Javier Fernández hace historia y se cuelga el oro en el mundial

El patinador madrileño consigue en Boston su segundo título con una actuación extraordinaria

Javier Fernández, con la medalla de oro

Javier Fernández, con la medalla de oro / periodico

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A partir de una puesta en escena rayana en la perfección, Javi Fernández revalidó el título mundial de patinaje artístico en Boston y se colgó un oro que agranda su leyenda. Era la única opción posible que le quedaba al deportista madrileño, de 24 años, para eclipsar al favorito en todas las apuestas, el campeón olímpico Yuzuru Hanyu, que atesoraba una ventaja de 12 puntos después del programa corto que se antojaba insalvable. Y a ella se aferró 'Superjavi', un deportista que se crece en la adversidad, para encandilar al público del Boston Garden que lo despidió puesto en pie y con una ovación atronadora, el anticipo de una puntuación de 314.93 puntos, su mejor registro personal, con el que lo recompensó el jurado. 

«No pensé en lo importante que era para mí ganar. Simplemente fui salto a salto. Sabía que aún tenía una oportunidad de ganar, pero estaba obligado a no fallar y no lo hice», explicó radiante el campeón español que, en apenas tres años, desde el bronce en el Mundial de London (Canadá), en el 2013, ha protagonizado una carrera meteórica a la cima, a la que solo le falta la guinda de la medalla olímpica que se le escapó en Sochi, en el 2014, por muy poco.

SIN MARGEN PARA EL ERROR

La caída sufrida por el madrileño en el programa corto del jueves, mientras ejecutaba su segundo cuádruple, dejó medio título en manos del patinador japonés, que aunque no tuvo el día y cometió algunos fallos (erró en una recepción en un primer cuádruple salto y volvió a hacer una mala recepción en un triple axel en el ejercicio libre) acabó con un excelente resultado de 295,17 puntos. Javi Fernández era consciente de que no le quedaba margen para el error. Así que, simplemente, no falló.

Acompasando sus movimientos con la banda sonora de la película 'Ellos y Ellas' y la voz de seda de Frank Sinatra, el madrileño se puso al público en el bolsillo en cuanto empezó a deslizarse sobre el hielo. Simplemente se dejó llevar mientras ejecutaba un programa que quedará grabado en la memoria colectiva. Desde el inicio se encontró muy cómodo encadenando sus cuádruples y los 'triples axel' sin fallo.

La puntuación final recompensó la interpretación que siempre había soñado: 314,93 puntos, su mejor marca,  por encima de los 302,77 que logró en el Europeo de Bratislava a finales del pasado enero.

HANYU, DE RODILLAS

"Estoy emocionado por mi segundo título. He pasado el último mes con dolores. Ha sido muy duro», explicó Fernández en referencia a los problemas en el tobillo y la pelvis que han condicionado su preparación en las últimas semanas.

Al margen del título, el mayor reconocimiento llegó por parte de su máximo rival, Yuzuru Hanyu, que tras la ceremonia de premios, se arrodilló literalmente en el 'green room' ante su rival y amigo personal, en un gesto con el que le mostró su respeto y admiración.

El detalle del campeón olímpico fue el realidad la devolución del cumplido de 'Superjavi', que también se postró ante Hanyu el pasado diciembre en la final del Grand Prix de Barcelona, cuando el patinador japónes completó la mejor marca nunca vista en la suma de los programas corto y libre (330,43 puntos) para llevarse el oro.

La admiración y la amistad que sienten ambos patinadores, que comparten entrenador, el canadiense Brian Orser, doble medallista olímpico en Sarajevo 84 y Calgary 88, supera de largo su rivalidad.

'Superjavi' admitió que fue aumentando la dificultad de los ejercicios para lograr el oro y que no estuvo pendiente de Hanyu. «Me puse en la parte de atrás, solo escuché la música y no vi el ejercicio. Luego salí a hacer un gran programa. Si quieres ganar, solo tienes que hacer un gran programa”, concluyó.