Gente corriente

Valentí Sanjuan: "Las cosas importantes no deben entrar en listas"

Deportista extremo no profesional. Acaba de ganar la Mongolia Bike Challenge por equipos.

«Las cosas importantes no deben entrar en listas»_MEDIA_1

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CARME ESCALES

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Sangre, sudor y lágrimas. De la heroica pelea de Valentí Sanjuan (Tordera, 1981) contra su cansancio y sus ganas de dejarse caer y darse por vencido en la Mongolia Bike Challenge (MBC) -hace un par de semanas- han estado al corriente sus más de 133.000 seguidores en Facebook, cerca de 77.000 en Twitter y más de 48.000 en Instagram. También de su podio junto con dos compañeros: campeones por equipos de los 900 kilómetros en la que está considerada una de las pruebas más duras del mundo en mountain bike.

-Dos Ultraman, una Marathon des Sables, tres Ironman, dos Extrememan, ¿Cuál fue su detonante hacia tanto esfuerzo?

-Fue la necesidad de superar la sensación de que lo había perdido todo.

-¿Todo?

-En el 2008, de repente, en poquísimo tiempo, tan solo unos meses, me quedé sin trabajo, sin pareja y mi madre murió. Prácticamente me quedé solo, con mi hermana. Después de un periodo de hundimiento, la necesidad nos llevó a emprender.

-¿Qué hicieron?

-Creamos una agencia, Gordon Seen [se presentan a las empresas como productores de ideas irremediablemente virales], y montamos un programa vía internet: Visto lo visto, que lleva siete temporadas y tiene dos millones de espectadores al mes y 300.000 seguidores en las redes.

-Echó a correr, y sus seguidores detrás...

-Sí. Nos ganamos la vida con ello. Audiovisuales en Youtube que crean tendencia ya eran una herramienta para nosotros, y cuando empecé a participar en las carreras el público ya estaba allí.

-Apostar por lo más difícil allana el camino de todo lo restante. Usted empezó con el Ironman de Lanzarote del 2013 sin apenas experiencia en el entrenamiento.

-Sobre todo te ayuda a vencer miedos. Una vez entras en la rueda de los entrenamientos y la preparación te das cuenta de que es mucho más asumible de lo que creías. Las metas se han convertido ahora en mi motivación diaria.

-¿Cuál es la próxima?

-Me he propuesto dar la vuelta al mundo por etapas, diez días aquí, diez allí. Y con Barcelona como base, entrenando en la Barceloneta. Todo con un objetivo profesional y personal a un tiempo, porque viajando y participando en las carreras conoces a gente excepcional que contribuye a tu enriquecimiento personal de manera infinita. Y a la vez, esas experiencias generan contenido para nuestros seguidores.

-¿No frustra no poder establecer el feedback con cada uno de ellos?

-No tengo más remedio que ser indulgente conmigo mismo en ese sentido. Pero en Youtube y Twitter contesto mucho.

-¿Qué tipo de historias cuenta?

-Las que más me conmueven. Atletas sin piernas, o triatletas como Ramón Arroyo, que participa en las carreras pese a su esclerosis múltiple. Me quedo con lecciones como la suya. Él dice: «La enfermedad es una tarjeta amarilla que la vida te saca, pero el tiempo que me quede voy a vivirlo bien».

-Correr para aprovechar la vida...

-Cuando mi madre murió, con mi hermana descubrimos que había estado ahorrando para comprarse un equipo de esquí, que no llegó a estrenar. Eso es lo que me hizo llegar a la conclusión de que las cosas importantes no deben entrar en una lista. Lo que quieres, debes hacerlo ya. Probar, sin miedo, cada día, con cualquier deseo que tengas. Como me dijo un día un amigo, a veces no se folla por no preguntar. Hay que llevarlo a la práctica con todo.

-¿Y si la respuesta es «no»?

-Yo ya aprendí que la vida puede golpear duro. La diferencia es que ahora tengo herramientas para enfrentarme a ello.