Y Casillas sale por la de atrás

El capitán se va al Oporto tras rechazar el homenaje que Florentino le había preparado

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ANTONIO MERINO / MADRID

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En los alrededores del Bernabéu se congregaron ayer numerosos aficionados. Esperaban el anunciado homenaje a Iker Casillas, ese señor que ha jugado 725 partidos oficiales con el Madrid y que ha levantado 19 títulos. Pero no. No hubo tal homenaje porque por encima de la gratitud que merece el eterno capitán blanco, alguien se encargó de que desde las redes sociales se le tildase de «pesetero». Al mismo tiempo, Iker marchaba de Valdebebas con el acuerdo para ir al Oporto y terminar con la pesadilla.

El pecado de Iker es haber pedido lo que es suyo. Suya era la intención de cerrar su carrera en el Madrid, pero la sentencia estaba firmada. La dictó Mourinho y la rubricó Florentino.

Casillas tiene dos temporadas más con el Madrid y quiere cobrarlas. Pidió el dinero en bruto por un tema fiscal y le dijeron que no. Que o se iba o se quedaba en la grada toda la temporada. La cuerda se tensó hasta el máximo, pero Iker cedió en medio de los consejos de su familia. Se va. Sí. Se va media hora después que Xavi, pero con una diferencia abismal en el fondo y en la forma. El Madrid le da ocho millones netos y adiós muy buenas.

SIN HOMENAJE

Iker abortó la puesta a punto por parte del club blanco de organizar un homenaje, que podría convertirse en una trampa con el feudo blanco abierto al público, a parte de esa afición que se ha ensañado con el capitán del Madrid. La otra solo quería despedir a Casillas. «Queremos ver a Iker», gritaban los seguidores blancos.

Mientras, Casillas salía de Valdebebas, el mismo lugar donde el jueves se dio un gélido abrazo con Florentino. Ayer, el meta pasó las pruebas médicas como uno más de la plantilla hasta que decidió poner fin a un espectáculo bochornoso. Iker, el mejor portero del mundo durante muchos años, y el Madrid, el mejor club del siglo XX, tal como recuerda Florentino en cada alocución, no podían terminar de esta manera. Casillas no puede irse por la puerta de atrás y ya la tiene abierta de par en par.

No parece así en el caso de De Gea, por quien el United pide ya 40 millones. Menos costará Casilla, el meta del Espanyol, con quien hay un principio de acuerdo. Ahora solo falta ponerse de acuerdo con el Espanyol, que quiere cobrar la cláusula del portero: 10 millones.

Mientras, en el Madrid alguien ha pensado en darle a Iker el mismo homenaje que a Raúl hace dos años, es decir, que juegue el trofeo Bernabéu con el Oporto -ya lo hizo Raúl con Al Saad-. Difícilmente aceptará porque el fútbol no tiene memoria, pero algunas personas fácilmente manejables, sí. Y más de uno le recordaría la condición de pesetero con la que Iker se va del Madrid. Al menos el cheque no se lo darán en el vestuario, como aquella réplica de La Cibeles que Florentino le entregó por llevar 15 temporadas en el club delante de una nevera de refrescos.