Una bala para Andorra

Pol Moya, durante un entrenamiento en la pista

Pol Moya, durante un entrenamiento en la pista / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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“Mi vida es estudiar y entrenar, estudiar y entrenar”. Atiende Pol Moya al teléfono desde la habitación del hotel de Portland que le ha asignado la IAAF (Federación Internacional de Atletismo). Es el único representante andorrano en el Campeonato del Mundo de pista cubierta que se celebra hasta el domingo. El viernes saltará a la pista, en una de las semifinales de los 800 metros, su distancia… por ahora.

Solo tiene 19 años y es hijo de dos atletas catalanes, Joan Ramon Moya y Maria Betriu. Los padres se instalaron en Andorra y allí nació él. Los técnicos de la Federación Española de Atletismo quedaron sorprendidos en Madrid cuando lo vieron correr en el Campeonato de España. No ganó porque su marca (1.49.84) solo apunta al futuro. Pero vieron en él a algo más que a un joven trotón, descubrieron arte en sus piernas, observaron a un valor, a un deportista que podía colocar al principado en el firmamento atlético mundial.

“Hablar de marcas, saber hasta dónde puedo llegar es muy difícil y también porque me gusta mucho la distancia de 1.500, aunque, por ahora, me cuesta mantener la concentración en la parte final de esta carrera. Pero sí me veo disputando campeonatos de Europa más allá de las invitaciones que siempre nos dan a los andorranos”.

LAS INVITACIONES OFICIALES

Andorra, como pequeño país, recibe una invitación ('wild card') de la IAAF en los campeonatos mundiales que se transforman en dos (una por sexo) en los Juegos Olímpicos. Río, precisamente, es el siguiente objetivo de este joven estudiante de ingeniería informática en la Universitat Politècnica de Barcelona. “Tengo el número uno en el ránking andorrano, por lo que si no pasa ningún contratiempo espero estar en agosto en los Juegos de Río”.

Solo hace dos años que comenzó con el atletismo, ya que hasta entonces se dedicaba al hockey sobre patines. “Tengo dos hermanos pequeños, a los que espero también ver por las pistas atléticas ya que, por ahora, también se decantan por los patines”.

Entrena en las pistas atléticas de El Prat. “Aunque el desplazamiento es, a veces, complicado por los estudios, ya que vivo en una pequeña residencia estudiantil en la calle de Aribau, de Barcelona. Cuando no puedo acercarme a El Prat corro por la Carretera de les Aigues”.

LOS RÉCORDS

Su entrenador en El Prat es José Antonio Prieto, mientras que su padre Joan Ramon lo aconseja los fines de semana en los que no tiene competición y puede desplazarse a Andorra. “Mi padre me conoce muy bien, por lo que es muy exigente conmigo, pero sabe hasta dónde puedo llegar”. Precisamente Joan Ramon ha sido la persona designada por la federación andorrana para que lo acompañase a Portland.

“Es un chico con una gran capacidad y que en las últimas semanas ha destrozado todos los récords andorranos. Su padre siempre lo ha cuidado mucho y ahora, desde que está en Barcelona entrenando, ha progresado muchísimo”, explica Abraham Férriz, director técnico de la federación andorrana.

Pol dará el viernes lo máximo en la semifinal que le ha tocado en suerte. La carrera se disputa a partir de las 21.55, hora española. “Es muy difícil clasificarse para la final, pero ya me conformo con mejorar la marca y establecer un nuevo récord andorrano”. La suerte está echada. Andorra tiene un joven talento con el que soñar.