LA LACRA DE LA VIOLENCIA EN EL FÚTBOL

Una noche con los rusos más duros

Radicales del Zenit de San Petersburgo durante un partido contra el CSKA de Moscú.

Radicales del Zenit de San Petersburgo durante un partido contra el CSKA de Moscú. / periodico

MARC MARGINEDAS / SAN PETERSBURGO (ENVIADO ESPECIAL)

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El reloj marca las nueve de la noche, y aunque aún falta una hora para que comience el partido entre el Zenith de San Petersburgo y el AZ Alkmaar holandés, correspondiente a la fase de grupos de la Liga Europa, las calles aledañas al estadio Petrovski, en la segunda ciudad de Rusia, ya bullen de actividad. Una riada humana de centenares de hinchas con bufandas blanquiazules anudadas al cuello emerge de la boca de metro de la cercana estación Sportívnaya, ocupando en un santiamén cafeterías y bares.

La atmósfera se enrarece a medida que los forofos se van acercando al escenario donde se celebrará el encuentro. Varias furgonetas policiales permanecen posicionadas en las inmediaciones del recinto deportivo; más adelante, poco antes de superar la primera verja de acceso, decenas de agentes equipados con material antidisturbios forman un intimidatorio cordón de seguridad. Tras someterse a dos cacheos, los asistentes se detienen, antes de acceder a la grada, frente a un torniquete de seguridad, donde una cámara filma su rostro y coteja las imágenes obtenidas con una base de datos. En este punto, aquellos que figuren en una lista negra virtual de alborotadores serán rechazados y "no se les permitirá la entrada", apunta uno de los guardas apostados.

LA COMPLACENCIA DE PUTIN

Bienvenidos a Rusia, país anfitrión, dentro de dos años, de la próxima Copa del Mundo de fútbolCopa del Mundo de fútbol. En esta atmósfera de abrumadora presencia policial y psicosis de seguridad se desarrollan, desde hace ya tiempo, los partidos en la que será una de las principales ciudades-sede del campeonato del 2018. El comportamiento de la hinchada rusa durante la reciente Eurocopa de Francia, y las peleas y altercados que protagonizaron con los aficionados ingleses –un proceder que pareció satisfacer al propio presidente Vladímir Putin, quien dijo, en los días posteriores, que no entendía cómo unos centenares de rusos habían podido con "miles" de británicosmiles"- han desatado la alarma, ante el temor de que los incidentes se repitan durante el campeonato mundial.

Sin embargo, pese a la mediatización veraniega, el culto a la violencia que profesan algunos grupos de fans rusos, así como sus reacciones y comportamientos racistas y xenófobos, no constituyen un fenómeno nuevo en el fútbol local. Jugadores extranjeros y oenegés de Rusia que luchan contra la discriminación racial vienen denunciando estos hechos, al tiempo que critican la pasividad de las autoridades locales.

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El Zenit es, precisamente, el equipo ruso con una reputación más controvertida. En el 2012, un manifiesto publicado en Landscrona.ruLandscrona.ru, la web de los fans radicales, exigió a la directiva que no contratase a jugadores negros u homosexuales, provocando un alud de críticas. Aunque el club no aceptó oficialmente el requerimiento, si parece ser la norma que rige las contrataciones desde entonces.

"Es una política no oficial", intenta justificar, desde la grada, Alekséi, mientras corea, uno a uno, los cinco goles que la escuadra peterburguesa marcó la semana pasada a su rival holandés. "Cada club debe ser libre de fijar la política de contratación; es lo que hace el Athletic de Bilbao con los jugadores vascos", continúa.

LOS ULTRAS, EN EL GOL SUR

"Son ellos quienes así lo demandan", sostiene, señalando con el dedo el gol sur del estadio, donde se concentran los hinchas más radicales, un cuarto de este estadio para 21.000 espectadores, mejorando, partido a partido, el aspecto de las gradas y azuzando sin desmayo a los jugadores del Zenith durante los 90 minutos del encuentro. "Podemos aceptar a jugadores como Hulk", sostiene Alekséi, "pero ya no más". Guivanildo Viera de Sousa, alias ‘Hulk’, es un internacional brasileño de piel mestiza que reiteradamente se ha quejado de cánticos y comportamientos racistas por parte del público durante los partidos de la liga rusa, antes de ser traspasado, en junio pasado, al equipo chino Shangái SGIP.

Fuera ya del estadio, las peleas y reyertas entre 'hooligans' que se citan en parques y bosques se repiten con frecuencia, "al menos una vez por semana", explica Ruslán Dubov, reportero de Deportes del rotativo independiente Nóvaya Gazeta. Las reglas del combate se fijan de antemano. "Solo se pueden emplear los puños y en ningún caso armas blancas o de fuego", continúa. Quienes demuestran arrojo y hombría acaban siendo "promocionados". Un par de veces al año se registra un ‘obshak’, una palabra procedente de la jerga criminal rusa que define a una refriega en la que participan un gran número de aficionados.       

Pese a todo, nadie prevé que los incidentes veraniegos puedan repetirse en las sedes mundialistas rusas dentro de dos veranos. "No me puedo imaginar tales altercados en el centro de Moscú", constata Andréi Malosólov, cofundador de la Unión de Fans Rusos. Las medidas de seguridad son "muy efectivas" y nos causan "muchos problemas, como retrasos de 30 minutos al entrar", se queja Malosólov, a su vez hincha de un equipo moscovita.

Y es que los despliegues de seguridad en Europa Occidental no resisten comparación con lo que se estila, domingo tras domingo, en los estadios rusos. En Marsella, entre 2.000 y 3.000 gentes patrullaban las calles antes del accidentado Rusia-Inglaterra; en la capital rusa, entre 10.000 y  15.000 policías previenen posibles desmanes en los derbis entre el Spartak y el CSKA de Moscú, equivalentes en relevancia a los Barça-Madrid.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"A la Eurocopa de Francia no fueron los m\u00e1s radicales","text":"Puede parecer sorprendente, pero a la Eurocopa de Francia no acudieron los fans m\u00e1s exaltados, quienes permanecen bajo estrecha\u00a0vigilancia policial y no se les permite\u00a0salir del pa\u00eds. As\u00ed lo asegura Rusl\u00e1n Dubov, redactor de Deportes de N\u00f3vaya Gazeta y gran concedor del mundillo 'hooligan' ruso. \"Los hinchas m\u00e1s radicales pertenecen a los equipos de Mosc\u00fa -Spartak, CSKA, Dinamo, Torpedo- y al Zenith de San Petersburgo; a la Eurocopa acudieron mayormente aficionados de ciudades de provincia, como Orel, Rostov o Yekaterinburgo\", apunta. El nivel de organizaci\u00f3n que constataron entonces la polic\u00eda brit\u00e1nica y francesa existi\u00f3, seg\u00fan corrobora el periodista, aunque insiste en que no hubo en ning\u00fan momento\u00a0\"un mando centralizado\". El perfil del 'hooligan' ruso\u00a0dista del estereotipo de camorrista dips\u00f3mano de las Islas Brit\u00e1nicas. Son gente que va al gimnasio, que se mantiene en forma\u00a0y que tiene un trabajo.\u00a0La ambivalente relaci\u00f3n que mantienen las autoridades rusas con los m\u00e1s exaltados hinchas ha quedado de manifiesto despu\u00e9s de los altercados de Francia. Algunos\u00a0de los que participaron fueron detenidos a su regreso, incluyendo el ultra Aleks\u00e1ndr Shprygin, deportado entonces por las autoridades francesas.\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0"}}