Orlando Ortega, todo por España

El subcampeón olímpico de 110 vallas se muestra agradecido por la acogida tras dejar Cuba hace tres años

Orlando Ortega entra segundo en la final de 110 vallas.

Orlando Ortega entra segundo en la final de 110 vallas. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / RÍO DE JANEIRO (enviado especial)

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Orlando Ortega, el nuevo subcampeón olímpico de los 110 metros vallas, se envolvió de arriba a abajo con la bandera española nada más conseguir la séptima medalla de la delegación española en Río 2016 y la primera para el atletismo patrio desde Atenas 2004. Fue la manera que este auténtico prodigio de las vallas altas encontró para agradecer la acogida de su nuevo país cuando, en agosto de 2013, decidió huir de la disciplina cubana y acogerse a la nueva nacionalidad, que obtuvo el 24 de julio del 2015 y que le permitió estrenarse como atleta español en un gran campeonato precisamente en los Juegos, al cumplirse ya tres años (y cuatro días) de la última vez que corrió defendiendo la camiseta cubana, como estipulan los plazos del COI.

"Estoy muy agradecido por esta oportunidad. Quiero agradecerle a España la confianza en mí. A la federación española, a mi club. Gracias a mi familia en Cuba, a mi padre que está hoy conmigo. El objetivo está cumplido. Muy contento y muy agradecido por esta oportunidad. Estoy seguro de que voy a lograr muchos éxitos para España y para mi familia. Han sido tres años muy difíciles para mí, he sufrido mucho para llegar a este momento y estoy muy contento", aseguraba un Ortega incapaz de ocultar su alegría una vez conseguido su primera gran éxito con su nuevo país,

Ortega acababa de ser segundo en la final olímpica. Estuvo a punto de pagar una mala salida y un pequeño tropiezo en la segunda valla, pero reaccionó de manera maravillosa en la segunda parte de la carrera y entró pegado a Omar McLeod, que le ha dado a Jamaica el primer oro en esa especialidad. McLeod ganó con 13.05 segundos, por 13.17 de Ortega y 13.24 del francés Dimitri Bascou.

La medalla de Ortega ya se presumía desde las semifinales disputadas dos horas antes, en las que el hispanocubano se impuso en su serie con 13.32, la misma marca de la calificación del lunes. La plata le reportará a Ortega el premio de 48.000 euros estipulado por el Comité Olímpico Español a los medallistas de plata. En su estreno como español logró un éxito indiscutible, mejorando el sexto puesto de los Juegos de hace cuatro años en Londres, aún como cubano, un pasado del que no reniega, ni mucho menos, pero que ve lejano.

ÉXITOS AL PUEBLO ESPAÑOL

"Estoy seguro de que le voy a dar muchos éxitos al pueblo español, que ha confiado en mí en todo momento. Me he sentido físicamente muy bien. En la semifinales tuve mucha presión, porque podía ser mi segunda final consecutiva. Tenía mucho miedo. Gracias a Dios pude lograrlo. Llegué a la final a divertirme, sin presión. Gracias a mi abuela, el orgullo por el que estoy aquí hoy en día. Fue una carrera fantástica", añadió Ortega, uno de esos atletas llegados de Cuba que pueden dar muchos triunfos al atletismo español, como en su día hicieron los saltadores de longitud Joan Lino Martínez (bronce en Atenas 2004) o Niurka Montalvo, campeona del mundo en Sevilla 1999.

"Prometí antes de salir que iba a dar lo mejor de mí y he dejado la piel por España, esta medalla de plata me sabe a oro con récord mundial", dijo Ortega, que rememoró su pasado reciente: "He pasado tres años duros, he tenido que aguantar mucha presión porque no supe hasta último momento si iba a venir a los Juegos o no",. Para el corredor, lo más difícil de ser emigrado " es estar lejos de la familia" y aunque reconoe no negar sus raíces cubanas, se declaró español con gustos españoles. "Cuando llegue a casa me comeré una paella, pero de carne porque no me gusta el pescado".

ENTRE MADRID, MIAMI Y CUBA

Con solo 24 años, la carrera del vallista de Artemisa no puede ser más prometedora, ahora que dice haber encontrado en España la tranquilidad y la calma para entrenarse que echaba en falta en la convulsa Cuba en sus últimos años allí. Con pocos recursos y polémica con su federación, Ortega decidió que los Mundiales de Moscu de agosto del 2013 serían los últimos campeonatos con su país natal y ya no volvió a Cuba. Se instaló en España, primero en Ontinyent y después en Madrid, donde ahora se prepara en el Centro de Alto Rendimiento con su padre, también llamado Orlando, de entrenador, mientras el resto de su familia está entre Miami (su madre, por ejemplo) y la isla antillana.

Los Juegos son el primer gran campeonato en el que Orlando Ortega puede participar como español, ya que el Comité Olímpico Internacional (COI) fija en tres años el tiempo que debe pasar entre la última competición con el país anterior (fue en Moscú el 11 de agosto del 2013) y la primera con la nueva nacionalidad (en Río, el pasado día 15). Por cuatro días el vallista ha podido colgarse la medalla y mejorar su sexto puesto como cubano en Londres 2012. Con una mejor marca de 12.94 (2015), el pasado mes de mayo fijó su primer récord de España en Doha en 13.12, que luego rebajó en Mónaco a 13.04, dejando muy lejos ya los 13.33 del 2007 de otro vallista nacionalizado, Jackson Quiñónez, originario de Ecuador.

"No me veo límites, el récord del mundo no me parece imposible. Lo tengo entre ceja y ceja"

Sus tres años de inactividad en grandes torneos no han mermado el potencial de Ortega, dueño de un estilo sedoso con el que parece deslizarse sobre las vallas, y que le hermanan más a figuras del pasado como Renaldo Nehemiah o Colin Jackson que a los potentes Greg Foster, Roger Kingdom o David Oliver. No le da miedo ni el récord del mundo del estadounidense Aries Merritt (12.80). "No me veo límites, el récord del mundo no me parece imposible, de hecho lo tengo entre ceja y ceja", ha asegurado recientemente Ortega, que en su aterrizaje en España encontró la oposición de los vallistas españoles, que consideraban que él, el también hispanocubano Yidiel Contreras (semifinalista en Río) y el propio Quiñónez cerraban el camino a los de origen nacional. "Fue un malentendido. He hecho amistad con varios de estos vallistas, todos hemos entendido que estamos aquí para trabajar", asegura Ortega, primer medallista olímpico en 110 vallas, una prueba en la que solo Javier Moracho (7º en Moscú-80), Carles Sala (7º en Los Ángeles-84) y Quiñónez (8º Pekín 2008) habían sido finalistas olímpicos.