Ya tardan en fichar a Paco

Paco Jémez, nuevo entrenador del Granada.

Paco Jémez, nuevo entrenador del Granada. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Les contaré, no para desanimarles, pues sé que el asunto no les preocupa, pero que sepan que esto de 'La Roja' está muy mal. Tan mal como el resultado de las elecciones. Por cierto, ¿ustedes conocen a alguien que haya votado al PP? Pues que sepan que lo han votado ocho millones de españoles (7.906.185).

Bueno, pues eso, que nadie sabe si Ángel María Villar, el Mariano Rajoy del fútbol, casi tan mentiroso y encubridor como el presidente del Gobierno (en funciones), va a seguir al frente de la federación. Que dicen (o eso les contaron sus fontaneros a los chicos de la prensa en una cena off the record) que no van a fichar a entrenador alguno que tenga contrato. Bueno, en realidad, ni saben si va a seguir don Vicente.

Insisto, que sí, que sé que esto de la selección no les quita el sueño, pero ¡caray!, no sé, ya que nos deja este ser tan sensato, tan equilibrado, tan abuelo (¿demasiado, no?, lo querríamos un poquito crápula), aprovechemos la ocasión para arrancar un nuevo ciclo -sino los mejores años de nuestras vidas, que va a ser imposible- divertido, llamativo, atractivo.

Y para eso valdría un técnico valiente, atrevido, descarado, superviviente, lanzado y no más de lo mismo, o parecido, u defensor del toro de Osborne, no de Bertín, que también. Y me temo que entre la finura de Marcelino, con el que ya hablaron antes de arrancar la Eurocopa (aunque lo nieguen llamaron al dueño de Mercadona, sí, fijo), el traje impecable de Michel González, las matrículas sacadas en el curso de entrenadores (más que nadie) de Julen Lopetegui y los atributos de Joaquín Caparrós, nos vamos a quedar con el valor legionario de este último.

Pero el bueno, que lo sepan, es Paco Jémez, que ha firmado por el Granada tres años, pero con un solo punto innegociable en su contrato: si me llama la selección, me voy. «Que burro eres, Emilio, pareces tonto», me dijo ayer uno de las plumillas por antonomasia de la selección (es decir, decano de los decanos). «Si Villar, o quien fuese, hubiese pensado en Paco para el nuevo proyecto de la Roja, no le habría dejado firmar por el Granada, ni de coña».

Pues yo, colega (¿digo el nombre? No, no hace falta; le encantaría, lo han leído mil veces), quiero a Jémez. Porque hay que darle la vuelta al calcetín, porque hay que atreverse con lo que no se ha atrevido Del Bosque (tanto para prescindir de muchos de ellos como para traer ¡por fin! ¡ya! a la generación de Saúl) y porque, además de jugar un fútbol espectacular, se nos caerá la baba con el equipo que construirá pudiendo escoger entre lo mejor de España, que es lo mejor de Europa, aunque estemos ya de vacaciones. Por cierto, primer éxito de Mariano: nuestros jóvenes vuelven a casa; de momento, los 22 de la selección. De lunes a domingo, al sol.