LOS PROTAGONISTAS DEL AÑO 2016

El debate que nunca debió existir

Leo Messi y Cristiano Ronaldo parecen bromear en una jugada del último clásico.

Leo Messi y Cristiano Ronaldo parecen bromear en una jugada del último clásico. / periodico

ELOY CARRASCO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Stones o Beatles. García Márquez o Vargas Llosa. Coca Cola o Pepsi. Boca o River. Con cebolla o sin cebolla. Góngora o Quevedo. Primavera Sound o Sónar. Miguel Ángel Revilla o Rosa Díez. Pacino o De Niro. Wolfe o Talese. Induráin o Merckx. Homeopatía o chuches. Eva Hache o Ana Morgade. Iglesias o Errejón. Escudella o besugo.

Todos esos pares admiten la comparación. Son duelos a mayor gloria del gusto individual. Campo de batalla de la discusión, más o menos 'cuñada', para estos días que se avecinan. Largas sobremesas de lenguas achispadas y argumentos tan irrefutables de un lado como del otro. Pero aquí estamos hablando de fútbol y el año ha puesto en bandeja la tentación de sumar otra pareja a la confrontación.

Cristiano Ronaldo acaba de alzarse con su cuarto Balón de Oro, ya solamente uno menos que Messi. Así que, si alguien contemplara estos números dentro de un siglo, podría alcanzar la conclusión de que estos dos portentos de su deporte extendieron su dominio durante una década a muy pocos milímetros uno del otro. Tocando siempre las mismas cimas, alternativamente. Sin que ninguno de los dos llegara a despegarse de un modo decisivo como para proclamar una supremacía.

Pero no. La verdad, la única verdad, señoras y señores del año 2116, es que no hay debate. Nunca lo hubo. El Balón de Oro que diga misa.

Alfredo di Stéfano (¿fue mejor Pelé? ¿fue mejor él?) solía decir que había jugadores buenísimos de lunes a sábado (o sea, en los periódicos, en el bla bla bla de la semana, en la suma en la pechera de las medallitas del elogio fácil), pero no valían tanto el domingo (es decir, en el pasto, por seguir con la terminología del argentino que convirtió al Real Madrid en un club ciclópeo). Algo de eso hay en el falso pulso entre Messi, el argentino que ha convertido al Barça en un club gigantesco, y Cristiano Ronaldo.

UN ASPERSOR PROPAGANDÍSTICO

Cristiano Ronaldo, fantástico futbolista, dispone de un aspersor propagandístico muy persistente,unos altavoces que elevan a proezas sus logros. A un guitarrista mediocre le aplicas un distorsionador y mejorará su ruido; a uno muy bueno lo hará parecer un genio. Messi acostumbra a sonar genuino. Nunca ha necesitado camuflaje porque nunca ha tenido carencias que esconder. Ese rectángulo de 100 metros por 70 es su aspersor de la verdad. A los terrícolas del año 2116 lo que habrá que hacer es ponerles unos vídeos, o lo que sea que haya entonces, para que vean en acción al futbolista más completo de la Historia. Al hombre que mejor ha interpretado este juego desde que se formalizó como invento, hace más o menos un siglo y medio. Para qué discutir.