Melani Costa: "Vivir aquí es necesario para hacer un buen papel en Río"

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A las 6.15 horas ya está levantada. Melani Costa preferiría que la primera imagen que ve a través de la ventana en su habitación del CAR de Sant Cugat no fuera la piscina, a veces amiga, pero tantas y tantas veces cruel, horas y horas, 50 metros arriba, 50 metros abajo. Y así una y otra vez. Por eso, al mirar hacia el exterior, desearía ver  mejor el bosque o los cercanos montes de Collserola.

Y así, sin desayunar, todavía medio dormida, así entra en el gimnasio, una obligación, más que rutina, necesaria para que los Juegos de Río sean todo un éxito, con el objetivo de alcanzar las finales.

La piscina aguarda para después del desayuno. La piscina vuelve a estar presente otra vez en su vida, a eso de las cinco de la tarde, una hora y media más de esfuerzo diario, con el equipo olímpico español femenino, todas internas allí.

Ella come con el resto de compañeras, casi siempre todas juntas, aunque no guarda una extraordinaria relación con la gran figura del equipo, Mireia Belmonte.

«Yo estaba en Madrid, pero llevaba dos años sin estar interna. Aquí, en el CAR, y por ello la elección, tienes mucho más tiempo para descansar y dejas atrás rutinas tan comunes como ir a comprar la comida, ordenar y limpiar la casa. Te puede gustar más o menos, pero es necesario si quieres hacer un buen papel en los Juegos».

De vez en cuando una escapada para ir al cine, o a dar una vuelta a un centro comercial cercano. En Madrid, Melani cerró muchas puertas y ahora la que prefiere abrir es la olímpica. Por eso, aparte del CAR de Sant Cugat, solo tiene otra casa, en Andalucía, en Sierra Nevada, en las concentraciones en altitud, tan necesarias para mejorar la puesta a punto.

Río la aguarda, pero antes, de nuevo, a la piscina, de nuevo tumbada en su habitación, conectada a internet y en la ventana la imagen de esa piscina tan querida y a la vez odiada.