Neymar acaricia la medalla

Neymar celebra con la 'torcida' su gol a Colombia en el partido de cuartos de final.

Neymar celebra con la 'torcida' su gol a Colombia en el partido de cuartos de final. / periodico

EDU SOTOS / RÍO DE JANEIRO

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Suele decirse que la venganza es un plato que se sirve frío. Neymar Júnior tampoco tuvo prisa y cocinó su particular ‘vendetta’ a fuego lento. Más de dos años después del criminal rodillazo del colombiano Camilo Zúñiga en el Mundial de Brasil, ese que por poco estuvo a punto de dejar al brasileño en una silla de ruedas, el brasileño se cobró su satisfacción. Aunque el lateral del Watford inglés no se encontraba entre los once jugadores que “Los Cafeteros” plantaron sobre el Arena Corinthians de Sao Paulo, sus compatriotas pagaron la osadía de acabar con el sueño de la infancia del capitán.

“El peor momento de mi carrera deportiva y el que me afectó más fue en el Mundial de 2014 en Brasil. El sueño de mi infancia era ser campeón del mundo, pero se frustró por culpa de una lesión que estuvo a punto de dejarme fuera del fútbol por el resto de mi vida”, reconoció Neymar en una entrevista concedida poco antes del arranque de los Juegos de Río 2016, cuando sabía que los vecinos suramericanos podrían cruzarse en su camino al oro olímpico. Pero al ‘camisa 10’ le bastaron los primeros 12 minutos del encuentro de cuartos para ejecutar su castigo.

ENTRADAS Y CODAZOS

Tras un absurdo codazo contra Gabriel Jesús, una de las primeras muestras de la impotencia de los visitantes, un potente derechazo del brasileño desarmó la frágil barrera de Colombia y acabó incrustado en las redes de Bonilla. De un plumazo Neymar metió a Brasil en las semifinales, donde se verá las caras contra Honduras, y demostró por qué, a día de hoy, es el único jugador que puede soportar el aplastante peso del brazalete de capitán de la pentacampeona sobre su brazo derecho. Sin embargo, el temperamento del 'crack' barcelonista sobre el terreno de juego es también su mayor condena. Al poco de recibir una durísima entrada de Lerma, la sangre del delantero comenzó a hervir.

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El primero en sufrir las consecuencias de la cólera ‘verdeamarela’ fue el centrocampista colombiano Andrés Felipe Roa. “La entrada de Neymar en circunstancias diferentes sería expulsión. No es un secreto que es un gran jugador, pero la falta que hizo es condenable”, estalló tras el encuentro el técnico paisa Carlos Alberto Restrepo. La tangana que acompañó al lance volvió a situar a Neymar en el ojo del huracán. Por suerte para el brasileño, el banquillo al completo de Brasil se lanzó en su auxilio y el percance acabó con una benévola tarjeta amarilla. “Prefiero centrarme en su participación en el 99% restante del partido, ya sabemos que Neymar tenía sus cuentas pendientes con los colombianos”, justificó el técnico local Rogério Micale quien nunca ocultó su debilidad por Ney.

LO QUE NI PELÉ LOGRÓ

Finalmente, la sangre no llegó al río y tras una serie de fortísimas entradas al final del primer tiempo la segunda parte del encuentro se caracterizó por un fútbol fluido que permitió a Luan sellar el definitivo 2-0 para Brasil. Con Neymar aparentemente 100% recuperado del esguince en su tobillo derecho y el récord de victorias en los Juegos (33 triunfos en sus 12 participaciones), la ‘Canarinha’ se enfrentará el próximo miércoles a Honduras en el mítico Maracaná. “Han llegado con mucho mérito y competencia, tenemos que respetar y somos conscientes de la calidad de Honduras”, alertó Micale sobre el equipo que eliminó a Argentina y Corea del Sur

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Aunque no se puede bajar la guardia, en Brasil a nadie se le escapa que Neymar está a tan solo dos pasos de colgarse el oro que se le escapó en Londres 2012 y lograr algo que ni el propio Pelé consiguió. Esta vez el capitán tendrá todo de su lado para alcanzar su sueño en el Maracaná. Las 70.000 gargantas de la 'torcida' brasileña prometen crear el miércoles un verdadero infierno en las gradas del templo del fútbol. Después de su recital en los dos últimos partidos y de acallar cualquier crítica sobre su compromiso con el escudo, la definitiva consagración de Neymar con la camiseta de Brasil está servida. Río 2016 determinará el lugar del capitán entre los grandes de la historia de la 'Seleçao'.