En su 'annus horribilis'

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Mariano Rajoy ha resucitado la cofradía del clavo ardiendo. Alguien le ha dicho a Pedro Sánchez que puede ser presidente del Gobierno y, aunque no tiene cofradía alguna, el faltón se lo cree. Pablo Iglesias, en el mejor estilo de la CUP, no quiere a Rajoy, a Sánchez, ni a Mas. Busca un independiente y no lo encuentra. Normal. Y Albert Rivera, que se creía el príncipe, oyó las campanadas del domingo por la noche y se convirtió en rana.

Así que el personal, seamos sinceros, temiendo que el lío español sea similar al lío catalán, del que nadie parece avergonzado, ni pizca, ha decidido cambiar de registro y regresar a lo bueno, a lo divertido, al mayor de los trilerismos, al asunto que tiene morbo de verdad: Pep Guardiola puede entrenar al Real Madrid.

No crean, pues hay gente, mucha, que cree que Guardiola tiene más posibilidades de ser entrenador blanco que Artur Mas de repetir como president. O, por tener, ya ven, hasta Mariano Rajoy tiene más números de seguir como gran jefe.Y es que en el fondo estamos hablando de gente desesperada. No, no, no me refiero a Guardiola, que lo tiene clarísimo (el City, por supuesto), sino a RajoySánchez, Iglesias y Rivera, que vivían mejor en contra de y ahora han de vivir a favor de alguien. Y no saben. Ya ni les cuento Florentino Pérez.

Porque Pérez, ustedes ya lo saben, ¡qué les voy a contar!, es más trilero, incluso, que los políticos. Bueno, es un político. Florentino le había prometido a su entrenador, Rafa Benítez, ¡por prometer que no quede!, que antes convocaría elecciones que destituirle y fichar a otro. Pero a Flo también le dieron las campanadas y Benítez, de pronto, se le volvió rana, dada la aparición repentina en el mercado, en el negocio, en el halcón milenario que es el palco del Bernabéu, de José Mourinho.

Y ya se sabe que, estando libre Mou, a Pérez, capaz de provocar 17 lesiones musculares por lograr una autopista en Australia, se le ha abierto el cielo. Tras el cómplice Ancelotti y el pesao de Benítez, que hasta se atreve a enseñar a CR7 cómo lanzar las faltas, Pérez busca, de nuevo, un capataz, alguien desagradable, vamos.

Es evidente que sería una manera de concluir, en su línea, este annus horribilis que aún perdura: eliminación copera ante el Atlético, «gracias, Kevin Roldán, contigo empezó todo», descalabro liguero en marzo, Morata los elimina de la Champions, Casillas se va, pierden a De Gea por culpa del fax, Benzema duerme en el calabozo, 0-4 de Messi & Cia, pitos a Flo y el show Cheryshev en la Copa.

Y, ahora, la pregunta definitiva: miren a la cara a Flo, repasen el rostro de Mou, piensen en su soberbia, protagonismo, personalidad y autosuficiencia. ¿Verdad que serán capaces de volver a unir sus destinos? Sí. ¿Ven como sí puede ser cierto que vuelva el puto amo?, ¿lo ven?