, con solo tres defensas.

A ese atrevimiento respondió Catalunya empatando un partido que tenía más que perdido. Llegó hasta la orilla, pero perdió en la tanda de penaltis porque Jeridi Rami, el portero suplente tunecino, ofreció una exhibición parando los dos primeros lanzamientos. Y Catalunya se estrelló contra Túnez.

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