MUNDIAL DE FÚTBOL FEMENINO

Vero Boquete: "España sigue siendo machista"

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RAÚL PANIAGUA / BARCELONA

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Cuando era una niña, era difícil verla sin un balón. Vero Boquete (Santiago de Compostela, 1987) tenía el sueño de ser futbolista y lo ha cumplido al más alto nivel. Aquella jovencita que no podía jugar con los niños y tenía que venir cambiada de casa porque no tenía ni siquiera vestuario es hoy una de las mejores jugadores del mundo. Lleva 10 años fuera de su querida tierra gallega y el mes pasado se convirtió en la primera española en ganar la Champions, con el Frankfurt en Berlín. El Bayern de Múnich, que destinará 1,8 millones de euros al fútbol femenino el próximo curso, será su siguiente destino, pero antes afronta con ambición el Mundial de Canadá, que empieza este sábado.

-El 14 de mayo conquistó la Champions en Berlín ante el Paris SG en un estadio abarrotado. ¿Cómo vivió un momento tan especial?

-Fue una alegría inmensa. Ganar una Champions es lo máximo a lo que puedo aspirar como futbolista. El ambiente fue fantástico. Estaba mi madre, mi hermano, mis amigos... Mi padre se quedó en Santiago porque tiene miedo a volar, pero allí también fue impresionante. Pusieron una pantalla gigante en la Ciudad de la Cultura. Fue histórico.

-El año pasado ya se quedó cerca.-Sí, se me escapó el título con el Tyreso de Suecia en el último momento. Esta vez también lo pasé mal. Hasta el último momento no supe seguro si podría participar. De hecho jugué lesionada, pero aguanté bien. No podía perderme una cita así.

-El duelo de mañana entre el Barça y la Juventus tendrá una tremenda repercusión. De su final en Berlín apenas se habló. ¿Le molesta?-Sí. Es frustrante. Molesta mucho que no se hable del fútbol femenino, que nos ninguneen. Te acostumbras pero no te acostumbras. Da rabia no poder generar lo que genera el deporte masculino. Las chicas han dado muchísimos éxitos al deporte español en los últimos años con pocas ayudas. Imagínese si nos apoyaran más. ¡Daríamos muchas alegrías!

-¿Qué falta en España para la consolidación del fútbol femenino?-Se trata sobre todo de un tema social. España va con 30 años de retraso respecto a otros países. Sigue siendo machista. Con eso hemos nacido y con eso hemos crecido. Yo entiendo que no se puede cambiar de un día a otro la mentalidad de la gente, pero sí algo más rápido. El camino ya está marcado. Hay referentes, como EEUU y los países nórdicos. Todo pasa por la educación en las casas, los colegios... Se debe acabar con pensamientos y actitudes que se han transmitido de generación en generación. Se tiene que avanzar.

-¿Lo pasó muy mal en sus inicios?-Con 6 años entré en mi primer equipo y las niñas tenían prohibido jugar con los niños. Venía cambiada de casa, no podía ni entrar en el vestuario. Entrenaba pero no jugaba. Tuve que aguantar comentarios muy desagradables. Lamentables.

-¿Ha cambiado el panorama con los años? ¿Es igual en toda España?-Todavía hay chicas que sufren eso. Insultos, tonterías, actitudes sin sentido. Parece que cada día tenemos que demostrar algo. El deporte es deporte y el fútbol es la punta del iceberg. Durante muchos años fue exclusivo de los hombres, pero tiene que cambiar. También es verdad que no es igual en todos los sitios. En los pueblos es mucho peor y también en zonas como Galicia, de donde soy yo, y en el sur. Van con retraso en temas de respeto. Con la selección lo notamos mucho. Catalunya, en cambio, es pionera en el deporte femenino. En el Espanyol disfruté mucho en las tres temporada que estuve.

-Empezó en el Xuventú Aguiño de Galicia y con 17 años ya se fue de casa. Zaragoza, Espanyol, cuatro clubs en EEUU, el Energy de Rusia, el Tyreso de Suecia, el Frankfurt de Alemania y ahora el Bayern. ¿Con qué se queda de cada destino?

-En EEUU viví lo máximo. Allí el fútbol es el primer deporte femenino, las jugadoras americanas son iconos mediáticos. Es impresionante. En Alemania te respetan muchísimo, quizá la mentalidad no es tan abierta como en América pero se sienten muy orgullosos de su selección y apuestan por el fútbol femenino. Suecia es un país muy igualitario y exquisito, con mucho respeto y seguimiento del fútbol femenino. En Rusia estuve poco tiempo, pero me quedo con su profesionalidad. En esos países se puede vivir del fútbol, al menos las jugadoras más o menos importantes. En España ahora no es posible. Necesitamos los apoyos de la federación, clubs y patrocinadores para no frenar la evolución.

-¿Considera el Mundial la ocasión ideal para avanzar en ese camino?

-Sin duda. El Mundial es la gran esperanza de impulsar el fútbol femenino. Cuanto más lejos lleguemos, cuanto más largo sea nuestro camino, cuantas más casas nos vean, mucho mejor. Somos unas privilegiadas por vivir esto. Es algo histórico y debe valorarse como lo que es: el gran acontecimiento deportivo de este verano. Nuestro objetivo real es pasar la fase de grupos. Ojalá acabemos entre las tres mejores europeas. Iríamos a los Juegos Olímpicos.

-Usted ha sido nominada para el Balón de Oro pero siempre se habla de las estrellas masculinas a la hora de buscar referentes. ¿Le duele?

-Lo que me duele es que las niñas quieran ser Messi o Cristiano Ronaldo. Lo que tendrían que querer es ser como nosotras. Hay que crear referentes cercanos y potenciarlos.

-En el Bayern asumirá un nuevo reto en el extranjero. Cambia al campeón de Europa por el de la Bundesliga.-Quería un nuevo proyecto, un equipo que no estuviera completo y capaz de aspirar a todos los títulos. Mi idea es seguir creciendo como jugadora y seguir compartiendo sueños.

-Son ya 11 equipos en 5 países distintos. ¿Echa de menos su tierra?

-Sé que si quiero competir al máximo tengo que estar fuera. El fútbol me da más cosas de las que yo le doy. Pero mi casa es Santiago y allí está mi gente. La morriña siempre está ahí. Me pierdo cosas como ver crecer a mis primos o hacerse mayores a mis abuelas, pero el fútbol me devuelve muchas cosas. Antes de la concentración para el Mundial al menos pude pasar un día por casa para coger fuerzas. Me siento en el mejor momento de mi carrera. Este 2015 está siendo excelente y tener la oportunidad de disputar un Mundial con mi país me ilusiona muchísimo.

-Siempre celebra los goles de una forma muy particular: con una mano en la cara simulando un pulpo gallego. ¿Cómo surgió esta idea?-Así es. Cuando me fui de casa por primera vez, mi hermano Adrián y mi familia me dijeron que teníamos que buscar una celebración que coincidiera con algo típico de la tierra. Y así ha sido hasta ahora, dejando el sello de mi tierra en cada gol.