LA EUROLIGA DE BALONCESTO

El Madrid intenta acabar en su 'final four' con 20 años de sequía

Por tercera temporada consecutiva, el equipo de Laso lucha por el trono europeo

Los protagonistas de la cita europea, en la rueda de prensa oficial en Madrid

Los protagonistas de la cita europea, en la rueda de prensa oficial en Madrid / periodico

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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Veinte años de sequía son muchos. Demasiados. Sobre todo para un equipo como el Madrid, que presume de ser el equipo con más títulos europeos (8) en el continente. Así que el equipo de Pablo Laso, que parte como el máximo favorito en la 'final four' que se disputa a partir del viernes en el Barclaycard Arena, la cancha del equipo blanco, tendrá que superar no solo el peso de la historia, sino sobreponerse también al doloroso recuerdo que provocan las derrotas contra pronóstico en las dos últimas finales: en Londres 2013 y Milán 2014, al caer frente al Olympiacos (100-88) y el Maccabi Tel-Aviv(86-98), respectivamente.

«Todo el mundo nos está pidiendo ganar la Euroliga, jugamos en casa, llevamos dos años perdiendo la final… Pero nos encontramos ante una muy buena ocasión de ganar ante nuestra gente», explica el capitán madridista Felipe Reyes para expresar el sentir de un vestuario decidido a aprovechar la ventaja de jugar en casa y el apoyo de los 6.000 aficionados que les acompañarán en la grada en la tercera oportunidad consecutiva.

EL BARÇA, GRAN AUSENTE

El reto será durísimo para el Madrid en una fase final cada vez más exigente, que ha dejado por el camino nombres de prestigio. En especial el del Barcelona, el gran ausente de la cita, eliminado por el irreductible Olympiacos de Vassilis Spanoulis, ganador de dos de los últimos tres títulos, que revirtió la ventaja de cancha de los azulgranas, para resolver la serie por 3-1. Para el Barça, acostumbrado a formar parte de la élite, se intuyen tiempos de reconstrucción.

El Olympiacos será el encargado de abrir el torneo frente al todopoderoso CSKA Moscú (viernes, 18.00 horas, Esport3, Canal+), el otro equipo que acapara las apuestas en la cita madrileña. No solo por contar con una plantilla de lujo, sobrada de talento en todos los puestos, a la que se ha añadido a mitad de temporada Andrei Kirilenko, el resultado de un presupuesto (42 millones de euros) que hace palidecer a todos sus rivales. También por sus toneladas de experiencia. Es la 14ª 'final four' que afronta el equipo moscovita desde 1988, ahora dirigido desde el banquillo por Dimitris Itoudis, la mano derecha de Obradovic en la conquista de cinco Euroligas y 11 ligas griegas con el Panathinaikos.

Mucha menos experiencia presenta el Fenerbahçe, el único equipo debutante en esta fase final, y el rival de los madridistas en la segunda semifinal (viernes, 21.00 horas, Esport3, Canal+). Pero esa falta de experiencia la compensa con la presencia de Zeljko Obradovic en el banquillo, el técnico más laureado del continente con ocho títulos.

El guiño del destino es que Obradovic, curiosamente, es el técnico que condujo al Madrid a su último título europeo, en 1995, en una final four que se jugó en Zaragoza. Aquel equipo contaba con dos figuras de primera línea: Arvydas Sabonis y Joe Arlauckas. La otra curiosidad es que Obradovic dirigió durante una temporada, en la 95/96, al actual técnico blanco, Pablo Laso.

ELOGIOS A LASO

«El Madrid es el favorito, pero se le puede ganar», explica Obradovic, que solo tiene palabras de elogio para el equipo de su exjugador. «Pablo Laso está haciendo un gran trabajo. Han llegado a dos finales de Euroliga, han ganado títulos y la gente disfruta con su estilo de juego», cuenta el técnico serbio. «Merecemos estar aquí y tenemos opciones de victoria. No venimos de visita a Madrid, sino a ganar», remarca Nemanja Bjelica, una de las estrellas del Fenerbahçe, elegido ayer como el mejor jugador del torneo.

«Es un orgullo que seamos un equipo reconocido y reconocible», subraya Laso, que huye de la condición de favorito que les acompaña en esta fase final. «La eliminación del fútbol es un palo muy duro para el madridismo», admite, por otra parte Reyes, sobre la presión que puede añadirse para la selección de baloncesto. «Pero no creo que nosotros tengamos más presión por eso», dice el pívot. «A hambre no nos puede ganar ningún equipo», proclama el base Sergio Llull.